Por Pocote.29 de Julio. Tomado de Simpatizantes del FMLN.
Durante largos años las relaciones entre los educandos, los padres de familia y los profesores han sido en nuestro país de una inverosímil placidez, cordialidad y mutuo entendimiento.
Nada nuevo en la enseñanza-aprendizaje, mucho de viejo en la forma de impartir educación. Los mismos valores y normas de conducta. Las directrices emanan del Ministerio de Educación y se aplican y se cumplen al pie de la letra en escuelas públicas y en colegios privados.Cuando en algún momento determinado colegio (el Externado San José) intentó combinar la educación en las aulas con la práctica en ciertas comunidades deprimidas de la capital, se levantaron voces airadas y ardió Troya en los círculos de la inculta burguesía: sus hijos conocían por primera vez cómo vivían los pobres y miserables en La Fortaleza, o en los alrededores de la colonia Escalón y en La Tutunichapa. El trabajo extraescolar de sociología exigía un estudio detenido de estos “condenados de la tierra” y las estadísticas y vivencias de los jóvenes estudiantes mostraron el pleno rostro de la realidad capitalina, no la exagerada modernidad mostrada en los canales de televisión o la simple mirada a través de las ventanillas polarizadas de los autos de lujo.
Con los profesores sucedió algo igual: cuando se organizaron en la poderosa Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños (ANDES 21 de junio) para luchar por sus intereses gremiales, también vino la arremetida, la represión y la persecución de las autoridades de “seguridad pública”. Nunca se había tenido una expresión magisterial tan pujante y emprendedora, antes los aumentos y las prestaciones venían dosificadas. El gobierno, la tiranía militar, por supuesto no conocía o ignoraba la idead de solidaridad clasista. La lucha triunfal de los maestros, apoyados por obreros, padres de familia y estudiantes, sacudió los cimientos de las endurecidas mentes capitalistas. El concepto de huelga, de reivindicación era, bien entendido por todos, un argumento de polémica y una amenaza real para los explotadores de las “buenas conciencias”.
Eso fue en el pasado y entendíamos que en el presente la organización y la acreditación oficial de sindicatos y asociaciones estaba absolutamente garantizada y a nadie asustaba ya puesto que el nuevo orden establecido luego de una cruenta lucha armada y la firma del Acuerdo de Paz, así lo determinaban y los exigían. Como dicho está: nada nuevo se ha introducido en los planes de estudio, tanto de escuelas como universidades. Lejos de ello, en la Universidad de El Salvador se suspendieron para siempre el estudio de la sociología y de la Ética Marxista. La Constitución garantiza la educación laica y tampoco prohíbe el estudio o la consulta del materialismo histórico, dialéctico o las obras completas de Marx, Lenin, Engels y otros grandes pensadores.
Las escuelas y las universidades, lo reiteramos, no se salen de su esquema de enseñanza, para nada contrarían los lineamientos emanados del Ministerio de Educación. Los oligarcas tienen su propia forma de ver y analizar las cosas, muchos de ellos, ignorantes como son, consideran que sus vástagos, sus herederos, todavía están expuestos a doctrinas extrañas y peligrosas para su formación “humanista”, es decir padre, hijo y espíritu santo, educarse para ganar dinero, para mantener el poder y la hegemonía sobra las mayorías poblacionales, por ello invierten “pequeñas” cantidades y optan por enviarlos a colegios y universidades de los Estados Unidos. Así ha sido desde antes y muy poco ha cambiado a pesar de existir cerca de sus residencias, sendos colegios norteamericanos, ingleses o alemanes.
La educación formal así se aplica y se entiende. Nada dice la Constitución sobre el derecho de padres de familia e hijos a pertenecer a distintas asociaciones u optar por conocimientos distintos a los enseñados en colegios privados religiosos o públicos. Los muchachos pueden ir a las filiales de jóvenes de la Cruz Roja, Verde o Azul o los Boy Scout. Los marginados de cientos de hogares optan por las pandillas o las “maras”, estos, desde luego, son perseguidos y combatidos. Nunca se estudian las causas de la marginación y la situación de miles de jóvenes sin padres u una orientación adecuada; pero al fin, es una opción llevada al extremo, por voluntad propia o “reclutados” por personas mayores o jóvenes con tiempo de pertenencia a esas “agrupaciones”.
Hay otros jóvenes integrados en movimientos cristianos, en bandas musicales u organizaciones artísticas y culturales. Vemos a muchos en las calles solicitando ayuda para construir techos o viviendas a familias necesitadas. ¿Quién los manda o los impulsa a esa tarea, no lo sabemos ni parece interesar a nadie? Cientos de jóvenes militan en la juventud del FMLN, Arena o el PDC. En todos estos partidos, al menos suponemos, funcionan institutos de formación ideológica donde se capacita y se entrena a todos estos muchachos para ocupar en su debido tiempo el espacio dejado por los mayores. Los más entusiastas pertenecen al partido de izquierda, los de la derecha son fanáticos y cantan con denodado orgullo el himno donde se condena a muerte a sus rivales políticos. Esto sí es censurable y hace tiempo debió de ser corregido por los “padres de familia” que desean lo mejor para sus hijos.
¿Por qué entonces asustarse o escandalizarse cuándo hay jóvenes que en el pleno ejercicio de sus derechos se organizan para estudiar el marxismo, el socialismo o el materialismo histórico? ¿Por qué los cínicos e hipócritas ponen el grito en el cielo cuando cientos de jóvenes se organizan como pioneros para formarse mejor como futuros ciudadanos y agentes de cambio de este país? ¿Dónde está el delito cometido por los padres de familia o los propios jóvenes al optar por una expresión política y social diferente a las promovidas en las escuelas o colegios privados? Por lo demás, el 90% de los jóvenes pioneros son hijos de ex combatientes del FMLN y el 10% restante son afiliados de este partido político o hijos de funcionarios.
Arena forma a la Juventud Republicana en principios mercantilistas, en la exaltación de valores individualistas, en el rechazo de “ideas y pensamientos ajenos a la democracia y a los valores republicanos”, en el conocimiento del liberalismo, el neoliberalismo y en el capitalismo. Esa es una opción legítima y a la cual tienen pleno derecho y nadie les dice nada ni se asusta por inculcar semejantes valores a los jóvenes. ¿Por qué entonces rechazar el derecho que tienen los jóvenes del FMLN a formarse en el humanismo, en el bien común, en la solidaridad, en el respeto a los derechos humanos y el conocimiento profundo de las distintas corrientes de pensamiento humano, como el capitalismo, el socialismo y el comunismo? Ninguno de esos muchachos de Soyapango, Ciudad Delgado, Cuscatancingo o Mejicanos, está en Pioneros por la fuerza, nadie ha sido obligado a asistir a las escuelas de formación y estudio. Todos han asumido el compromiso de capacitarse para servir a su país, a la sociedad y a los salvadoreños más necesitados. Es un compromiso de solidaridad y fraternidad.
El ejercicio práctico de estos jóvenes salvadoreños, ofrece la oportunidad de llevar a los hechos, las proclamaciones verbales. Esta no es una maniobra de líderes avezados en la demagogia oportunista. Esta es una demanda, una necesidad política y social de los jóvenes de un El Salvador en cambio, en marcha hacia un Estado en paz y justicia social. Así lo han entendido hasta pastores católicos y evangélicos que ven más allá de las narices de los hipócritas y cínicos. Por eso creemos firmemente que no triunfarán los escuadroneros ni las pitonisas del odio y profetas del desastre. La iniciativa de años de estos jóvenes, muchos de ellos adultos ahora, se hace dentro del cauce de nuestra legislación y en ningún momento están atentando contra las reglas y normas establecidas por la misma burguesía. De eso estamos claros y ojalá sean miles y miles de muchachos los que de una u otra forma se integren a las organizaciones de esta clase para nutrir de humanismo y solidaridad nuestra sociedad.
Publicado por pocote
Simpatizantes del FMLN » Pioneros por el cambio y el socialismo
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