27 de Febrero.Tomado de Agencia Venezolana de Noticias.
Allanaban tu casa y te golpeaban sin justificación
Caracas, 25 Febr. AVN .- “La rebelión del 27 de febrero de 1989 fue un acto espontáneo del pueblo. En las calles no había gente dividida en partidos de izquierda o de derecha, lo que había era un pueblo que gritaba a viva voz, que protestaba quemando cauchos, saqueando y que se preguntaba ¿por qué el presidente que habían elegido les hacía esto?”.
Así recuerda 22 años después del estallido social conocido como El Caracazo, Jordan Ochoa, quien para la fecha contaba con 18 años y esperaba ingresar en la universidad.
Vivía en el bloque 19 del sector Monte Piedad, de la parroquia caraqueña 23 de Enero. Durante la rebelión popular que generó las medidas económicas impuestas por el gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP), Jordan fue testigo de innumerables injusticias por parte de las fuerzas policiales y militares que reprimieron a caraqueños y caraqueñas durante casi una semana.
“Allanaban tu casa y te golpeaban sin justificación, por el hecho de ser joven y humilde eras tildado de conspirador, de revoltoso. Fui testigo varias veces de cómo se llevaban a compañeros, vecinos del bloque para interrogarlos. Muchos de ellos no volvieron”.
También está el testimonio de la señora Rosario Rojas, recogido en abril de 1989 por la revista Sic, del Centro Gumilla, instituto jesuíta de estudios sociales en Caracas.
Rojas, habitante del 23 de Enero, explicó la forma en que vio morir asesinado a su hijo José Alejandro López Rojas de 26 años, la noche del sábado 4 de marzo por un efectivo de la Policía Metropolitana (PM).
“¡Me mataste a mi hijo!. Es lo único que tuve tiempo de decir cuando oí el disparo en el pasillo y salí. Ví al muchacho tirado boca abajo sobre el piso casi frente a mi apartamento. El policía de la PM que le había disparado se abalanzó sobre mí para golpearme, por lo que tuve que retroceder y cerrar la puerta”.
El detonante fue el paquete de CAP
El 4 de diciembre de 1988, CAP se “coronó” como presidente con el 52% de los votos. De inmediato realizó una gira por más de 12 países de los cinco continentes para tratar temas como la deuda externa, entre otros.
Como reseña el libro editado en 2010 por el Archivo General de la Nación, Protesta estudiantil y represión en Venezuela 1983-1993 de los investigadores Yasmín Rada y Orlando Contreras, el primer tema tratado por CAP en el discurso del día de su proclamación, fue el de la situación económica del país.
CAP alegaba que “ningún sector, ni el Estado ni los particulares están en capacidad por sí solos, de enfrentar los desafíos que nos plantea este momento de nuestra historia: el estado ya no es afluente de recursos abundantes que en un momento parecieron no tener límites”.
Entre los desafíos a los que hacía referencia quien fue dos veces presidente de Venezuela, estaba la deuda. CAP tomaba el poder de un país que estaba en bancarrota producto de la política de endeudamiento que había dejado su primer gobierno(1974-1979), el de Luis Herrera Campins (1979-1984) y el de Jaime Luisinchi (1984-1989).
CAP buscó dar un cambio siguiendo las “terapias de shock” diseñadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), mediante un programa de ajustes llamado Paquete Económico.
El paquete estaba concebido para generar cambios en la economía y establecía endeudamientos adicionales con el FMI, privatización de las empresas del Estado, eliminación de los subsidios, liberación de precios, disminución de la nómina del Estado, aumento anual -durante tres años- de los derivados del petróleo en un 100%, incremento de las tarifas del transporte público en un 30%, y electricidad y teléfonos en un 50%.
La rabia de Guarenas se extendió a la capital
Las protestas se iniciaron en Guarenas, estado Miranda, la mañana del 27 de febrero de 1989, donde los choferes incrementaron el pasaje por encima del 30%. A esta situación se sumaba la escasez de algunos alimentos y el aumento de otros, lo que ocasionó la fuerte protesta de los habitantes de esa ciudad, quienes quemaron unidades de transporte.
La violencia llegó a Caracas y los manifestantes tomaron las avenidas Lecuna, Baralt, Sucre, Urdaneta y San Martín, entre otras, y comenzaron a saquear negocios de alimentos, electrodomésticos y pequeños comercios.
El gobierno respondió con una represión salvaje. Los manifestantes desarmados fueron sorprendido por una máquina de guerra que descargó cientos de miles de balas y segó la vida de miles, sin que hasta hoy se haya podido esclarecer el número de víctimas causadas para imponer las mismas medidas económicas que hoy defiende la derecha venezolana que se niega a valorar la historia de su propio país.
Jordan Ochoa: Testigo del 27F
Fue una experiencia muy desagradable en cuanto a la represión que se vio en las calles, la gente estaba confundida no había ningún tipo de orientación sino que había una convulsión, realmente. La gente expresando su odio hacia lo que estaba sucediendo en la parte económica sobre todo, una explosión social que causó una conmoción en la población y una reacción espontánea de la gente, no había una dirección hacia donde iba a ir.
Fue una consecuencia por lo que venía pasando, por el alto costo de la vida, la subida del transporte, la subida de la gasolina, una serie de medidas económicas que se tomaron de una manera muy drástica y eso tuvo un impacto muy grande en las familias venezolanas.
La gente salió a la calle y comentaban sobre las medidas económicas que había tomado Carlos Andrés Pérez, fue un efecto dominó, ahí la gente no estaba dividida en partidos políticos, ni en organizaciones de ningún tipo fue un acto espontáneo del pueblo.
Yo vivía en el 23 de enero en el bloque 19, en Monte Piedad, tenía 18 años. Lógicamente era una explosión social donde la crisis económica la padecíamos las clases populares. Era muy difícil el acceso al estudio, al trabajo, se complicaba mucho a las familias numerosas de las clases populares sobrevivir; con los salarios bajos y que te suban los costos de un momento a otro te causa una reacción de rabia, de descontento, y fue básicamente lo que dio pie a esta explosión social.
Había salido de bachillerato y estaba esperando cupo en la universidad, era adolescente y estaba pendiente de lo que estaba pasando en el país, fui testigo de muchas injusticias, de la represión policial, sobre todo en el sector donde nací, era muy constante, de parte de la fuerzas del estado.
Sólo por tener un pensamiento progresista en cuanto a que quisieras hacer algo por tu comunidad, ya eras tildado de conspirador, te allanaban tu casa sin justificación. Se veían todas estas cosas.
La gente se lanzó a la calle a saquear, a quemar cauchos, a sacar toda esa rabia ¿por qué las cosas pasaban injustamente?, ¿por qué el presidente que había sido elegido le hacía esto a su pueblo?, a los más necesitados, ¿por qué los ricos no fueron los que salieron a protestar?, el rostro de las personas reflejaba esa tristeza.
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