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2010/10/08

Contra Punto-Cuba aún levanta pasiones en la derecha - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 El restablecimiento de relaciones entre El Salvador y Cuba ha venido acompañado de varios convenios de colaboración en distintos sectores sociales y comerciales. Es algo que siempre suele acompañar este tipo de encuentros, si bien Cuba no es un país cualquiera  

Por Fernando de Dios.08 de Octubre. Tomado de Contra Punto.

SAN SALVADOR – La visita del presidente Mauricio Funes a Cuba ha resultado ser, en el plano práctico, un gesto de acercamiento y el inicio de una nueva etapa de colaboración entre ambos países tras muchas décadas de inexistencia de relación diplomática.

Sin embargo, en el plano espiritual, las pasiones no han podido ser totalmente aplacadas y las implicaciones políticas e históricas del país caribeño han estado a flor de piel, tanto para sus entusiastas como para sus más acérrimos detractores.

Que El Salvador fuera el último país de América Latina en reanudar contacto con Cuba, y que para que ello ocurriera tuviera que tener lugar un cambio de gobierno, no es casualidad, pues en la mente y el recuerdo de los sectores de derecha salvadoreña está fresca la colaboración que durante el conflicto interno vivido entre 1980 y 1992 prestó el régimen comunista de los hermanos Castro a la entonces guerrilla y hoy partido político Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

“A nadie escapa que el régimen cubano implementado desde hace 50 años ha querido exportar su revolución y apoyó a lo que entonces eran grupos insurgentes, la guerrilla salvadoreña expresada en el FMLN”, señala el diputado de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Mario Marroquín.

Por tanto, esta visita es un hecho histórico, pero también un asunto que la derecha local no ha digerido totalmente, dadas las declaraciones y resistencias que mostró en el proceso de preparación de la primera visita oficial de un jefe del Estado a la isla caribeña.

ARENA fue el único partido que no dio sus votos en la Asamblea Legislativa para la ratificación previa de los convenios que se firmarían con Cuba, ni incorporó a ninguno de sus miembros en la delegación que acompañó al presidente Mauricio Funes, dejando claro que no está de acuerdo con el paso dado por el Ejecutivo.

Las gremiales empresariales más cercanas al partido tricolor, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, secundaron la postura de que “no hay nada que ir a hacer allí (a Cuba)” y no enviaron representación institucional alguna en dicha delegación.

Sin embargo, estas patronales dieron libertad a sus agremiados para acudir, cosa que hicieron un total de 40 empresarios locales, entre nacionales e inversionistas extranjeros, principalmente de rubros como el turismo, la construcción, alimentos o los medicamentos.

Una nueva etapa de cooperación

El saldo que arrojan las 48 horas de estancia de la delegación salvadoreña en la isla se resume en la firma de cuatro convenios de colaboración en los rubros de salud, comercio, educación y cultura, y el compromiso de firmar seis acuerdos más en los próximos dos meses, en sectores como el transporte aéreo y marítimo, la prevención de desastres o la ciencia y la tecnología.

Para políticos de derecha, empresarios y analistas consultados por ContraPunto sobre esta visita, la repercusión que tendrá en la realidad nacional será limitada en el sentido de que sólo ha supuesto una toma de contacto.

Pero también señalan la cautela que ha de tener el gobierno de Funes a la hora de desarrollar ciertos programas de cooperación que han sido firmados, pues la experiencia, dicen, enseña que Cuba suele acompañar su ayuda con ideología e intromisión en las políticas internas de las naciones en las que se han hecho presentes sus médicos o maestros.

“Debemos ser muy cuidadosos para que esa cooperación eventual que se puede brindar en materia educativa no vaya a ser para un adoctrinamiento como ha ocurrido en casos comprobados, como Venezuela y Nicaragua” alerta el ex presidente de la ANEP y analista económico Héctor Vidal.

En cuanto al convenio en materia de salud, la preocupación de ARENA se centra en la supuesta pérdida de oportunidades de empleo para los profesionales salvadoreños ante un eventual desembarco de galenos cubanos.

“A nosotros sí nos preocupa el convenio de Salud, que le da una serie de prerrogativas a los médicos cubanos”, afirma Mario Marroquín, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Legislativa.

Para el tricolor, ese convenio es muy favorable para los profesionales de la salud cubanos, que tendrán apoyo económico del Estado para desarrollar su labor, “cuando aquí hay cientos de médicos queriendo una opción de trabajo y no se les da”.

Esta afirmación, que los miembros de ARENA ya hicieron durante el debate parlamentario sobre estos convenios, fue desmentida rotundamente por Funes a su llegada a Cuba.

El mandatario afirmó que era “una mentira” y que “de las 14,000 nuevas plazas (que se crearán con la reforma del Sistema Nacional de Salud), ninguna va a ser ocupada por un médico cubano o de cualquier otra nacionalidad. Serán plazas salvadoreñas”.

Airado y tajante, Funes enfatizó que la postura de ARENA representa una miopía y una ceguera política, que revela propósitos mezquinos de un partido que durante 20 años en el gobierno “no pudo hacer del derecho a la salud un derecho humano fundamental prestado por el Estado”.

Según explicó el presidente, el aporte que harán los médicos cubanos en el marco del convenio firmado se centrará en dar asesoramiento para el plan de medicina preventiva comunitaria que incorpora la reforma sanitaria.

Para Héctor Vidal, Cuba puede ser un buen lugar para ir a buscar medicamentos baratos para el sistema de salud pública de El Salvador, que adolece de un grave problema estructural de desabastecimiento de fármacos, pagados en el país a precios que están entre los más altos del mundo.

“Habría que ver si Cuba produce medicamentos que son idóneos, o son los que demanda el sistema público y privado de salud y por esa vía quizás abaratar el precio de medicamentos”, propone Vidal, quien añade que es indiscutible que las medicinas en ese país “están muy avanzadas y en algo se puede aprovechar esa experiencia”.

Algo a lo que el diputado de ARENA, Mario Marroquín, opone que “ya se ha estado trayendo (medicinas de Cuba) y no ha causado ningún impacto en el precio de las medicinas”.

Comercio e inversión politizados

El presidente Funes destacó en varias ocasiones durante la visita a Cuba la idoneidad de de estudiar la fórmula de asociación entre el Estado y las empresas privadas extranjeras desarrollada por el gobierno de la isla, que según el mandatario les ha dado buenos resultados.

El mecanismo contempla la creación de consorcios en los que participan empresas y sector público en el desarrollo de proyectos de distinta índole, siendo el más común en Cuba el realizado en el sector turístico.

Por otra parte, el convenio firmado por ambos países en el plano comercial contempla lo que se denomina Acuerdo de Alcance Limitado, que establece la rebaja de aranceles para algunos productos en ambas direcciones.

Para el director ejecutivo de ANEP, Raúl Melara, ese tipo de asociaciones entre capital privado y público es algo que se puede estudiar, ver de qué forma se va a realizar, pero que en cualquier caso, debe estar presidido por una meticulosa rendición de cuentas.

“La transparencia es sumamente importante para que cualquier tipo de asocio en el cual se inviertan fondos públicos pueda hacerse del conocimiento de todos los ciudadanos”, expone Melara.

Sin embargo, para el representante de la patronal la inversión en un país como Cuba, con un régimen no democrático, presenta más riesgos que posibles beneficios, por lo que no ve viable un flujo de capital salvadoreño hacia la isla.

“Cualquier rubro en un país en el que no se han respetado las libertades y se ha configurado una dictadura por más de cincuenta años, tiene más riesgos que invertir en un país que tenga una tradición democrática” afirma.

Este sesgo político es también señalado por el diputado de ARENA, quien no ve perspectivas de que vaya a suponer un beneficio abrir una mayor relación comercial con Cuba.

El convenio comercial, dice Marroquín, “no es nada novedoso”, pues según el diputado arenero ya se está dando un comercio entre los dos países, por lo que en su opinión, “es más que todo de origen propagandístico y de congratularse el presidente con el partido que le llevó al poder”.

Y es que, en opinión del diputado arenero, este viaje oficial a Cuba responde a que “el presidente Funes tiene compromisos con el partido que lo llevó al poder (el FMLN), que es de ideología comunista socialista”.

Por su parte, Héctor Vidal considera que lo ideal es que el comercio se separe de las pasiones de la ideología, ya que, más allá de los colores partidarios, las relaciones comerciales necesitan de marcos diplomáticos estables que las auspicien y las respalden.

“Lo interesante aquí hubiera sido obviar más las implicaciones del viaje”, dice Vidal, quien añade que “siempre se puede argumentar que el comercio es limitado, pero no se podrá aumentar si no se da el marco de relaciones adecuado”.

A años luz de esta concepción, el diputado Marroquín afirma que lo mejor que puede exportar El Salvador a Cuba es su sistema político, en que según él impera la libertad y la democracia.

“Nosotros tenemos que enseñarles mucho en la democracia a Cuba. En el respeto a los derechos humanos, en lo que se ha logrado a través de los Acuerdos de Paz, en fortalecer la democracia. Eso es lo que más podemos exportar a Cuba” alardea el arenero.

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