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2010/07/27

La Página-De traslados y rivalidades en la PNC (II parte)-Diario digital de noticias de El Salvador

 Lea mañana la historia de un ex agente que desertó

Escrito por Jaime Ulises Marinero.28 de Julio. Tomado de La Página.

Como en todo trabajo hay puestos que son más peligrosos que otros.  No es lo mismo estar de alta en un puesto de la PNC de San Martín o Apopa que en el Sistema de Emergencias 911. Cada uno tiene sus riesgos y el policía sabe que en cualquier momento su vida corre riesgo.

Recién graduados de agentes los envían a los puestos o subdelegaciones donde se necesita personal, luego los reacomodan de acuerdo a ciertas condiciones, por ejemplo habilidades, capacidades y situaciones de contexto (que trabajen relativamente cerca de de sus lugares de residencia).

“Todos los policías sabemos que en cualquier momento vamos a estar trabajando en lugares peligrosos y que por la naturaleza de nuestro trabajo nuestras vidas corren peligro, pero el problema es cuando se dan traslados y reacomodamientos  arbitrarios, al gusto de los jefes o ajenos nuestras habilidades y capacidades”, dice un cabo que desde San Salvador fu trasladado a un puesto lejano en la zona oriental, pese a que su familia reside en la zona occidental.

Nadie se opone a los traslados, el problema es que se dan como una forma de castigo o premio por compadrazgos. “Hay jefes que viven amenazando a los agentes con promover sus traslados a zonas peligrosas, otros los amenazan con abrirles expedientes y hay quienes se aprovechan de su condición para acosar laboralmente a los agentes. En casos extremos para acosar sexualmente a las agentes”, cuenta  un policía.

El agente graduado en una promoción de 1994 señala que no son nada  nuevos los traslados arbitrarios. “Siempre se han dado, lo que pasa es que en el último año se han incrementado las amenazas porque los jefes que provienen de las filas de la izquierda se sienten más envalentonados.”.

“Uno como agente se da cuenta que los oficiales que provienen del ejército están aislados, los que mandan y tiene poder son los que provienen de las filas del FMLN. Desgraciadamente eso lo sufrimos los del nivel básico”, agrega.

Entre los oficiales hay rivalidades. Los que provienen de la Fuerza Armada eran los preferidos de los directores anteriores. Hoy ocurre lo contrario y son los de izquierda quienes ocupan los principales cargos. “Eso todo lo sabemos, aquí hay intereses político”, asegura un subinspector que hizo su ingreso por el sector profesional.

El subisnpector asegura que muchos traslados, especialmente de suboficiales y oficiales, se dan porque los altos jefes quieren tener cerca a su gente de confianza. “La verdad es que no creo que sean tan arbitrarios, más bien son a conveniencia, lo malo es que se hace con otras intenciones, yo he visto como a compañeros muy capaces los tienen marginados, sin mando ni oportunidad de hacer propuestas operativas”, dijo.

Y los traslados no solo afectan desde subinspectores hacia agentes. También afecta a oficiales de alto rango, quienes son trasladados de acuerdo al grado de afinidad a la cúpula de la institución. Hay algunos altos oficiales que tienen casos pendientes con la justicia o dentro de la misma institución, pero que siguen recibiendo los beneplácitos de la institución. Todos saben el caso de un subcomisionado procesado en cinco ocasiones, en tribunales comunes, por el delito de acoso sexual. Sigue teniendo privilegios. Antes porque era allegado al ex director Rodrigo Ávila y ahora porque se ha pasado al grupo de los que provienen del FMLN.

“Si hasta en los altos oficiales hay discriminación y compadrazgo, como no lo habrá entre los agentes que no tenemos voz”, dice una agente graduada en 1998.

Deserciones

Otro agente recuerda que a principios de 2000 y 2001 se dio una ola de traslados que llevó a cientos de deserciones. Había agentes que siendo de Morazán los trasladaban a Ahuachapán y viceversa. Esa gente prefirió  salirse de la institución.

Los traslados se dan por varias situaciones; permuta, solicitud expresa del interesado o propuesta de los jefes policiales. Se supone que quien pide un traslado lo hace porque pretende mejoras sus condiciones, pero no siempre sucede así, a veces lo hacen por estar menos mal.

Algunas investigaciones internas determinaban que varios policías andaban en malos pasos y en vez de iniciar procesos individuales y sentar precedentes las autoridades removían a todo el puesto, a toda la subdelegación o a toda la unidad. A los agentes los distribuían a los lugares más complicados o recónditos, pero a los jefes los premiaban con mejores puestos. Esto fue una de las principales causas de deserción.

Otra causa de deserción fue que a la menor falta se les aperturaba expediente y se mandaba sus casos a la Unidad Disciplinaria y hasta la Inspectoría General de la PNC. Si un agente llegaba media hora tarde luego de disfrutar sus días de licencia, de inmediato se le consideraba falta e iba al expediente. En algunos casos los delincuentes se quejaban de haber recibido golpes y sin que mediara la validación de Medicina Legal, a los agentes se les iniciaba proceso.

“Hubo una especie de cacería y por consiguiente una oleada de deserciones. Fueron cientos de policías los que se fueron de la institución, muchos se fueron del país y otros se dedicaron a otras cosas”, narra un sargento que estuvo de alta en la delegación de Usulután, en donde por lo menos 50 agentes desertaron en el período referido.

Según el sargento as deserciones han disminuido, pero el acoso policial sigue acompañado de amenazas de traslados y de apertura de expedientes. “Los oficiales de izquierda son los más difíciles de tratar, ellos pareciera que no comprenden a sus subordinados, es la gran diferencia con los oficiales que antes fueron militares. Los militares que provienen de la sociedad civil son los que quedan en el limbo y tienen que hacerse de uno y u otro lado”, cuenta.

No hay discriminación, pero…

Las supuestas diferencias entre oficiales que vienen del ejército y los que proceden del FMLN son negados por ellos mismos. “Eso es un mito, nosotros somos una institución y no hay rivalidades, aunque acepto que la cúpula de la institución es de izquierda”, dice un subcomisionado, profesional y antiguo combatiente del FMLN.

Un oficial que procede del ejército confirma la versión al señalar que no hay diferencias de capacidades ni problemas entre un grupo y otro, pero reconoce que con la llegada de Manuel Melgar al Ministerio de Justicia y Seguridad y el nombramiento de Carlos Ascencio como director, los principales mandos recayeron en oficiales de izquierda.

Oficiales como José Luis Tobar, Douglas García Funes y otros fueron colocados en puestos administrativos donde pasan desapercibidos y poco aportan a planes operativos de actuación contra la delincuencia.

Por ahora a PNC aparece, de cara a la sociedad , como una institución bastante creíble, incluso las encuestas de la Universidad Centroamericana y la Universidad Tecnológica la ubican como una de las instituciones más confiable, pero tras los muros y en cada puesto, subdelegación, delegación y unidad hay historias donde prevalecen intereses… algunos políticos.

Diario digital de noticias de El Salvador

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