Víctor Hugo Mata Tobar.11 de Octubre. Tomado de Diario Co Latino.
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La Sala de lo Constitucional ha sido duramente cuestionada por las decisiones que
últimamente ha tomado: las candidaturas independientes, la inconstitucionalidad de los artículos 2 y 6 de la Ley de Presupuestos, la anulación del inciso tercero del artículo 191 Penal.
Un ex presidente de la Corte Suprema de Justicia sostuvo que el primer fallo no debería obedecerse, algo realmente inusitado, algunos ex magistrados de la Sala se mostraron sorprendidos por el segundo, los dueños de los medios claman al cielo por la libertad de expresión, debido al tercero.
Ni políticos ni empresarios poderosos en general, parecen satisfechos con las decisiones de la Sala, acostumbrados como han estado a que los más altos jueces del país tengan una posición más bien conservadora, sumisa.
Un poco de independencia judicial hacía falta en el país, es una bocanada de aire fresco para un país en donde la justicia casi siempre le ha echado la mano al poder político y empresarial.
Por otro lado, hace poco los grandes diarios nacionales, torpedeaban a las Magistradas de la Cámara de Menores porque habían ratificado una multa a un rotativo que violó la Ley Penal Juvenil, y se sumaron a este reclamo, un magistrado de la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía y hasta el Presidente de la República que según La Prensa Gráfica, el periódico agraviado, habría dicho (16 de septiembre pasado) que lamentaba tal decisión.
Las críticas contra los juzgadores han variado de forma y color, no se ha apreciado desgraciadamente, su independencia y carácter. Ya he dicho en otras ocasiones que los países avanzan más por sus jueces y juezas, que por sus políticos, y esto lo estamos viendo en nuestro país.
Con tres resoluciones de la Sala, se ha producido un gran avance político: se ha corregido al legislador para que haga bien su trabajo de configuración de los derechos fundamentales; se ha demostrado la necesidad de una ley de partidos y candidaturas; se han hecho valiosas puntualizaciones sobre las famosas partidas secretas; y la libertad de expresión se ha definido con precisión.
Es de esperar que la Sala también demuestre igual seriedad e independencia cuando tenga que decidir sobre otras cuestiones no menos importantes como es el caso del TLC y quizás lo más urgente: el fallo sobre la Finca de El Espino antes de que la voracidad capitalista se la termine en pedazos.
Además, y esto sí que es de elemental justicia, sobre la urgente despenalización del aborto terapéutico, ético y eugenésico.
La independencia judicial es buena para el país, y de consolidarse, reforzará nuestra débil de democracia, el estado laico, el respeto absoluto de los derechos y el equilibrio de poderes. Celebremos a los jueces y juezas independientes y con carácter: hagan historia con sus fallos equilibrados y bien sustentados en la Constitución.
Si con los políticos el país no avanza al ritmo que la sociedad exige, que los buenos jueces hagan lo propio.
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