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2010/10/15

Contra Punto-“El autoritarismo y prepotencia del presidente Correa cierra los espacios de diálogo” - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 Por Víctor Flores García.15 de Octubre. Tomado de Contra Punto.

Alberto Acosta, fundador y crítico de “la revolución ciudadana”, advierte sobre los riesgos de una crisis institucional  

MEXICO DF

- El frágil orden constitucional del Ecuador, país andino en el que ocho presidentes no han terminado sus mandatos en los últimos 13 años, estuvo de nuevo al borde del abismo el jueves 30 de septiembre. En esa caótica jornada, el presidente Rafael Correa se colocó en el corazón de una rebelión policial en el principal cuartel de Quito, donde quedó retenido por manifestantes y debió ser rescatado en un violento operativo militar. Los insurrectos armados clamaban por matarlo en el fragor del alzamiento policial que dejó una decena de muertos y casi 300 heridos.
“Fue una crisis de gobernabilidad la que se vivió, una conspiración en marcha desde tiempo atrás, un intento de golpe de Estado fallido que no pudo ser procesada adecuadamente por las instancias del propio Estado. ¿Dónde estaba la inteligencia oficial? ¿Dónde los mandos policiales y militares? ¿Dónde los ministros del ramo, sobre todo el ministro de Gobierno? Hay una grave crisis de institucionalidad en Ecuador, los responsables no supieron procesar ese tipo de reclamos”, afirma en entrevista con M Semanal Alberto Acosta Espinosa, considerado en círculos políticos ecuatorianos como el “mentor político” del presidente Correa luego de una amistad de dos décadas.
Miembro del primer gabinete económico del mandatario, Acosta, de 62 años, se alejó del gobierno hace dos años pero mantuvo su participación crítica en las filas oficialistas: “Es lógico, es parte del estilo de gobierno del presidente Correa, su autoritarismo y su prepotencia muchas veces impiden los diálogos y el conocer lo que la gente está pensando. Manejó mal esa crisis y se generaron las condiciones para que las fuerzas golpistas ecuatorianas, atentas a cualquier problema o error, intervinieran”, argumenta el Economista educado en el extranjero, considerado como uno de los mejores conocedores de las entrañas de la “revolución ciudadana” de Ecuador, cuyo diseño hicieron un puñado de hombres en el comedor de su casa; entre ellos, Correa.
“El Presidente deberá sacar las lecciones del caso. Por ejemplo, abrir el diálogo, abrir el espacio para buscar un gran acuerdo nacional de las fuerzas que podrían empujar los cambios que está exigiendo la sociedad. Porque, a pesar de todo, el presidente Correa tiene un altísimo respaldo de la sociedad”. Éste subió cinco puntos después de la crisis hasta llegar a 60 por ciento en una encuesta Gallup, y está arriba de 70 por ciento en otras, afirma el intelectual, especializado en energía y comercio exterior, formado en Alemania, y quien ahora ha elegido un mirador académico desde la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Quito.
“Si Correa entiende lo que pasó y aprovecha este momento, va a potenciar su gobierno y le va dar durabilidad y profundidad; pero eso necesita una serie de golpes de timón en términos de contenidos, en términos de forma de relacionarse, de reunirse con los grupos sociales, no cerrarles la puerta, no criminalizarles, no marginalizarlos”, recomienda Acosta, presidente de la Asamblea Legislativa hasta hace dos años.
¿MOTÍN POLICIAL O GOLPE DE ESTADO ATÍPICO?
La denuncia de golpe de Estado hecha por Correa, quien responsabiliza al ex presidente Lucio Gutiérrez de la conspiración, ha sido avalada por dos declaraciones clave: una del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulsa, y otra del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Insulsa expresó el martes cinco de octubre que en Ecuador “se intentó otra vez” un golpe de Estado. “Es posible que si no tenemos los cuidados se pueda producir otra vez. En nuestro continente sigue habiendo quienes a pesar de ser minoría están dispuestos a actuar y aprovechar cualquier coyuntura para provocar desestabilizaciones, un intento de golpe de Estado. La acción gremial (de la policía) no tenía ninguna justificación. La intención de otros que estaban en esta actividad y que no fueron vistos en primera fila era de llevar esta insurrección hasta una desestabilización del gobierno”.
A su vez, el presidente estadunidense Barack Obama llamó el miércoles seis de octubre al mandatario ecuatoriano para reiterarle “el respaldo de Estados Unidos al presidente Correa y las instituciones democráticas de Ecuador”. La Casa Blanca se refirió así a la amenaza de una ruptura del orden constitucional que vivió el país andino: “El Presidente destacó la importancia de resolver cualquier conflicto en Ecuador en el contexto del orden democrático y constitucional del país”. Obama reaccionaba a una declaración de Correa en la que dijo que no creía que Washington estuviera envuelto en el levantamiento.
La tesis del golpe cobró más fuerza luego de que se conocieron grabaciones de la radio interna de la Policía donde algunos agentes instigaban a matar al presidente durante la rebelión. “¡Que lo maten a Correa para que se acabe esto, que lo maten a Correa y se acaba!”, “¡Mátenle, mátenle al presidente!”, fueron algunos de los mensajes entre sublevados en un registro de media hora difundido por la agencia oficial Andes. “No le dejen salir a ese hijo de puta, primero que firme; si no, sale muerto ese cabrón”, señala otra voz. En la misma cinta se escucha a personas que coordinaban a los sublevados para enfrentar al Ejército, mientras otras llamaban al orden y a dejar salir al mandatario. “A ver compañeros, no hablemos de asesinato”, “Mantengan el orden, permitan que salga el presidente” y “Déjenle que se vaya esa mierda de presidente”, terciaron otros sublevados.
EL MESIANISMO DE CORREA
VF: ¿Correa es responsable del aislamiento interno que ha venido sufriendo por su estilo personalista?
AAE: El Presidente asume el papel de ser el único portador de la voluntad política colectiva. Él cree que es el único que sabe cómo resolver los problemas; entonces, no abre los espacios para los diálogos, para las concertaciones, para las alianzas, creo que eso es lo que le está pasando desde hace rato una factura. Es una persona inteligente, con una gran capacidad de trabajo, mucho carisma, líder nato; pero es prepotente, escucha poco o nada: él sabe lo que gente necesita y quiere, él sabe las repuestas, entonces, él es el único que pude satisfacer esas demandas…
VF: La opinión pública entiende por golpe de Estado clásico cuando se pide la destitución del presidente, una renuncia, con una proclama y un programa político. ¿Cuál es la peculiaridad de lo ocurrido en Ecuador?
AAE: En primer lugar, como bien señala, estamos acostumbrados a que los golpes de Estado se presenten de una forma predeterminada, como si existiera un libreto único. Y eso no es así. No siempre se presenta un grupo de militares con pistola en la mano a pedir la renuncia del Presidente, a exigir que firme una renuncia que en ocasiones le llevan hasta escrita. Hay otros casos en los que con pistola en mano le sacan de su casa y del país, como fue el caso del ex presidente Manuel Zelaya, en Honduras. Hay otros (golpes) que tienen otras evoluciones o etapas. No hay un golpe de Estado en un solo día o en un solo intento. Han habido ocasiones en las que se dieron golpes de Estado como en Chile, en contra de Salvador Allende, donde tres meses antes hubo una suerte de ensayo general, en el que se vio hasta qué punto el gobierno tenía capacidad de reacción, cuáles eran las fuerzas que le respaldaban y cómo podía procesarse la defensa del orden instituido.
VF: ¿Por qué no se sumaron las Fuerzas Armadas a la insurrección policial?
AAE: Las Fuerzas Armadas, después de que dudaron, se inclinaron a favor de la Constitución y del presidente Correa. Creo que eso les puede haber dejado un poco descolocados a los conspiradores. De todas maneras, se trató de una suerte de evaluación de esos grupos golpistas, porque no me cabe la menor duda que hay grupos golpistas en Ecuador, que hay grupos que están empeñados en parar cualquier proceso de cambio y transformación.
VF: Las claves de los acontecimientos de la semana pasada en Ecuador, ¿deben buscarse en la naturaleza inestable de la política ecuatoriana?
AAE: El golpe es un ejercicio que no es sólo político sino técnico, mediante el cual un grupo de personas logra paralizar un Estado. Y en los acontecimientos del jueves paralizaron el Estado ecuatoriano. Lo que no se concretó fue la salida del Presidente y el pedido de su renuncia por parte de los sublevados, que sí consideraron asesinarlo.
VF: Esas expresiones se escuchan en una grabación policial interna, pero no hay un plan expreso para asesinarlo, fue una especie de calentura de crisis…
AAE: Eso es algo que no sabemos. Lo que sí sabemos es que había un plan. Movilizaron al mismo tiempo varias unidades en varios sitios del país, incluido el aeropuerto, en distintas instancias policiales pero también militares. Luego eso se fue desinflando, posiblemente por falta de cohesión y de coordinación, al final también puede haber sido por la decisión del presidente Correa de meterse en el cuartel. Lo que fue un acto valiente, pero muy temerario, muy arriesgado.
VF: Hay quienes concluyen que fue un motín policial mal manejado por Correa.
AAE: Podría tener elementos para afirmar que no se manejó adecuadamente el malestar de la policía y las Fuerzas Armadas. Porque hay que tener en cuenta que no sólo es la policía, sino que hay Fuerzas Armadas descontentas. Cuando sale el comandante del Comando Conjunto y dice que los militares apoyan al presidente Correa, en una rueda de prensa, a las dos de la tarde, al mismo tiempo le dice al Presidente: “Recuerde presidente Correa que hay un tema pendiente de salarios”. Ellos también estaban reclamando para los militares con una presión velada; como consecuencia, el gobierno les reconoce después un incremento salarial retroactivo.
VF: ¿Quiénes son los golpistas?
AAE: Hay grupos de poder económico preocupados de que Correa podría profundizar sus propuestas de cambio en Ecuador. ¿Para quién es bueno un golpe de Estado contra el presidente Correa o su misma desaparición?
LA CONSPIRACIÓN
VF: ¿Cuál es la trama más verosímil de la conspiración contra Correa?
AAE: Lo real, hay pruebas irrefutables, es que la conspiración estaba en marcha dos semanas antes. No era sólo a nivel policial. En varios recintos militares, incluyendo el Ministerio de Defensa, se movilizaron soldados a protestar. La Asamblea Nacional fue bloqueada por la policía. En la base aérea de Quito, cuando se bloqueó el aeropuerto, salieron soldados con pancartas claramente preparadas de antemano. Apenas se retiró la policía de Guayaquil empezó una avalancha de vandalismo, robos y asaltos; cuando regresaron los policías no se demoraron nada en empezar a recuperar gran parte de la mercadería robada… parecía que sabían en dónde la iban a guardar. En muchos de esos recintos policiales y militares aparecieron militares y policías en servicio pasivo. Se identificó a gente del partido del ex presidente Lucio Gutiérrez, que está compuesto por muchos militares y policías en servicio pasivo. Hay fotografías y también alguno de ellos ya está detenido.
VF: ¿Es Correa un presidente al borde del abismo? ¿O es un relato construido deliberadamente por él mismo?
AAE: Si él y su gobierno no entienden lo sucedido y no sacan las lecciones del caso, este tipo de sacudones pueden repetirse. Lo peor que puede hacer el gobierno es inflar el discurso del golpe de Estado y confiarse en las encuestas de opinión que muestran una marcada recuperación del Presidente, quien ha alcanzado niveles altísimos luego del fallido intento de golpe.
VF: ¿Ha aprendido a escuchar el Presidente?
AAE: Me temo que no, ojalá me equivoque.
VF: ¿Cómo ha sido la ruta desde sus reuniones con Correa en el comedor de su casa hasta esta fecha?
AAE: Con una botella de tequila de por medio te podría contar, comentar y explicar…
VF ¿Correa quiere ser reelecto por tercera vez?
AAE: Por supuesto. Y lo va a lograr… si es capaz de rectificar y saltar sobre su propia sombra.

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