A los titulares les toca ahora tragarse el jarabe que dispensaron a lo largo de años, comenzando con las marchas de bata blanca con acompañamiento de individuos de toda calaña
21 de Octubre. Tomado de El Diario de Hoy.
Salud pidió un refuerzo de cien millones de dólares para suplir sus carencias y llegar al fin de año, pese a que los problemas no se resuelven tirando dinero sobre ellos, sino manejando los recursos que se tienen con lógica y buen entendimiento.
El sistema de salud está agrietándose por todos lados, a juzgar por lo que denuncian pacientes, sindicalistas, reporteros y personas que llegan a los hospitales y clínicas públicas. En la mayoría de los nosocomios estatales la atención es deficiente, apenas se cuenta con el adecuado instrumental, faltan camas, hay una aguda carencia de ropa y toallas, escasean las batas para los enfermos, el suministro de medicinas es calamitoso…
Ya se informó que a consecuencia de la huelga los equipos para lavar ropa, sábanas y uniformes están desatendidos, por lo que hay tejidos ensangrentados por el suelo y en esquinas.
Peor la pasan los viejos y los enfermos crónicos, aquellos que tienen programadas "para dentro de seis meses" una intervención compleja y que al presentarse a la cita se enteran que esta se ha vuelto a postergar.
Cuando un paciente con dolencias crónicas pierde su cita por contratiempos, los encargados rehúsan reprogramársela (llegando a amenazarlos de quitarlos de la lista de atendidos si protestan), lo que les obliga a reanudar todo el proceso, lo que es difícil para personas mayores o que sufren enfermedades que limitan su capacidad de movimiento. A ello se suma el desorden de los laboratorios y los exámenes.
Los del sindicato, empero, han encontrado una eficaz fórmula para solucionar la crisis del sector: no permitir el ingreso de pacientes ni de médicos ni de personal administrativo a los centros públicos de Salud y que además les entreguen un bono de trescientos dólares.
En cuanto a los titulares, les toca ahora tragarse el jarabe que dispensaron a lo largo de años, comenzando con las marchas de bata blanca con acompañamiento de individuos de toda calaña.
O a rezar mucho o con la fórmula secreta
No ayuda en nada a Salud, como al resto del sector gubernamental, el que Trabajo se encuentren inmersos en una "ofensiva hasta el tope" para formar sindicatos en cada ministerio, dependencia y oficina pública, lo que va a terminar estallándoles en la cara a todos los funcionarios.
Es una gran lección saber que "la salud no es una mercancía", como está pintarrajeado en muchas paredes de San Salvador.
El problema es que para cuidar la salud se requiere de mercancías, hay que administrar bien su suministro, compra y embodegamiento, se tiene que manejar todo con eficiencia y se debe disciplinar al personal que labora en el sistema.
Lo que brilla por su ausencia a la cabeza del sistema son administradores capaces, gente con experiencia, conocimiento, sensatez y que tenga los pies sobre la tierra. Los que había fueron echados sin contemplaciones para entregar esas plazas a personas con una loable y legítima sensibilidad social pero sin experiencia como administradores.
Hay dos posibles salidas a esta situación que tanto perjudica a la mayoría de salvadoreños. La primera, que en cada pasaje, barrio, pueblo, cantón y arrabal se organicen rezos, procesiones, solemnidades religiosas y peticiones al Altísimo para que la situación vuelva a lo normal.
Lo otro es esperar que personas que durante años criticaron y atacaron, saquen las fórmulas ofrecidas para superar deficiencias.
elsalvador.com :.: El problema se resolvería con buena administración
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