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2010/10/02

Contra Punto-Otro Año, otro Presupuesto Público y la misma Crisis - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 
Por Carlos J. Glower.02 de Octubre.Tomado de Contra Punto.

Diagrama del proyecto presupuestario gubernamental para el 2011, el cual adolece de los mismos vicios

SAN SALVADOR-¿Hacia qué objetivo conduce el Presupuesto Público a la economía salvadoreña en el 2011?
Esto obviamente depende de quién hace la dirección. Casi siempre son los grupos más poderosos de un país los que organizan la economía por medio del Presupuesto Público de modos que se transfirieran ingresos y recursos a ellos. Del Imperio Español tales transferencias tomaron principalmente la forma de captura militar y tributo por la conquista colonial.
Hoy, la maniobra financiera y la acción de palanca de deudas desempeñan el papel que la conquista militar hizo en antaño. Su objetivo todavía es controlar la tierra, la infraestructura básica y las utilidades– y también ganar el control de los ahorros nacionales, la banca comercial y la política del banco central como es la dolarización. Esta conquista financiera es conseguida pacíficamente y hasta voluntariamente más bien que militarmente. Pero el objetivo es el mismo: hacer pagar a la población sustancialmente – como deudores y como los subalternos dependientes. Pero, la economía salvadoreña de “anfitriona endeudada” está en una posición similar a la de un país derrotado. Su exceso económico es transferido al extranjero, mientras en la localidad, los deudores pierden la soberanía sobre su propio camino financiero, monetario, económico y política impositiva. La infraestructura pública fue y es vendida a compradores extranjeros, que son descontados como desgravables y pagados a extranjeros.
Esa es la foto del Presupuesto Público que el Ejecutivo presentó a la Asamblea Legislativa para el próximo año y que solo confirma lo que ha venido sucediendo por siglos, décadas y años. Veamos.
El presupuesto para 2011 totaliza 4.5 mil millones de dólares, con la extraña salvedad que 653 millones serán utilizados para pagar una deuda contraída por el Presidente Flores hace 10 años para allanar el camino de la dolarización. Esta cantidad corresponde al Presupuesto, pero no se sorprenda estimado lector, no se utilizará para salud pública, ni educación, ni ninguna de las prioridades que tiene la población más vulnerable del país. En realidad, esta cantidad que corresponde al 14% del Presupuesto, es para pagar deuda vieja y no contribuye a la actividad económica en curso. El pago de esta deuda, permite obtener más créditos y mantener el mismo nivel de deuda. Esto lo podríamos llamar la “rueda de caballitos.”
El remanente del presupuesto, que supera en un inocuo 5% superior al del año en curso, es en términos reales y efectivos inferior al de 2010, ya que si tomamos la inflación, la amortización de deuda e intereses de deuda existente, el costo del “roll-over” de la deuda de corto plazo del gobierno mas el pago de la deuda previsional y otros gastos relacionados, nos indica que la disponibilidad de fondos públicos para arrancar a la economía dolarizada de su deflación recesiva es en términos netos inferior al presupuesto anterior.
Se debe recalcar que el Presupuesto es la contrapartida financiera de un plan de gobierno. Ello implica que este es el esquema de financiamiento del programa político del que ejerce el Ejecutivo en un Estado moderno y es su relevancia económica, muy por encima de sus aspectos contables y jurídicos, o efectos políticos, el mecanismo más sobresaliente. Siendo el presupuesto del próximo año inferior al de este año en términos reales, queda claro que el único objetivo del Presupuesto presentado es de gestionar la crisis conjunta de  la economía y de la dolarización, reproduciendo un programa económico diseñado por el FMI que se caracteriza por su naturaleza recesiva.  Muy a pesar de sus enunciados “nobles” de proteger a los vulnerables, etc., el Presupuesto por aprobar es todo lo contrario: un instrumento administrador de la crisis y de protección a la dolarización. Por algo es que todos los préstamos obtenidos de los entes multilaterales y autenticados por el FMI mencionan que se debe proteger la dolarización.
Pareciera que el Ejecutivo ha olvidado la crítica situación económica. Para recordar: la economía  ha sido mutilada por una crisis financiera amarrada por la dolarización. Algunas políticas presidenciales y re canalización de préstamos han superficialmente limitado el daño, pero estas medidas no han podido contra la barrera de la dolarización y la misma escasez de dólares, y por ello el desempleo permanece desastrosamente alto, la migración continúa y la inversión neta posiblemente sea negativa. Más acción es claramente necesaria. Y además, así como muchos temíamos, la timidez del presupuesto para confrontar la crisis dentro de la dolarización, ha aterrizado al gobierno en una trampa política.
Para enfrentar la crisis se necesita un presupuesto contracíclico y se presenta uno procíclico, lo que pone al gobierno ante la ciudadanía como desinteresado e indiferente a sus necesidades. El problema se hace bicéfalo: económico y político. Y, todo ello, por salvar la insalvable dolarización a menos que se cargue con más impuestos y sufrimientos a la ciudadanía misma. Un resultado final de esta odisea es que se va perdiendo la credibilidad y el atuendo del Emperador comienza a percibirse invisible como verdaderamente es.
Las economías de los países vecinos cuentan con un banco central eficaz y real para apoyar el carácter y la bondad fiscal del presupuesto público. El Salvador, con su disparatada dolarización y con una crisis más profunda que nuestros vecinos, hará mucho menos. Con ello quiero decir que no esperemos un año de recuperación.  El estancamiento continuará y, tomando en cuenta que el Presupuesto es una copia fiel de los dictados del Acuerdo con el FMI, no se tendrá otra alternativa que aumentar los impuestos. Y, sí, estimado amigo, me leyó la mente, el aumento será en el IVA el cual es más fácil introducir porque afecta más a los sin voz.
El Presupuesto alude a un tal Pacto Fiscal para apoyarse en el aumento de la recaudación esperada. A pesar que mucho se ha hablado de este concepto, nadie sabe lo que es o, mejor dicho, todos lo sabemos pero nadie aún lo puede explicar.  Recalco esto pues lo que me indican los argumentos que sostienen al Presupuesto poseen mucho de paja y poco de grano. Como gran enunciado, el presupuesto propone que la inversión social aumentará un irrisorio medio punto porcentual del PIB, muy distante del porcentaje canalizado para pagar deuda. Este es el laberinto económico en que hemos caído: el engranaje de toda nuestra economía marcha para pagar deuda, que como dije en un principio, es el sustituto de la conquista militar, que aunque ocurre sin tambores de guerra, se despliega silenciosamente eliminando trabajos, disminuyendo profesores y desapareciendo medicinas que nunca existieron o que tal vez estén enterradas en barriles.
En resumidas cuentas, esperemos un año con un gobierno postrado, con menor liquidez por el comportamiento del ritmo económico de los sectores productivos pero, eso sí, todos unidos defendiendo la dolarización cuando ni dólares ya tenemos.

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