01 de Octubre. Tomado de Co Latino.
La relativa tranquilidad de la mañana gris de este jueves fue interrumpida, tras conocerse la noticia de un intento de Golpe de Estado contra el Presidente de Ecuador, Rafael Correa.
La noticias grises contra la democracia circularon cuando se supo que elementos policías mantenían secuestrado en un Hospital Metropolitano de la Policía al Presidente Correa, quien, recibía atención médica, cuando fue sorprendido por los policías golpistas. El mandatario, denunció a través de una llamada Telefónica a TELEsur, que sus guardaespaldas habían sido golpeados, y anunció que no cedería a las pretensiones de los golpistas.
Se supo que no todos los policías estaban con los golpistas, pues, algunos jefes policiales regionales afirmaban que estaban cumpliendo con el orden y llamaron a sus compañeros sublevados a deponer su actitud. Otro grupo había ocupado el Aeropuerto Internacional.
Los jefes de la Fuerza Armada también dieron su apoyo al Presidente Correa, y aseguraron que contribuirían a “restablecer el orden”, para que el Presidente Correa asumiera o continuara con el poder político. Pronto, las acciones y mensajes de solidaridad contra la sublevación se dejaron escuchar.
El gobierno del Presidente Mauricio Funes, a través de la Cancillería, envió un mensaje claro en contra de la intentona golpista y en apoyo al gobierno constitucional de Ecuador, presidido por Rafael Correa.
El gobierno de El Salvador también llamó a la comunidad internacional a estar atentos a los acontecimientos suscitados en Ecuador. Otros gobernantes latinoamericanos también condenaron sin ambigüedades la asonada golpista. Cuba, Venezuela, Bolivia, Argentina.
Lo mismo hicieron Perú y Colombia, países que por cierto cerraron sus fronteras a Ecuador para repudiar el intento golpista y apoyar al Presidente Correa.
Aún no sabemos, en este momento, quienes han estado detrás de la intentona golpista dirigida al gobierno de Ecuador, aunque sospechamos, y no dudamos, de que los poderes de facto internos como externos han estado detrás de todo esto.
Llama la atención, también, la modalidad del golpe, que no es parecido al de Honduras, donde los militares y los civiles oligárquicos estuvieron al frente del golpe. En Ecuador fueron los policías, mientras, aparentemente, las Fuerzas Armadas se mantenían leales a Correa.
Lo sucedido en Honduras, primero, antes lo había sufrido Venezuela, y ahora la intentona golpista de Ecuador, deja claro que los fantasmas del Golpe de Estado están todavía latentes, por lo que, hay que estar atentos y dispuestos a defender, con sangre si es necesario, los pocos avances democráticos en América Latina.
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