Salvador Ventura.30 de Julio. Tomado de Diario Co Latino.
En un hecho insólito altos directivos del partido ARENA han acusado al gobierno y al FMLN de acoso y persecución de algunos miembros destacados de ese instituto político de la derecha por vinculárseles con ciertas personas acusadas de terrorismo, posesión de armas de fuego y otras actividades relacionadas con actos de desestabilización y maniobras para orquestar golpes de Estado o similares acciones contra regímenes democráticos de la región y, concretamente, en nuestro país.
Y decimos insólito pues para nadie es un secreto que en este país los responsables de persecución, campañas sucias, propaganda negra y ataques arteros contra sus rivales políticos han sido los fundadores y patrocinadores de Arena, así como instituciones gubernamentales como el Organismo de Inteligencia de la presidencia, Ministerio de Gobernación, Fiscalía General de la República y Policía Nacional Civil, cuando mantuvieron por cuatro períodos consecutivos el control del gobierno.
Asimismo, durante todos esos años permitieron que en el país se establecieran células y bases terroristas para atacar a gobiernos de otros países, casos concretos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Uno de los terroristas más peligrosos y buscados, Luis Posada Carriles, residía en este país y contaba con la protección de altos personeros del partido ARENA. El mismo presidente Francisco Flores, era su “amigo personal”, con quien compartía el “gusto” por la cacería, sobre todo de patos y otras especies silvestres. En este círculo también estaban Mario Acosta Oertel, Hugo Barrera, Rodrigo Ávila, Mauricio Sandoval, Ramón Sanfeliú, entre otros. Precisamente fue Flores quien llamó, por encargo del presidente Bush, a la presidenta de Panamá, para que indultara a Posada Carriles.
Posada Carriles poseía documentos salvadoreños, como pasaportes, cédulas y partidas de nacimiento con distintos nombres para desplazarse tranquilamente por distintos países de Centro América. Por lógica se desprende que funcionarios del gobierno central y de las alcaldías municipales dominadas por Arena, le proporcionaban todos esos documentos de identidad, tanto a él como a los miembros de las distintas células terroristas. Ellos criaron cuervos y ahora temen que les saquen los ojos. Lo extraño es que tratando de tirar cortinas de humo acusan a otras personas de “persecución y acoso”.
En todas las campañas electorales, sobre todo presidenciales, ARENA ha traído al país a ciertas personas como el venezolano Alejandro Esclusa, para desarrollar campañas sucias, denigrantes y vergonzosas contra el partido FMLN y sus candidatos. Este terrorista, también vinculado a redes mafiosas del área centroamericana y del Caribe, ha sido detenido en Venezuela, acusado de preparar acciones terroristas y actos de desestabilización contra el gobierno encabezado por el comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Tiene estrechos contactos con el terrorista salvadoreño Chávez Abarca, actualmente procesado en Cuba.
Es cínica e hipócrita la posición de los altos dirigentes de Arena, pues son ellos los que todo el tiempo han realizado labores de inteligencia, campañas de desprestigio y acusaciones de todo color y sabor contra sus opositores. Ahora cuando los responsables de la seguridad interna del país, proceden a investigar y vigilar más detenidamente a determinados personajes que no descansan en sus propósitos de desestabilizar y crear problemas al gobierno, vienen los quejidos y los delirios de persecución. Además este régimen ha sido demasiado complaciente con ex funcionarios de ARENA contra quienes existen señalamientos bien documentados de corrupción y otros delitos como contrabando, evasión y elusión fiscal.
El mismo ex presidente Alfredo Cristiani ha sido señalado de ciertos ilícitos como la desaparición de abono de las bodegas del Banco de Fomento Agropecuario, de licitaciones amañadas para vender medicinas del laboratorio Santa Lucía a la red hospitalaria del Ministerio de Salud Pública y el Seguro Social. Asimismo, tiene mucho por aclarar sobre los 705 millones de dólares otorgados por el Banco Central de Reserva para el saneamiento (privatización) de la banca, en 1990. Además en estos momentos la justicia española lo acusa de haber dado “luz verde” a los militares salvadoreños para que cometieran el horrendo crimen contra seis sacerdotes jesuitas en noviembre de 1989.
Es una relación mínima de los hechos brutales cometidos contra el pueblo salvadoreño por parte de los fundadores, patrocinadores y altos dirigentes del partido Arena. Si nos vamos a otros casos, nos encontramos con el documento emitido por la Comisión de la Verdad, creada luego del Acuerdo de Paz, donde se acusa a prominentes miembros de ese partido como fundadores de los Escuadrones de la Muerte, responsables directos de miles de asesinatos contra salvadoreños. El hecho más sobresaliente es desde luego el magnicidio del Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinato preparado por el mayor Roberto D´Aubuisson, fundador de Arena, según investigaciones irrefutables realizadas por la Comisión de la Verdad y datos consignados por respetables periodistas norteamericanos en el libro Los Escuadrones de la Muerte en El Salvador.
Por ello, venir a declarar en el presente que “los angelitos” de ARENA son objeto de acoso y persecución, es ofender la inteligencia de los salvadoreños y, sobre todo, intentar ocultar el sol con un dedo. La justicia tarda pero no olvida, al menos en el corazón y la mente de miles de salvadoreños está claro quienes son los responsables del saqueo a la nación, de la debacle económica del país y, por supuesto, del asesinato de miles de compatriotas.
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