El presidente Mauricio Funes pidió perdón a la comunidad indígena del país en el inédito "Primer Congreso Nacional Indígena". La comunidad aceptó y pidió pronta inclusión social.
Por Magdalena Flores / Nelson Rentería.15 de Octubre. Tomado de Contra Punto.
Fotografía cortesía CAPRES
LA LIBERTAD – La comunidad indígena de El Salvador aceptó la petición de perdón que el presidente Mauricio Funes realizó este martes por las históricas violaciones que el Estado ha cometido contra sus derechos fundamentales, no obstante, demandaron del gobierno mayor celeridad en su proceso de inclusión social.
Funes, que participó en una colorida ceremonia del inédito primer Congreso Nacional Indígena, pidió perdón a los indígenas salvadoreños por las matanzas, la exclusión, la invisibilización y el irrespeto a sus costumbres.
No existen precedentes históricos en la acción presidencial. Los anteriores gobiernos y la sociedad misma han visto a la comunidad indígena con concepciones excluyentes, discriminativas y folcloristas. El mandatario en su discurso no obvió lo antes mencionado.
“En nombre del gobierno salvadoreño pedimos perdón a las comunidades indígenas por la persecución, por el exterminio de que fueron víctimas durante tantos y tantos años”, expresó el mandatario.
Anteriormente el gobernante también había solicitado perdón en nombre del Estado por los crímenes cometidos durante el conflicto armado (1980-1992) y por el magnicidio del arzobispo Oscar Arnulfo Romero, ejecutado el 24 de marzo de 1980 a manos de un comando de ultraderecha.
Desde la conquista española y en diferentes pasajes en la vida de El Salvador, las comunidades indígenas han sufrido el acoso, el maltrato, esclavitud, marginación, las violaciones a los derechos humanos y sus creencias, despojos de sus bienes y matanzas.
La más reciente de las masacres ocurrió en 1932 por fuerzas militares del general y dictador Maximiliano Hernández Martínez, en la cual se estima fueron ejecutados unos 30.000 indígenas, aunque algunos estudiosos conservadores señalan que es una “cantidad exagerada”.
“Terminamos, a partir de este día, oficialmente con esa negación histórica de la diversidad de nuestros pueblos y reconocemos a El Salvador como una sociedad multiétnica y pluricultural”, sostuvo Funes.
Debido a los diferentes hechos sangrientos y de persecución, para los investigadores es difícil precisar la cantidad de indígenas y sus asentamientos en todo el país. Aseguran que los grupos indígenas están en todo el territorio, pero que han identificado algunas zonas en el occidente como Nahuzalco, Izalco y Santo Domingo de Guzmán.
El último Censo de Población y Vivienda realizado en 2007, indica que de los casis seis millones de habitantes en el país, un 12% correspondería a la población indígena.
Presidente Funes: "En nombre del pueblo salvadoreño,
en nombre de la familia salvadoreña
(...) pido perdón a las comunidades indígenas por la persecución,
por el exterminio de que fueron víctimas durante tantos y tantos años".
Absolución y exigencias
María Eugenia Aguilar, integrante de RAIS, dijo a ContraPunto que es importante el reconocimiento que realizó el gobierno porque esta condición estuvo negada por varias décadas y diferentes gobiernos, sin embargo, cree que debe de pasar del discurso a los hechos.
“Es una cosa positiva el escuchar el reconocimiento de que existen pueblos indígenas en el país, ya eso es un gran avance, porque todos estos siglos ha sido invisibilizados, pero ahorita lo importante es llevar a la práctica eso”, expresó Aguilar.
En un pronunciamiento de los Pueblos Originarios de El Salvador, integrados en la mesa permanente de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), exigen acceso a la tierra, participación política, autonomía, salud indígena y educación multicultural.
Rafael Lara Martínez, investigador experto del tema indígena en Mesoamérica, aseguró que el discurso del presidente Mauricio Funes tiene más de “retórica” que de propuestas concretas para solucionar las demandas de estos grupos étnicos.
“La cuestión nodal es cómo ese ideal se implementa y cómo se particulariza en lo indígena (…) me quedo con el sinsabor de un proyecto global que no aterriza en lo indígena en concreto”, expresó.
Según la Secretaria de Inclusión Social, el Primer Congreso Nacional Indígena pretende crear un espacio para que los pueblos indígenas debatan sobre sus preocupaciones y tender un puente de dialogo entre el sector y el Gobierno.
“Es un buen principio, pero hay que ver bajo qué condiciones pidió perdón. Porque el problema es que si lo ve desde el punto de vista político entonces no hizo mayor cuestión”, dijo Ismael Crespín, indígena arqueólogo de RAIS.
Lara-Martínez coincide con Crespín desde el terreno político, pues más allá del inédito congreso y el gesto del perdón, no habrá cambios sustanciales si no se abordan temas cruciales para la comunidad indígena.
El especialista resiente que el jefe de Estado no habló de “implementar el estudio de las lenguas indígenas ni habló de cómo la Secretaría de Cultura por instituciones de corte antropológico podría crear espacios para que lo indígena se vuelva más visible en la capital”.
El académico cita como ejemplo la actual acefalía en la que está el Museo Nacional de Antropología (MUNA), pues quien fuera su director, el escritor David Hernández renunció recientemente. Su nombramiento y su fugaz tránsito fueron cuestionados y de nuevo puso en tela de juicio la falta de visión de la Secretaría de Cultura.
“El MUNA podría dar lugar a concursos de danzas, música, máscaras del arte indígena y campesino en general en lugar de concentrarse en lo pasado glorioso, en lo arqueológico. Ni siquiera hay salas dedicadas a la filosofía y lenguas indígenas” concluyó el especialista.
Información con reportes de Tomás Andréu
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