LPG-El síndrome del golpismo, mientras...

Escrito por Juan Héctor Vidal.18 de Octubre. Tomado de La Prensa Gráfica.
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Creo que a estas alturas pocos dudan de que la salida de Zelaya como presidente de Honduras fue producto de un golpe de Estado. Yo lo consigné así en mi columna del 6/07/09, pero también hice alusión a los antecedentes: la pretensión del ex gobernante de perpetuarse en el poder, atropellando la institucionalidad al estilo de Chávez y su séquito.

A partir de entonces este último convirtió su conocido delirio de persecución, por un verdadero síndrome que se ha encargado de cacarear a lo largo y ancho del hemisferio arreciando más sus ataques contra el “imperio”, como responsable de desestabilizar a gobiernos democráticamente elegidos. Los acontecimientos suscitados en el Ecuador hace unas semanas le sirvieron de excusa al comandante y su camarada Morales, para nuevamente enfilar sus baterías contra el país del norte, pero como dice nuestro pueblo, en esa ocasión se fueron en la “chicagüita”, porque fue el mismo presidente ecuatoriano quien “absolvió” a los gringos.

Sin duda estimulados por esos hechos, las declaraciones del secretario general de la OEA alertando sobre los retrocesos que pueden darse en el camino hacia la democracia en América Latina, la invitación y atenciones –para mí, crasos errores políticos– a Micheletti y la ex primera dama hondureña; la pérdida del voto popular de Chávez en las recientes elecciones para renovar el Congreso, el caso de la senadora colombiana desaforada por sus supuestas vinculaciones con las FARC, la muerte del “Mono Jojoy” y la controversia por el viaje del presidente Funes a Cuba, entre otros acontecimientos, ha llevado a algunos altos dirigentes del FMLN a plantear la posibilidad de un golpe de Estado en el país.

Lo preocupante es que al final, todo se reduce a conjeturas. Tirios y troyanos sacan sus armas más sofisticadas –el chisme y la difamación– pero sin aportar nada que mande un mensaje a la población de que nuestra incipiente democracia está realmente en riesgo. Las réplicas y contrarréplicas solo dejan al desnudo nuestra inmadurez política y, sobre todo, nuestra corta memoria histórica y el escaso compromiso con la democracia.

Las declaraciones del presidente Funes sobre las denuncias del FMLN –incluyendo la posición del tema de la Fuerza Armada– y que lo llevaron hacer pública su intención de elevar a consideración de la OEA la necesidad de fortalecer los mecanismos hemisféricos, a la luz de los acontecimientos de Honduras y Ecuador, sin duda merecen mucha atención. Sin embargo, no está de más recordar que los artículos 26 y 27 de la Carta Democrática Interamericana ya se refieren a la promoción y fortalecimiento de la cultura democrática y la institucionalidad política.

En este sentido, quisiera pensar que la iniciativa presidencial contempla un esfuerzo para “tropicalizar” el concepto de democracia, para enfatizar que esta es más que la simple celebración de elecciones. Caso contrario, el sistema interamericano seguiría ignorando la importancia de la institucionalidad, para continuar cohonestando las prácticas funestas de los Chávez, los Morales, los Correa y los Ortega, para perpetuarse en el poder.

Al abordar este tema, no puedo ignorar el caso de Chile. Viniendo del caos, soportó una dictadura de 17 años, pero se hastió de ella y le dio vuelta a la página con madurez, compromiso y visión histórica. Abrazó las ideas del libre mercado y se abrió al mundo, progresando como pocos. Sufrió a principios de este año dos brutales desastres naturales, pero se mantuvo erguido. Y justamente la semana pasada dio un ejemplo al mundo –si bien con la ayuda tecnológica del “imperio”– del significado de la unión de esfuerzos, la solidaridad, la tolerancia y el ingenio. El simbolismo de la llamada cápsula “Fénix II” no puede ser más inspirador. Yo no cambio mi país, pero con frecuencia pienso que bien vale la pena seguir los buenos ejemplos.

El síndrome del golpismo, mientras...