Luis Fonseca.22 de Octubre. Tomado de Diario Co Latino.
Durante la multitudinaria concentración, alrededor de la Plaza Masferrer, con motivo de celebrarse los treinta años de fundación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, algunos dirigentes de dicho partido, consideraron oportuno consultar a los cientos de miles de asistentes, si estaban dispuestos a defender al actual Gobierno, caso de presentarse una situación similar a la que recientemente se diera en Ecuador, a lo que al unísono, clamorosamente y sin pensarlo dos veces, contestaron: ¡SÍ!
A raíz de lo narrado, algunos dirigentes de un partido de oposición y de gremiales afiliadas al mismo, han levantado la voz, condenando dicho hecho, por no existir, según ellos, nada que justifique pensar que pueden existir elementos con ideas e intenciones conspirativas, y hasta algunos miembros del gobierno, han dicho no tener información de tales actividades.
Bien se dice que la Historia es la Maestra de la Vida. Si es así, recapitulemos: hace sesenta y seis años, el 2 de abril de 1944, día Domingo de Ramos, el Presidente de la República, junto con su familia se encontraban en La Libertad, disfrutando de las vacaciones de Semana Santa.
En otras playas, lagos, e incluso fuera del país, todos los altos funcionarios de su gobierno, también hacían lo mismo. En donde estuvieran, les sorprendió la noticia del levantamiento armado que intentó derrocar al gobernante, movimiento que fracasó al intentarlo por las armas, pero que posteriormente se logró, por una huelga general de brazos caídos. Tómese en cuenta que el Gobierno en mención, no solo era muy respetado, sino que también temido, y que además tenía organismos de inteligencia política muy activos y sofisticados.
Como puede verse, los conspiradores no tienen la delicadeza y consideración de dar a conocer, anticipadamente, sus actividades.
Mas recientemente, el Presidente Ecuatoriano, cuando fue informado que un grupo de policías se negaba a cumplir con sus obligaciones, inocentemente, se dirigió al cuartel donde se encontraban los amotinados, para dialogar con ellos y convencerles que depusieran su actitud.
Eso casi le costó la vida. Y como él mismo manifestara, en recientes entrevistas, las investigaciones posteriores a los hechos, han demostrado que existió un plan para desestabilizar el país y en particular al Estado, creando las condiciones de caos y desgobierno, que justificaran la acción planeada por un grupúsculo opositor: ¡EL GOLPE DE ESTADO!
Como puede verse, lo que pareció ser un problema laboral, generado por un limitado grupo de sindicalistas, quienes probablemente, ni siquiera se daban cuenta que estaban siendo manipulados y utilizados, como parte de un plan político que ha quedado al descubierto, y que fracasó, porque el Pueblo Ecuatoriano se lanzó a las calles para defender al Presidente que ellos libremente eligieron, y porque además, la Fuerza Armada, no solo se mantuvo atenta y vigilante de los acontecimientos, sino que en el momento oportuno, liberó, junto con elementos leales de la policía, del secuestro en que se encontraba, al Presidente Correa.
Ojalá que nuestros Dirigentes Sindicales tomen nota de lo ocurrido en Ecuador, y no pongan oídos a cantos de sirenas, que les aconsejan exigir beneficios y prestaciones, que en este momento, dada la situación del país y el estado financiero, heredado por el actual Gobierno, de las anteriores administraciones, son totalmente imposibles de satisfacer. Ya lo dijo el Presidente Funes: “No es cuestión de voluntad, sino de imposibilidad”.
Señores Sindicalistas, estamos a favor de ustedes y de sus agremiados, en la búsqueda de un mayor y justo bienestar laboral y económico, pero siempre y cuando, esas peticiones respeten las apremiantes necesidades de los DESPROTEGIDOS y DESPOSEÍDOS, NO OLVIDEMOS, COMO MUCHAS VECES SE HA DICHO: “¡QUE NUESTRA PRIMERA OBLIGACIÓN ES SERVIR AL PUEBLO Y NO SERVIRNOS DEL PUEBLO!”
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