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2010/10/18

El Faro-Telerealidad - ElFaro.net El Primer Periódico Digital Latinoamericano

 Por Luis Fernando Valero.18 de Octubre. Tomado de El Faro.

El impresionante rescate de los mineros chilenos, visto por mas de mil millones de personas, viene a demostrar, una vez más, cómo los “mass media” pueden ser un elemento de acercamiento a la realidad más palpable: fomentar la cohesión entre las personas y ser un factor de solidaridad.

Pero no siempre se hace ese uso adecuado de estos medios tecnológicos, ya Sartori en su conocido libro “Homo videns” (Homo Videns: Televisione e Post-Pensiero (1997), señaló los eventuales peligros a que podrían llevarnos los multimedia y muy particularmente la televisión, cuando se erige como el único factor de socialización de la persona desde su niñez.

La patada que dio Evo Morales a un contrario en un partido de fútbol, la exhibición de las imágenes del rescate del Presidente Correa, la declaración de un predicador de una ínfima congregación de un pueblo de la Florida profunda, amenazando con quemar ejemplares del Corán... son otros modos de ofrecer realidad que puede ser cuestionable..

Para nadie es un secreto que cualquier hecho, por nimio que sea, puede verse al momento colgado en “You tube”, ello está planteando serios problemas al hecho de entender el mundo como una realidad y no como un espectáculo.

Se debe ser consciente y la realidad de los test educativos en numerosos países señalan la pérdida de capacidad lectora de los jóvenes, Sartori insiste, y su libro está escrito en 1997, que la televisión y el video (imagen) modifican radicalmente y empobrecen el aparato cognoscitivo del “homo sapiens”, y afirma sin ambages que su visión le hace incapaz de articular ideas claras y diferentes y anula su pensamiento, favoreciendo lo que  él denomina un “proletariado intelectual”, sin ninguna consistencia. La cultura audiovisual es inculta y, por lo tanto, no es cultura.

Ya en 1971 Jerzy Kosinski  escribió un libro “Desde el jardín” que denunciaba la superficialidad del mundo moderno.Fue convertida en  una película  con el título “Bienvenido Mr. Chance, en 1979, dirigida por Hal Ashby y protagonizada por Peter Sellers. Llevándose Kosinski, por la participación en  la elaboración del guión, un Óscar de la Academia por ello.

Conviene saber estas cosas, pues cada vez más, la televisión se está convirtiendo en el punto de referencia donde se miran demasiadas personas que solo tienen este medio para acceder a la realidad y cada vez más nos damos cuenta que la realidad que ofrece la TV hace que las personas se distancien más o anulen sus juicios de valor al ver las imágenes en la televisión,  son vistas como películas, más que como una realidad y en ocasiones, una realidad sesgada.

A lo mostrado por la televisión sobre lo ocurrido con el Presidente Correa, conviene leer esta declaración de una testigo presencial sobre lo que ocurrió en el Hospital de la Policía, publicado en The Wall Street Journal y contrastar si ello es tal como nos lo han visionado.

"Aída Zaldumbide se estaba recuperando de una operación del corazón en el hospital de la policía el jueves en Quito cuando llegó el presidente ecuatoriano Rafael Correa pidiendo ver a un médico. Correa había estado en un altercado con algunos miembros de la Policía Nacional en sus cuarteles al otro lado de la calle... Correa dice que, una vez dentro del hospital, la policía lo "secuestró" durante 10 horas, en lo que él define como un intento de golpe de Estado. Esta versión, sin embargo, es desmentida por Zaldumbide, al menos otro paciente, dos médicos y una enfermera que estaban de guardia en ese momento. Todos ellos manifiestan que Correa mantuvo todos sus privilegios presidenciales y no estuvo en ningún momento sin la protección de su equipo de seguridad. Agregan que se le ofreció una escolta armada para salir, la que Correa rechazó. El ministro de Seguridad de Ecuador también ha afirmado que el presidente nunca estuvo detenido... De todos modos, a las 9 de la noche, Correa, quien fue entrevistado telefónicamente por los medios de comunicación estatales durante el tiempo que fue supuestamente "secuestrado", ordenó el envío de 500 soldados del ejército al hospital. Los soldados llegaron con tanques y ametralladoras y abrieron fuego contra la policía. Un feroz tiroteo que duró 40 minutos cobró la vida de dos hombres y aterrorizó al personal del hospital y a los pacientes”...

En demasiadas ocasiones la creación artística ha denunciado estos hechos y escrito novelas, ha desarrollado teleseries, películas en donde se hace ver adónde puede llevar el uso de la imagen como un oximorón ella en sí, ella y lo contrario por el efecto que causa.

Si se observa la conducta de los políticos, cada vez más éstos funcionan para la imagen, para el telediario de las noticias, para decir el titular, la frase adecuada, la sonrisa seductora; la fugacidad del tiempo impide cualquier reflexión profunda o duradera en el tiempo.

Conviene recordar la película “Cortina de humo” (Wag the dog)  con Dustin Hoffman, Robert De Niro y dirigida por Barry Levinson, 1997 en donde se narra cómo, tras ser pillado in fraganti en una situación escandalosa días antes de su reelección, el presidente de los Estados Unidos pretende crear una guerra que distraiga a la prensa de su affaire. Uno de sus consejeros contacta con un productor de Hollywood para inventar una guerra en Albania que el presidente pueda terminar heroicamente delante de todas las televisiones.

O si prefieren, dado que el presidente Correa pidió que le mataran, recuerden aquel film de Network dirigida por Sydney Lumet, 1976, en donde se narra el despido del presentador del noticiero nocturno de la UBS, Howard Beale (Peter Finch), a causa de la baja  audiencia del programa. Los productores le otorgan dos semanas más en el aire pero, a la noche siguiente, Beale anuncia en vivo y directo que se suicidará en alguna de las siguientes ediciones que le quedan de programa. La audiencia se dispara y, Beale impele a la nación a actuar con su "Estoy más que harto, y no pienso seguir soportándolo" en la versión española; Y "Estoy trastornado como el infierno, y no voy a soportarlo más" en la versión hispanoamericana) e insta a los estadounidenses a que griten desde las ventanas de sus casas, justo mientras acontece una noche de tormenta. Pronto, Beale tiene su propio programa, llamado "El Show de Howard Beale", que se convierte en el más visto de la televisión y se hace famoso predicando su furioso mensaje frente a una platea en vivo que, cuando se lo señala, repite a toda voz el célebre estribillo  de Beale.

¿Qué está pasando en el mundo y a los políticos”.

Ahora que se acaba de  celebrar el 50 aniversario del famoso debate  entre el vicepresidente  Richard M. Nixon, el candidato republicano a la Presidencia, y el senador John F. Kennedy, el candidato demócrata, que atrajo 70 millones de espectadores, conviene que  repensemos el camino que hemos andado en esto de la política y los “mass media”.

Perece que es un camino sin retorno ya que cada día más observamos cómo abundan las creaciones nacidas al calor de la imagen y de la televisión. Hubo en Francia  un humorista, Coluche, que se presentó a presidente,  al calor de un programa televisivo; en Italia una ”streeper”,  Ciccolina, llegó a diputada con el pecho fuera.

Ha habido  demasiados  candidatos fabricados artificialmente para desprestigiar el pensamiento reflexivo, ahí está el Tea Party, como ejemplo, mostrando la incultura pavorosa que tienen algunos de sus líderes, pero mucho nos tememos  que esto no hay quien lo detenga  pues ya hay escuela,  no hay más que leer lo que se dice en la página oficial de "Aló, Presidente": “¡Cómo un Presidente cautivó una audiencia, oyendo pasar los años! Un programa que nació el domingo 23 de mayo de 1999 y que ha superado toda una década”

Allí se señala claramente el papel que deben jugar los “mass media”: “Fue un hecho sin precedentes en Venezuela y en América Latina. Un mandatario moderaba un programa radial y, más insólito aún, un espacio dedicado a estrechar lazos con el pueblo, utilizando sencillas llamadas telefónicas. Allí, sorprendía la elocuencia, vivencias y ocurrencias de su moderador: Hugo Chávez Frías. En definitiva, Aló, Presidente era y sigue siendo el espacio mediático que el pueblo estaba esperando y espera. Hugo Chávez Frías se convirtió en ese cambio que él mismo y sus compatriotas deseaban ver en Venezuela. Aló, Presidente es la tribuna de aquellos que comparten la ardiente devoción al sueño de Bolívar: escuchar no sólo lo que “halaga a los oídos”, sino escuchar lo que se ha hecho, lo que no se ha hecho y lo que se ha hecho mal; para poder construir, desde las bases, la Patria Nueva”.

¡Que cada cual saque sus conclusiones!

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