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2010/10/24

EDH-Conviven con pandilleros y usurpadores

 Las familias afectadas deben pagar doble mes a mes, la cuota al banco o al FSV por el crédito obtenido y el alquiler de la casa donde residen.El nivel de peligrosidad en las calles de las colonias no se percibe a simple vista, sino desde mediados de los pasajes donde se aprecian más casas desmanteladas.

25 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.

Decenas de familias han tenido que abandonar sus casas en colonias de Lourdes, jurisdicción de Colón, al norte de La Libertad, ante el constante acecho y la ola de violencia que envuelve la zona.

Entre las víctimas destacan profesionales, nueve agentes policiales, enfermeras, empleados de bancos y secretarias. Estas personas confiesan haber sufrido todo tipo de amenazas, extorsiones por teléfono, asaltos y saqueos en sus viviendas. Estos hechos han obligado a varios grupos familiares a dejar sus casas, que con tanta ilusión hace 10 años adquirieron, y que desde entonces religiosamente pagan mes a mes.

Lo peor es que las familias ahora cancelan dos cuotas simultáneas: cien dólares al banco o Fondo Social para la Vivienda (FSV) y una cantidad similar por el alquiler de una casa en otro lugar.

Esta situación implica el desembolso de más de 200 dólares mensuales, una suma que escapa a su capacidad económica, dicen. Por si no fuera suficiente, estos imprevistos se suman al alto costo de la vida que los salvadoreños experimentan en los últimos días, lo que "nos están volviendo loco a medio mundo", comentó uno de los afectados, que por seguridad pidió no publicar su nombre.

"Un vecino que se vio obligado a dejar su casa en la zona me llamó para decirme que está a punto de que le dé un derrame cerebral, según un diagnóstico médico, porque ya no haya qué hacer con tanto pago", agregó el vecino.

Las viviendas que han tenido que abandonar han sido financiadas por el sistema bancario nacional y el FSV, a plazos de entre 25 y 30 años.

Según las víctimas, no todas las casas son del mismo tamaño y precio; unas son de dos cuartos y otras de tres, por las primeras se pagan 60 dólares y por las segundas, entre 100 y 125 dólares.

Las angustiadas familias aseguraron no encontrar la solución, ya que no está en sus manos dejar de pagar, porque los descuento son por planilla. Tampoco pueden dejar el empleo para evitarse el pago, porque no es fácil acceder a un nuevo trabajo en el país. Y no saben cómo entregar la casa a la entidad que la financió porque desconocen el mecanismo.

Este matutino intentó conocer la posición del jefe de la Delegación de Lourdes, Colón, Julio César Marroquín, pero este dijo no estar autorizado para dar dicha información y recomendó acudir al jefe de la Región Central de la Policía, Jaime Leonel Granada, quien a través de su secretaria informó que tenía una agenda muy apretada que le impedía ser entrevistado. No quiso delegar esta responsabilidad en un subalterno suyo, pese a que se le sugirió.

Por su parte, el Fondo Social para la Vivienda manifestó tener tres soluciones para estos casos, afirmó el gerente comercial Carlos Villegas. Sólo que para acceder a estas soluciones los afectados deben acudir a la Policía a denunciar el caso y recibir una constancia de dicho trámite.

Con este documento y la fotocopia de la escritura de la vivienda deberán acudir al FSV a exponer su problema. Luego, la institución enviará un perito a realizar el valúo para determinar el valor de la propiedad abandonada.

Una vez que se tenga el valor del inmueble, se le dan las opción de escoger una vivienda con el mismo precio en otra zona que guste, y si al usuario no le parece esta alternativa y se interesa por una casa de mayor valor, deberá pagar la diferencia y demostrar que está en capacidad de asumir dicho compromiso.

Últimos cuatro años

Según algunas víctimas, la inseguridad en el norte de La Libertad se ha agudizado en los últimos cuatro años. En ese período muchos habitantes han dejado sus casas, mientras el hampa, sin tiempo que perder, va detrás desmantelándolas, quitándoles los ventanales, puertas, techos, defensas de hierro y otras piezas con valor económico.

Luego, las pandillas u otras familias de zonas marginales convierten los inmuebles en "casas destroyer" y las ocupan de forma inapropiada. A los días, estos nuevos inquilinos se vuelven la peor pesadilla de los pocos vecinos que han quedado en sector.

Los delincuentes ingresan a las viviendas y extraen todo objeto de valor que hay en ellas, en momentos que sus moradores están en sus trabajos.

"Estos sujetos rompen los techos y sacan todo cuanto de valor encuentran: televisores, equipos de sonido, lavadoras, licuadoras y refrigeradoras, entre otros enseres", asegura un residente, quien por seguridad pidió anonimato.

De acuerdo con los afectados, las casas desmanteladas son habitadas por grupos de 15 a 20 mareaos, que asaltan y cobran "renta" a los distribuidores de mercadería y vendedores casa por casa.

Un distribuidor de bebida manifestó a un equipo de El Diario de Hoy que los pandilleros han llegado a un acuerdo con los supervisores de la compañía sobre el monto de "renta" a pagar, unos 60 dólares por semana.

Temen hablar del peligro

Aunque el equipo de este periódico observó un alto número de inmuebles abandonados, algunos habitantes se niegan a aceptar que la zona es peligrosa. Uno de ellos, y dueño de un negocio, afirmó que si la zona fuera altamente conflictiva, como lo han pintado 125 familias, no existirían negocios pequeños y medianos sobre la calle principal de la colonia.

Los habitantes argumentaron que los que han emigrado es porque no son propietarios del inmueble que habitaban, sino que alquilaban y a lo mejor, ya les salió su vivienda en otra zona.

Estos comentarios son frecuentes en zonas dominadas por la pandilla 18, porque por lo general, éstas no atacan a sus vecinos sino que salen a otras colonias a rentar, extorsionar y matar.

elsalvador.com :.: Conviven con pandilleros y usurpadores

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