30 de Junio. Tomado de Agencia Venezolana de Noticias.
Caracas, 30 Jun. AVN.- Uno de los temas más álgidos del debate político nacional es, sin duda, el de la propiedad privada y sus perspectivas.
El asunto es enfocado desde antagónicas posiciones: por un lado, desde la perspectiva socialista que abandera el gobierno del presidente Chávez y, por el otro, desde la óptica de la oposición de derecha, liberal y capitalista.
El creciente control del gobierno revolucionario de importantes áreas estratégicas que antes estaban en manos privadas, tales como ciertos procesos en industria petrolera, la electricidad, la producción y distribución de alimentos, la salud, las telecomunicaciones, industrias básicas, agua, la vivienda, además de la guerra contra el latifundio, han provocado la inquietud de la burguesía nacional y la de sus voceros políticos y religiosos, así como la de sus medios de comunicación.
Bajo el falso supuesto de que el gobierno persigue la eliminación de toda propiedad privada, la burguesía ha desatado una campaña dirigida a presentar al Gobierno y al Estado Bolivariano como enemigos de este derecho constitucional.
Se trata de un planteamiento orientado a atemorizar al pueblo, pero exacerbado ahora que se aproximan las elecciones parlamentarias del próximo 26 de Septiembre.
Asegurar la soberanía
Lo primero que hay que decir sobre este asunto es que el Gobierno del presidente Chávez ha nacionalizado o estatizado áreas de las actividades económicas y de servicios del país, consideradas estratégicas para la seguridad de la nación y que hasta ahora han estado en manos del sector privado.Eso responde a un objetivo tan claro como legítimo: asegurar el control de estas actividades, vitales para la buena marcha y la seguridad del país, amenazado por factores internos y potencias extranjeras, desde el mismo momento en que el presidente Chávez asumió su cargo, en febrero de 1999.
Así, se han dispuesto medidas de expropiación, es decir, se ha reconocido la propiedad en áreas tan diversas como la industria petrolera, la electricidad, las telecomunicaciones, la producción y distribución de alimentos, la salud, vivienda, industrias básicas y tierras, entre muchas otras.
Lo que se busca es asegurar la soberanía e independencia del país; que las actividades básicas de la nación no sean interferidas, obstaculizadas o vulneradas por factores de poder internos ni externos, tal como ocurrió en el sabotaje petrolero de diciembre de 2002.
O cuando algunos monopolios con el interés de desestabilizar al gobierno desabastecían el mercado de un producto de primera necesidad, para generar presiones sociales contra éste.
Otra razón
Pero en la perspectiva de la Revolución socialista hay otra razón para estatizar o nacionalizar, y es cuando se trata de medios de producción.
Porque en el socialismo la única propiedad privada que no es permitida es ésa: la de los medios de producción, y por una razón muy simple: es allí donde se explota a los trabajadores.
Se entiende como medio de producción el “conjunto de medios y objetos de trabajo que participan en el proceso de producción y que el hombre utiliza para crear los bienes materiales”, de acuerdo con el Diccionario de Economía Política de Borísov, Zhamín y Makárova.
Es allí, en los centros de trabajo, en las fábricas, donde se materializa la apropiación (sin pago ni reconocimiento) del valor generado por el obrero (la plusvalía), por parte del propietario capitalista.
Plusvalía que éste acumulará, para fortalecer su capital, mientras el trabajador, despojado del valor de su esfuerzo, vuelve a su precariedad, a su miseria.
Por esa razón, la propiedad privada de los medios de producción, vale decir del capital acumulado, no está permitida en el socialismo.
La burguesía impone sus intereses
La burguesía ha sido muy hábil en imponerle al resto de la sociedad sus intereses particulares, entre otros, ése de la propiedad privada de los medios de producción.
De esta forma ha hecho ver que en el socialismo no se permite ningún tipo de propiedad privada, cuando lo que no se permite es su propiedad privada sobre los medios de producción.
La propiedad que el socialismo impulsa
Carlos Marx y Federico Engels, autores del Manifiesto del Partido Comunista, señalan en ese documento, al referirse a la propiedad privada, lo siguiente:
“Se nos ha reprochado a los comunistas el querer abolir la propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio; esa propiedad que forma la base de toda libertad, de toda actividad, de toda independencia individual.
¡La propiedad bien adquirida, fruto del trabajo, del esfuerzo personal!“.
Obsérvese la consideración que tienen sobre la propiedad privada individual, producto del trabajo de cada individuo: “... base de toda libertad, de toda actividad y de toda independencia”.
Y preguntan: “¿Es que el trabajo asalariado, el trabajo del proletario, crea propiedad para el proletario"”
Respondiendo: “De ninguna manera. Lo que crea (ese trabajo asalariado) es capital, es decir, la propiedad que explota al trabajo asalariado y que no puede acrecentarse sino a condición de producir nuevo trabajo asalariado, para explotarlo a su vez”.
El capital producto colectivo
Al referirse al capital, en el citado Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels dicen: “El capital es un producto colectivo: no puede ser puesto en movimiento sino por la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad y, en último término, sólo por la actividad conjunta de todos los miembros de la sociedad”.
Dicen: “el capital no es, pues, una fuerza personal, sino una fuerza social”.
“En consecuencia, si el capital es transformado en propiedad colectiva (nacionalizado, estatizado), perteneciendo a todos los miembros de la sociedad, no es la propiedad personal la que se transforma en propiedad social. Sólo habrá cambiado el carácter social de la propiedad. Ésta perderá su carácter de clase”.Como se entenderá, el gobierno bolivariano lo que ha hecho es nacionalizar y pasar a manos del Estado -haciendo propiedad de todos, previa indemnización- el capital acumulado, producto de la explotación del trabajador, materializado en tal o cual factoría.
Para nada actuará en contra de aquella propiedad “bien adquirida, fruto del trabajo, del esfuerzo personal“, y “...base de toda libertad, de toda actividad y de toda independencia”.
Como sí lo hace precisamente el monopolio capitalista, tragándose a toda la pequeña competencia, simplemente eliminándola.
El temor de la burguesía
De regreso al Manifiesto del Partido Comunista, sus autores le dicen a la burguesía: “Os horrorizáis de que queramos abolir la propiedad privada. Pero en vuestra sociedad actual la propiedad privada está abolida para las nueve décimas partes de sus miembros.
Precisamente porque no existe para esas nueve décimas partes, existe para vosotros.
Nos reprocháis pues el querer abolir una forma de propiedad que no puede existir, sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad sea privada de propiedad”.
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