La desinformación de los medios y la mala estrategia gubernamental provocan aglomeraciones para informarse sobre el subsidio del gas
Texto y foto: Gloria Morán.26 de Febrero.Tomado de Contra Punto.
SAN SALVADOR – Cientos de personas entre jaloneos y gritos esperan ansiosos entrar a verificar si serán o no beneficiados por el subsidio del gas. La razón: la información a medias ha hecho que cientos de personas piensen que el 28 de febrero es el último día para acudir al Centro de Atención por Demanda (CENADE), lo cual no es así.
El CENADE de la calle El Progreso, en San Salvador, bulle de actividad. Muchas personas no deberían estar ahí, pero están. Piensan que el lunes se cierra el plazo para optar a la ayuda.
Después de más de dos horas y media de espera, por fin a las 8:05 de la mañana, Irma Montes, panadera de oficio y residente en Mejicanos, está a punto de entrar a la oficina para que la atiendan y le digan qué hacer en su caso. Con rostro de impaciencia la recibe un vigilante y le dice “abra su cartera”, la revisa como quien ve algo sin mayor precisión y luego la deja entrar.
A las 8:45 la fila parece caminar más rápido, entran de cinco en cinco. De pronto se detiene porque el verificador, estacionado en la puerta, empieza a gritar para que se formen y que no “hagan trampa” para meterse a la fila. A nadie deja pasar.
Se hace más alboroto, las voces se confunden y nadie se entiende, sólo sobresalen los insultos.
La escena es la misma que en muchos otros CENADE del país.
Nadie tiene preferencia
Bajo un sol imperante, la fila crece como las filas de las ruedas en Semana Santa o en las fiestas de agosto.”¡Cuidado hay viejitos, hay niños!”, grita una mujer que nadie supo quien fue. A nadie le importa, todos se empujan, no se respetan.
Marina Cáceres, de 24 años, acaba de llegar. Con su bebé de dos meses en brazos se aproxima a la entrada con la esperanza de que le den prioridad. Pero ni modo. El verificador de la puerta le grita: “fórmese, a los ancianos y a las mujeres embarazadas o con niños yo las iré a traer”. Con su rostro apenado se devuelve y se va detrás de casi 200 personas.
Eran las 10:45 y Marina sigue en la fila, que ya serpentea, pues son cuatro en una.
Tomasa Martínez de 79 años junto con su nuera Rosa Navas, de 58 años, aun iban detrás de más de 150 personas.
“No voy a aguantar, el sol esta feo, no he comido y más que estoy enferma”, dice Tomasa, quien se queja de mala atención debido a que no hay, para las personas de tercera edad ni para las embarazadas, una fila especial que le conduzca a una solución más rápida.
Horas han pasado y el calor se hace insoportable. Los vendedores de agua natural, de coco y minutas aprovechan. Hacen venta loca.
Las preguntas que aburren
En el CENADE las dudas más frecuentes que aquejan a los verificadores son sobre quiénes deben hacer la fila y quiénes no. “Mire don y ¿yo que no tengo luz?”, dice una voz entre la rueda humana que le han formado.
El verificador contesta con hastío que los que deben hacer la fila son sólo aquellos cuyo recibo de luz no está a su nombre, no tienen luz y no fueron censados; los que tienen negocios como panadería (exclusivamente pan francés), pupusería o tortillería y aquellos que viven en mesón y comparten el medidor de luz.
Los propietarios de sus casas con los recibos a su nombre no deben hacer fila, sólo depositar un formulario en un barril si tapa habilitado como buzón.
“El 28 de febrero es fecha límite sólo para los propietarios, es decir para lo que tienen el recibo a su nombre. Los demás es fecha ilimitada”. Agrega el funcionario ante el relajo, sin que nadie le pregunte.
Muchos se sorprenden, otros se enojan.
“Y porqué no dijeron antes, uno viene a este relajo pensando que el lunes es el último día y estos dicen hoy que no hay fecha”, se queja Eva Guzmán, inquilina en la zona de Cuscatancingo.
Las preguntas son tantas que los oficinistas deciden colocar un rótulo que reza -en letras no visibles a lo lejos- : “Las oficinas del CENADE continuarán funcionando hasta el mes de junio de 2011, por lo cual puede realizar sus trámites durante los meses de marzo, abril, mayo y junio”.
Sin embargo, en un comunicado emitido por el Ministerio de Economía (MINEC) este viernes, señala que “los CENADE continuarán trabajando por tiempo indefinido”.
¿Cuál será la verdad? El caso es que con tanta información a medias los CENADE lucen abarrotados cada día y la gente sigue en el afán de inscribirse para recibir el subsidio, que es de $8,50 de dólar.
A Max Landaverde, quien espera en la fila, la idea del subsidio le parece muy bien porque están amparando a los más pobres. Sin embargo recalca que la mala organización ha creado un alboroto en el que se perjudica más a los trabajadores, que tienen que pedir permiso, y a las personas de la tercera edad, quienes son más vulnerables.
El calor del día y el humano han calentado las cabezas de algunos por fuera, pero también por dentro. A voz alzada Alberto Soto defendía al partido en el poder, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), de las acusaciones que realizaba la simpatizante arenera Claudia García.
- Solo para jodernos y hacer relajo sirve este gobierno, y al final nada van a cumplir- Se quejaba García en alta voz.
- Mire señora, si usted tiene pisto pague los $13,00 y deje de estar hablando porque nada sabe. Ellos nos defienden a los pobres y nos quieren ayudar. Mejor tenga paciencia que de todos modos acá está- Contestó el hombre.
- ¿Ah sí? – Dijo García en tono burlesco – ya lo quiero ver cuando no se lo den. Y si usted todo lo sabe, sea usted el otro candidato a presidente.
- Papá, ya - Le dijo su hija a Soto, quien con un gesto afirmativo aceptó el consejo.
Más de 250 personas conglomeradas por el mismo objetivo: obtener el subsidio del gas. El tiempo de espera es largo, por eso algunos aprovechan para platicar de cosas en común, unos para leer y otros solo para perder un día de trabajo.
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