25 de Febrero. Tomado de Diario Co Latino.
Esta semana, en el sector privado, coyunturalmente convertido en el principal frente de oposición de la derecha, se han dado dos hechos simbólicos que ameritan comentarios extras, es decir, mantenerlos en la picota del análisis.
El lunes, como ya señalábamos, la foto que quedará en el imaginario colectivo, gracias a lo destacada, en los diferentes medios de comunicación , es la de una empresa en “pie de lucha”, unida y desafiante.Y es que, ver a una cúpula empresarial flanqueada por decenas de empresarios, en respaldo a la todavía posición de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), de no discutir el Pacto Fiscal en el seno del Consejo Económico y Social (CES), es más que una señal de unidad gremial, es, sin lugar a dudas una postura desafiante.
A lo anterior, hay que agregarle las manifestaciones verbales de sus voceros o dirigentes, que se pueden calificar de “choque frontal contra el gobierno del Presidente Funes”.Ese choque, como decíamos en el editorial del pasado miércoles, es producto de la lucha de clases, sólo que en esta ocasión, los poderosos defendiendo sus posiciones y las modalidades de relaciones históricas con el poder político.
Claro está, como el mismo Presidente Funes lo ha manifestado, hoy el sector empresarial no usa el teléfono para decirle al Presidente de la República cual es el gabinete económico que quiere, ni a que impuestos darle tratamiento y a cuales no.
Y cuando se trata de temas estructurales como el pacto fiscal, que necesariamente tiene que hablar de impuestos, tarde o temprano, el sector empresarial lanza el grito y la voz de alerta a su “ejército”, que hoy no está en el gobierno, ni tan siquiera en su partido político ARENA, sino a sus voceros, a los propios empresarios.La foto del empresariado nos hizo recordar las imágenes de la cúpula empresarial de 1987, que convocó a una huelga general del sector privado, para el 24 de enero de 1987.
No obstante, la noche del miércoles se conoció la sustitución de Jorge Daboub, por Ernesto Cardenal, del liderazgo de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (CCIES), así como de otros directivos.
Daboub, era el líder empresarial que más había chocado, con sus declaraciones beligerantes, con el Presidente Mauricio Funes. Incluso, llegó a tildar al CES, una creación del gobierno, como “payasada”.Si a Daboub lo han quitado de la conducción de CCIESS, por su beligerancia contra el gobierno, y ponen a Cardenal, quien se ha destacado, hasta hoy, por su cordura, podría ser una señal de tregua del sector privado, lo que implicaría bajar la temperatura en las declaraciones, y, a corto plazo normalizar las relaciones entre la empresa privada y el gobierno del cambio. No obstante, por el momento, la realidad es que tenemos al empresariado enfrentado con el gobierno, cada quien con sus posturas inamovibles. Por supuesto, que desde esta tribuna respaldamos la posición del gobierno del cambio, en el sentido de que, el pacto fiscal debe discutirse en el seno del CES, la posición de la ANEP es caprichosa y clasista.
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