Debate Nuestros letrados apenas están dilucidando la relación o colisión de derechos como el honor y la libertad de expresión; aún desconocen la nueva realidad de la comunicación e información
Ricardo Chacón.10 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
En principio no, lo digo tajantemente, menos en El Salvador donde estamos en pañales en cuanto al respeto de las leyes y en medio de instituciones débiles. Esto no quiere decir que defienda a capa y espada que la libertad de expresión, como derecho que tiene la población para expresarse, así como conocer lo que acontece a su alrededor, sea garantizado, incluso mediante el empleo de métodos no convencionales.
En otros países, con mayor madurez democrática y con instituciones fuertes, el tema se puede discutir; tal es el caso en Inglaterra. En las últimas semanas se produce un intenso debate sobre las "escuchas telefónicas", como un mecanismo para indagar y sustentar investigaciones periodísticas, que permitan a la población enterarse de hechos relevantes, de noticias que impactan a la sociedad.
A raíz de que periodistas de "News of The World" utilizaron la escucha telefónica para confirmar una información, que luego fue difundida por el medio de comunicación; la City University fue el espacio para el debate.
Resulta significativo que lo discutido trascendió y alcanzó niveles internacionales, porque algunas de las posiciones fueron de una "gran apertura" no sólo en defensa de la libertad de expresión de manera formal y académica, sino también de prácticas tales como transgredir algunas leyes o normas para garantizar este derecho de la población.
El ex fiscal jefe de Inglaterra y Gales, Ken MacDonald, planteó, no sin "causar escándalo", que la sociedad necesita que los profesionales de la información "rompan reglas" en determinadas circunstancias.
Las ideas de MacDonald son polémicas y han despertado todo tipo de reacciones: "La sociedad necesita que los periodistas estén dispuestos a violar la ley con el fin de servir al interés público. Hay casos en que los periodistas no querrían violar la ley, y por una buena razón … Queremos que los profesionales de la información rompan las reglas… Si sabes que algo es de interés público, se pueden utilizar ciertos métodos para corroborarlo".
Tal como lo reporta el periódico español ABC, la posición matizada de MacDonald, quien de manera clara no aprueba las escuchas telefónicas hechas por los periodistas de manera ilegal, no autorizado por un juez, también han sido defendidas con anterioridad por otros profesionales como Nick Davies, del diario The Guardian, o el ex periodista de News of The World, Paul McMullan. De igual manera algunos abogados, como Mark Lewis, se han unido a esta corriente y sostienen que, en determinados casos, "la actividad ilegal es aceptable".
El tema no sólo es polémico porque transgrede las normas sino también porque entra a un campo donde los límites son estrechos y minados, como es lo privado y lo público; lo individual y lo colectivo; la intimidad personal y la garantía de la reserva. Sin embargo, en sociedades mucho más maduras como es el caso de Inglaterra, se atreven a discutir sobre el particular e incluso legislar pero en beneficio de la práctica periodística. No en contra.
Y eso que los ingleses tienen una prensa seria, de las más serias del mundo, pero también poseen publicaciones sensacionalistas, amarillistas de gran peso y tirada como los famosos tabloides; además poseen una legislación sumamente dura, estricta, que defiende el honor y la privacidad, pero teniendo de base una irrestricta defensa de la libertad de expresión. Acá es lo contrario.
Hace unos años, cuando se veían venir estos problemas, los ingleses crearon una serie de instancias para estudiar y debatir las nuevas realidades de la labor de la prensa y poner coto, sin perjudicar el derecho de la población a saber y conocer información, así como a expresarse, logrando prohibir, por ejemplo, al ingreso en una propiedad privada sin consentimiento del propietario, instalar instrumentos de vigilancia o tomar fotos o grabar la voz de un individuo que está dentro de su propiedad.
Sin embargo, lejos de haber leyes indiscriminadamente duras, en Inglaterra prima la "autorregulación", que ha existido desde 1953, y es garantizada por Consejo de Prensa, que asimismo protege la privacidad, pero siempre, siempre, dándole igual importancia al libre ejercicio de la prensa.
elsalvador.com :.: ¿Puede un periodista utilizar escuchas telefónicas?
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