Las personas que acuden a los centros de información se quejan que los empleados les atienden de "mala gana y amargados"
Escrito por Carmen Rodríguez.26 de Febrero.Tomado de La Página.
Los Centros de Atención por Demanda, CENADE, son un caos. Cientos de personas desfilan desorientadas, mientras que quienes tienen que orientar ni tienen la paciencia necesaria ni la calidad para dar indicaciones.
DIARIO LA PÁGINA hizo un recorrido por dos CENADE, en Santa Tecla y San Salvador, respectivamente y verificó las largas colas, la desorientación total y el aprovechamiento de algunos que ya comienzan a cobrar por “apartar” espacios en las colas.
La mayoría de personas que acuden viven en la pobreza o, peor aún, en la extrema pobreza, por lo que el subsidio, más que para otros, lo necesitan con urgencia.
Pese a la intensa campaña montada por el gobierno central, muchos aún no han entendido, porque el contenido de la campaña es distante de los discursos que manejan los funcionarios y los banqueros, quienes finalmente serán el vehículo a través del cual, supuestamente, se devolverá el subsidio.
Algunos, como José Penado, se pregunta si siempre tendrán que viajar hasta las agencias bancarias a retirar el subsidio. “Imagínese, yo tengo que caminar tres kilómetros por calle mala y lego tomar el bus hasta que me lleve a la ciudad, luego abordar un bus urbano. Solo en pasajes me voy a gastar el subsidio”, dice.
Para Penado lo mejor hubiera sido zonificar el subsidio o ser más práctico a la hora de devolver el dinero pues en su comunidad todos lo necesitan.
Öscar Miranda considera que la idea de los CENADE no es la corecta. “Cuando hubo un censo llegaron a nuestras casas, lo mismo hubieran hecho ahora y respecto a las devoluciones, lo hubieran hecho a través de las alcaldías, porque no en todos los pueblos hay bancos”, dijo.
Casos
Lucía Arévalo, una octogenaria de Comasagua, llegó a eso de las 4:00 de la madrugada al CENADE de Santa Tecla, junto a su nuera, para llenar el formulario que le da derecho al subsidio,.
La mujer quiere que le informen cómo será el proceso. Luce muy cansada lleva cerca de ocho horas de estar en la fila que ha avanzado poco más de dos metros y ha tenido que sentarse en la acera para descansar.
La anciana se arma de paciencia, porque no sabe hasta que hora estará ahí,. Para llegar a la entrada y recibir el número con el que serán atendidas deben recorrer cerca de dos cuadras, esperar a que uno de los trabajadores del lugar llegue a darles información, lidiar con el calor, la sed y el hambre.
En la entrada del centro un nudo de personas se aglomeran esperando que el vigilante, un poco mal humorado les indique que hacer y éste les envía a hacer la cola y les dice que afuera hay personal que pueden darles la información que necesitan. Y en efecto así es, cuatro jóvenes identificados con chaleco y gorra caminan en las cercanías de las entradas.
"Ustedes han mal entendido las indicaciones que ha dado el Ministerio de Economía, toda la gente ha mal entendido, no es necesario que vengan a hacer la cola, el 28 de febrero es el último día para retirar el formulario, pero es hasta en junio que tienen para entregarlo..." grita uno de los colaborados del CENADE, mientras que ni siquiera se toma el tiempo para revisar los papeles de los usuarios.
Lucía asegura que nunca recibieron ningún tipo de información y que decidió ir al lugar porque no puede pagar el tambo de gas sin el subsidio. Ella sabe lo poco que ha escuchado entre los vecinos y sus familiares. Necesita acogerse al beneficio porque desde que murió su esposo el dinero que recibe solo le alcanza para pasar el día a día.
Pero Lucía no es la única desinformada o "mal entendida", como dijo el colaborador. En la fila la mayoría de personas no saben cómo es el proceso porque dicen que el Gobierno no se ha preocupado por informarles bien "Deberían de abrir más centros porque solo me han dado permiso para este día", comenta una joven. "Los hombres andan bien amargados, estamos desde las 5:00 am. y no hemos entrado, mi hermana logró pasar pero le dieron el número 73, yo a lo mejor no logre pasar..." comenta Sonia.
En el CENADE de San Salvador, Emelina Ramírez, al igual que Lucía, ha llegado desde muy temprano. Su hija salió de Usulutan a las 3:30 de la madrugada para acompañarla y cerciorarse que todo le salga bien. Emelina tiene una tortillería y necesita el subsidio porque de lo contrario sus ingresos se verán afectados.
Emelina tampoco ha recibido información y lo que ha escuchado en la televisión no lo entiende. "Estoy haciendo la cola porque necesito de esa ayudita, pero me duelen las 'canillas' de estar tanto tiempo parada, deberían de hacer una cola especial para los ancianos como yo, hasta en los bancos hay una cola especial, tengo miedo que me empujen y me boten, porque a ratos las demás personas hacen por meterse en la cola y no hay nadie que ponga orden..."
En las afueras del CENADE de la calle El Progreso en San Salvador solo estaba un colaborador para cientos de personas que más que información tenían un cúmulo de dudas. Tanto en este centro como en Santa Tecla el cansancio, la molestia, la desorganización y la incertidumbre prevalecen sobre el orden.
donde esta cenade de santa tecla osea la direccion
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