Carlos Ponce.20 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
Los artículos publicados por los diferentes medios de comunicación sobre los homicidios perpetrados diariamente en nuestro país, revelan un preocupante patrón emergente en la comisión de las agresiones letales perpetradas por las pandillas, en el que dichas agrupaciones se han sentido lo suficientemente cómodas como para planificar y ejecutar atentados en contra de personal policial y castrense. Las autoridades encargadas de velar por la seguridad pública de los salvadoreños, deben de interpretar esto como una señal de alerta y analizar esta nueva tendencia en la operatividad criminal pandillera, sin limitarse a hacer una restringida lectura de la situación, en la que atribuyan el origen de los ataques al trabajo de sus instituciones.
Los atentados y homicidios cometidos por pandilleros dirigidos contra la Policía y la Fuerza Armada, no se limitan a una zona geográfica determinada o a una agrupación en particular. En agosto, un sub sargento del Batallón de Sanidad Militar y un teniente coronel del Destacamento Militar 6, fueron asesinados en los departamentos de La Libertad y Ahuachapán, respectivamente. En el mismo mes, pandilleros de una violenta estructura de la pandilla Mara Salvatrucha fueron capturados en el oriente del país. Las autoridades policiales revelaron que dichas personas se disponían a ejecutar una serie de acciones delictivas que incluían asesinar a policías.
A principios de septiembre, en dos incidentes diferentes, pandilleros a bordo de vehículos lanzaron artefactos explosivos a efectivos policiales que se encontraban en controles vehiculares ubicados en Mejicanos y la Carretera de Oro. Unas semanas después, la cabeza de un alumno de la Academia Nacional de Seguridad Pública fue encontrada dentro de un bolso abandonado en Soyapango, junto a un mensaje dirigido a las autoridades. En octubre, hace unos días, en tres acciones aparentemente coordinadas, pandilleros incendiaron un carro patrulla estacionado afuera del puesto policial de Corinto y dos vehículos propiedad de un funcionario municipal en el cantón El Corralito, del mismo municipio. Además, intentaron incendiar las instalaciones de la Alcaldía, pero los agentes municipales evitaron el ataque.
En algunos de los casos ha habido capturas, las cuales revelan que tanto la Mara Salvatrucha como la Pandilla 18, han incursionado en el nuevo patrón delincuencial antes mencionado. Las ubicaciones en donde se han registrado los incidentes, indican que éstos han sido ejecutados no sólo en territorios controlados por las estructuras pandilleras más organizadas y peligrosas, sino que también en jurisdicciones en donde operan subgrupos pandilleriles menos estructurados. Estos elementos sugieren que los diferentes hechos no son eventos aislados, más bien forman parte de una nueva línea dictada por las principales estructuras de mando pandilleras.
Algunas personas, como mencioné anteriormente, pueden inferir que las pandillas están atacando a policías y militares porque sienten que el trabajo de sus respectivas instituciones las han debilitado y que dichas agresiones constituyen raquíticos intentos por recobrar terreno perdido. No obstante, esta lectura resulta simplista al considerar situaciones similares experimentadas en otros países. Por ejemplo la lucha contra el narcotráfico en México.
El problema de contrabando de drogas en el país azteca no ha disminuido en intensidad, y los atentados y homicidios cometidos por delincuentes en contra de policías son constantes y progresivamente barbáricos. Los ataques contra las autoridades en México no son acciones desesperadas de grupos debilitados, sino que tácticas empleadas por las organizaciones dedicadas al tráfico de estupefacientes, orientadas a demostrar control y poder. Esto evidencia la prevalencia de un sentimiento de superioridad sobre la autoridad legal. Consecuentemente, este es un enfoque que debe de considerarse al interpretar e indagar los recientes ataques perpetrados por pandilleros y dirigidos contra policías y militares.
elsalvador.com :.: Agresiones pandilleras contra policías y militares
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