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2010/10/19

EDH-Adoptemos una escuela

 Juan A. Valiente.20 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.

Los empresarios líderes y visionarios no le tienen miedo a la realidad. La realidad es un insumo para su creatividad e ingenio. Le apuestan al futuro con inversiones productivas y con inversiones sociales. Un ejemplo de dichas inversiones sociales es el convenio que se firmó el día de ayer entre FEPADE (Fundación Empresarial para el Desarrollo Educativo) y USAID, "para mejorar la calidad educativa e infraestructura escolar en escuelas del país que se encuentren en condiciones de vulnerabilidad social".

Con esta alianza se está reforzando el programa de Apadrinamiento Escolar de FEPADE con el aporte del pueblo de los Estados Unidos de América por un millón y medio de dólares. Dicho monto será complementado con otro similar aportado por el sector privado del país. En el evento participaron también Jaime Roberto Palomo y Roberto Murray Meza, como representantes de dicho sector y quienes ya comprometieron fondos para este programa.

La sencilla ceremonia fue especialmente relevante, porque volvía a unir a dos aliados que nunca han estado muy lejos. FEPADE ha logrado crecer y aportar a la educación salvadoreña gracias a la empresa privada, pero también a la confianza que USAID ha tenido en su capacidad de llevar adelante proyectos estratégicos. El Ministerio de Educación participó en la ceremonia asegurando su apoyo y beneplácito, que es crucial para poder intervenir en centros escolares públicos.

El programa de adopción de una escuela nos permite, como decía Murray Meza, adoptar al país entero. La analogía de la adopción es muy significativa. Cuando adoptamos un hijo lo hacemos parte de nuestra familia y como nuevo miembro de ella adquiere derechos y obligaciones. Al adoptarlo lo hacemos nuestro y ciertamente no sólo para disfrutar de lo que el dinero puede comprar, sino que también para compartir nuestro amor. Al adoptar una escuela, las empresas del país adoptan a cientos de niños y hacen suyos todos los problemas que enfrentan y todos los éxitos que cosechan. Esta solidaridad puede cambiar la realidad diaria de miles de niños y jóvenes del país.

FEPADE ejecuta este programa a través de su línea de servicio "Empresarios por la educación", esfuerzo liderado desde hace unos años por Ana Porras de Bardi. El apadrinamiento comienza con un buen diagnóstico de la realidad del centro escolar para poder priorizar necesidades y definir un plan de acción. Se trabaja en coordinación con el MINED y directamente con los directores y docentes con el propósito de mejorar los indicadores educativos establecidos como estudiantes con sobre-edad, rendimiento académico, deserción escolar y actualización docente.

Este ejemplo de inversión debería ser apoyado de mejor manera por el Ejecutivo, promoviendo un flujo de recursos adicionales a los centros escolares. El modelo de asocio público-privado es en esta ocasión entre el gobierno de Estados Unidos (sector público) y el sector empresarial liderado por FEPADE (sector privado). Estoy seguro que las organizaciones que durante muchos años colaboraron con el Estado en la mejora de la calidad educativa estarían interesadas en ejecutar con creatividad y autonomía fondos provenientes de los sectores públicos de ambos países.

Al parecer los fantasmas comienzan a disiparse y la importancia de resolver los problemas fundamentales de la gente adquiere nueva preponderancia. Esperemos que este tipo de colaboración pueda continuar y así el sistema educativo nacional se vea fortalecido. Animémonos a adoptar una escuela. Hagamos a una escuela parte de nuestra empresa y parte de nuestra familia.

Rápidamente veremos en el rostro de los niños el poder que transforma y que cambia. No tiene precio el poder llamar a esos niños por su nombre, el poder celebrar con ellos sus triunfos, el poder colaborar para que los ambientes físicos sean dignos, el poder contribuir para que el maestro sienta la satisfacción del trabajo bien hecho, el poder permitir que el maestro sienta el aprecio de la sociedad. Estos resultados no tienen precio. Adoptemos una escuela.

elsalvador.com :.: Adoptemos una escuela

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