Ricardo Esmahan.22 de Febrero.Tomado de El Diario de Hoy.
El Iskra, como periódico jugó un papel importante en la historia de Rusia desde la primera edición en el año 1900. "La Chispa", su traducción del ruso, fue un nombre de gran significado para uno de sus editorialistas: Vladimir Lenin.
Con un tiraje de 8000 ejemplares, aparentemente muy pocos en el mundo globalizado de hoy, en ese entonces iniciaba la internacionalización de las economías con sistemas coloniales de dominación, hizo gala de su lema: "De una chispa el fuego se avivará". Y Lenin le apostó a ese medio de comunicación que sirvió de enlace y coordinación de las ideas de los bolcheviques, ala radical del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. El Iskra jugó un papel importante, sin duda, en la revolución de 1917.
La imprenta jugó un papel importante también en la independencia de los Estados Unidos. Benjamín Franklin utilizó la tribuna del New England Courant para escribir sus primeras obras críticas a las autoridades de su época, utilizando el seudónimo Silence Dogood (Entrometido Silencioso), y con los sucesos venideros la defensa de la libertad de expresión y de imprenta se convirtió desde esa época en un valor nuevo en el continente americano, cuyo ultraje a la libertad de expresión indigna a los que amamos la democracia y la libertad.
Así como esos casos emblemáticos de redes de comunicación en siglos pasados, las redes sociales en el Siglo XXI, aparentemente, están jugando un rol clave en los movimientos sociales y políticos que convulsionan al mundo. Este enero llamó la atención una situación sin precedentes: un gobernante con tres décadas en el poder, ordena bloquear la red y evitar el acceso a las redes sociales que estaban siendo utilizadas para la organización de protestas en su contra.
Egipto, que no es una potencia en la tecnología informática y de uso de la Internet, se convirtió en el primer caso en querer amordazar los medios virtuales de comunicación, en silenciar la red, con fines políticos defensivos.
La Internet es una plataforma desarrollada en un inicio para uso militar, por parte de Estados Unidos. Su plataforma sigue sostenida por los mismos intereses con un desarrollo tecnológico que escapa del dominio público. En Egipto rebalsó los controles, la red fue silenciada, pero aún así el Presidente Mubarak abandonó el poder que ostentó por tres décadas.
La chispa inició en Túnez, luego Egipto, ahora es Bahrein, Yemen, Marruecos, Argelia y más grave aún, la situación de Libia, enfrentando una grave sublevación y una posible guerra civil. (Gadhafi está al borde de ser desbancado). Se necesita seguir midiendo la amplitud y la importancia de los esfuerzos de Irán para tomar ventaja de los disturbios en la región. Chispas que nos están poniendo al descubierto conflictos latentes en el mundo árabe. Un mundo sumamente complejo de entender para occidente, cuyas consecuencias son impredecibles en este mundo globalizado.
El Golfo Pérsico no sólo impacta en el mercado mundial del petróleo y los combustibles derivados, es una zona altamente complicada en la geopolítica de occidente. Una zona en la que intervienen las grandes potencias tratando de darle un rumbo a una hoguera que está siendo encendida por chispas de la tecnología moderna en manos de los pueblos para ser cada vez más libres.
Cada vez más libres o cada vez más sometidos por otra dictadura. El desarrollo de los pueblos no es lineal. La historia la escriben los ganadores. Pero que en Medio Oriente, en un mundo globalizado y más tecnificado, está surgiendo algo impredecible, otro parto de la historia, no me cabe duda. Dios quiera sea para bien de la humanidad, su libertad y bienestar. Sus olas no tardarán en llegar a América.
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