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2010/07/27

La Página-Dad a Dios lo que es de Dios y a Dios lo que es del César-Diario digital de noticias de El Salvador

 Escrito por Marvin Aguilar.28 de Julio. Tomado de La Página.

Si todos los no católicos de El Salvador sienten simpatías por GANA ¿qué debemos pensar de ese partido? Pues sostengo que ese hecho no resulta suficiente para emitir una idea de lo que es dicho partido político.

Confucio decía: ¿Qué es lo más importante para alcanzar una conducta correcta? Ser sincero en todo momento y mantener siempre la palabra dada. Procurar que aún el menor gesto refleje la dignidad interior, y no cometer ninguna acción asombrosa. Si obras así, tu conducta será admirada en todos los lugares, aún entre los pueblos bárbaros. Por el contrario, si no eres sincero, si faltas a tus promesas, si tus gestos no son dignos o tus acciones son deshonrosas, tu conducta será despreciada tanto en una ciudad de 10,000 familias como en un villorrio de 35 vecinos.

Nuevamente vuelven los cruzados del nuevo orden a la Asamblea Legislativa, hoy con la intención de trastocar –otra vez- la Constitución política salvadoreña. Y de igual encuentran eco en un partido que nació sin ideología, y que está destinado a desaparecer en los próximos cuatro años.

GANA desesperada por hacer un papel digno en las próximas elecciones, por subir en la encuestas, por garantizarse un voto cautivo, por demostrar que su capricho tenia justa razón, pacta con cualquiera que desee impulsar la más alocada, aberrante, desproporcionada idea para elevarla a categoría de ley. Todo por votos.

Escupir para el cielo y que les caiga en la cara

Toda esta idea de hacer los dogmas leyes comenzó desde la derecha nacional católica, reformar la Constitución bajo el bizantino según, lo explicaba en unos de sus desatinados artículos Evangelina del Pilar Sol argumento de que, si bien Jesús dijo: dar al César lo que es de él y a Dios lo que es de Dios, ese dar al Cçesar, solo es cuando no contradiga las leyes Divinas, infiriendo con esto que las leyes terrenas deben estar supeditadas a la religión.

Traspasaron los límites –si es que los conocen- de lo que se conocía en este país como secularización. Así, llevaron a la virgen María en calidad de diputada, de procesión y vigía al parlamento. Terminaron dando mal ejemplo a fanáticos que ven visiones del fin del mundo, que ven a Satanás suelto por El Salvador, que anatemizan a los disidentes, que acusan, acusan, acusan y mandan al infierno a todos los que se nieguen a sus buenas y cristianas intenciones de salvar la mayor cantidad de almas salvadoreñas.

La mayoría se equivoca: mató a Jesús.

Cuando Pilatos pregunto al pueblo: ¿A quién desean que libere? la mayoría dijo: Barrabás, Barrabás. En la Alemania nazi, la mayoría de alemanes pensó que era correcto llevar a cabo el holocausto judío. La mayoría ignorando las verdaderas causas del conflicto hondureño-salvadoreño estuvo de acuerdo en ir a una guerra de hermanos. La mayoría blanca cristiana de los Estados Unidos piensa que los cafés que llegan de países como El Salvador son la causa de la delincuencia, el narcotráfico y de ensuciar sus ciudades.

No me creo eso de que si la mayoría es cristiana debemos hacer lo que la mayoría dice; la historia nos lo ha demostrado la mayoría también puede equivocarse, y muy seguido. Si las iglesias no meditan ahora no podrán luego evitar grandes desastres.

Los no católicos desean vengarse de los católicos al pretender reformar el artículo 26 de la Constitución y, esta guerra santa iniciada por el coronel Almendáriz ahora pretende pelearse el diezmo del Estado.

Según la ley de migración por cada artista extranjero que trabaje en territorio nacional, deberá cargársele un 10% del total de su contrato, este dinero es repartido en partes iguales entre el sindicato de circos, el de artistas de variedades y, el de músicos. Estas mismas condiciones reclaman ahora los no católicos del país. Han hecho de Dios no solo el arma del miedo, sino que además pretenden hacerlo su fuente de ingresos segura. ¿Quién los expulsará del templo a estos?

El pandemónium

En la obra de John Milton: el paraíso perdido, este nos relata que clase de seres convergen en el concilio de Satanás: Moloch: primitivo dios de los pueblos, ama la guerra. Belial: indolente y lujurioso, por eso quiere la paz, degenerado y corrompido dios de los imperios enfermos de elefantiasis, habita en la civilizaciones refinadas y decadentes, en los suntuosos palacios de las Sodomas y Gomorras de todo tiempo y lugar, bien cuidado, de aspecto agradable, excelente conversador, sabe dirigirse al auditorio, reducir al silencio al adversario mediante irreprochables razonamientos, detesta toda forma de actividad violenta, todo género de malestar, riesgo. Hábil para razonar y atraer público, encubridor de su verdadero pensamiento, Mammón: dios del dinero y la riqueza, su idea es solo el dinero, dios del oro y la codicia, busca satisfacerse a toda costa. Perfecto materialista, no está completamente contra la guerra, en algunos casos la favorece si redunda en beneficios propios. Es amigo de los que desean las matanzas y destrucción en nombre de la patria. Belcebú: lugarteniente de Satanás, conoce lo que quiere su jefe y, cuando lo quiere, interviene exacta y oportunamente siempre, posee la palabra justa para cada momento. Puede clarificar, eludir, convencer; es el ideal organizador de las campañas electorales. ¿Cualquier parecido con la realidad salvadoreña? Quemen los libros de Milton.

Si a la igualdad de las iglesias aspira el pandemónium, nada más errado que igualar las iglesias no católicas a la iglesia católica. Lo correcto debería ser en sentido liberal, laico y secular igualar a la iglesia católica a las no católicas.

Tal como lo decía Jorge Luis Borges, En El Salvador la ideología, el patriotismo, por último la desesperación no has hecho olvidar la insolencia de la violencia y, de ella se servirán incluso los dirigentes religiosos nacionales en su lucha que suma cero.

Diario digital de noticias de El Salvador

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