Contra Punto-Señalar territorios... - Noticias de El Salvador - ContraPunto

 Juan José Dalton.15 de Octubre. Tomado de Contra Punto.

SAN SALVADOR – Los políticos son increíbles. Parecen lobos, les encanta señalar sus territorios. Menos mal que las leyes contravencionales municipales prohíben orinar en las calles, sino pobre de nosotros: sería funesto ver a los políticos levantando una de sus patas en los postes de todo el país, en lugar de pintarlos con los colores de sus banderas.
Ahora resulta que el “territorio” de los políticos es el ejército. Como que fuera un territorio o coto de caza de un sector o de otro.
La derecha cree que el ejército es suyo. La izquierda cree que lo va a transformar y ponerlo a sus pies. ¿Por qué no? Diez años la izquierda en el poder y el ejército será suyo... ¡qué risa me da!
Hoy sectores de derecha están tratando de establecer una división entre el ejército y el resto de la institucionalidad del Estado. Le echan flores hasta de lo que no ha hecho en la lucha contra la delincuencia... Todo porque creen que el ejército es suyo.
Un líder de la izquierda criolla, sin haberle preguntado algo al respecto, dejó caer una pildorita de veneno: seguimos pensando en la abolición del ejército. Está grabado en  su propia voz.
La derecha, que cree que el ejército es suyo, salió en su defensa a capa y espada.
Otro no sólo lo defendió sino que les prometió más recursos, etcétera de los etcéteras. Cómo debe ser en el momento actual.
Mi gran duda es la siguiente: ¿Qué pasará cuando el ejército sea de la izquierda? ¿Seguirá creyendo la derecha que debe seguir siendo una institución permanente?
Veamos que en pocos meses la derecha que no quería voto domiciliar ni en el exterior, hoy si lo quieren. ¡Es el cambio!
Lo “real maravilloso” de este atribulado reino será cuando la derecha y la izquierda se den cuenta que la Fuerza Armada no es de nadie, sino una institución democrática al servicio de todos los salvadoreños... Por lo menos mientra persista la actual Constitución.

Señalar territorios... - Noticias de El Salvador - ContraPunto