La gran oportunidad que se le presenta a nuestro país: ser un exportador de alimentos para generar recursos con los cuales compensar la importación de bienes de consumo
25 de Febrero. Tomado de El Diario de Hoy.
La idea no es original ni lógica ni acorde con la experiencia de países que cuentan con una agricultura floreciente: no se va muy lejos si se cree que la crisis del agro en nuestro país se origina por la falta de capacitación y asistencia a pequeños y medianos agricultores.
El programa anunciado, de proveer financiamientos, soporte técnico, asistencia para guardar y luego vender cosechas, etcétera, fracasó en los Ochenta e inevitablemente va a fracasar ahora. Va a fracasar con el despilfarro de ingentes sumas de dinero y frustrando a los medianos y pequeños agricultores a los que llegan con la promesa de que van a darles la fórmula del ungüento mágico.
Una de las justificaciones que hubo en los Ochenta para caerle encima a los bancos fue la "necesidad" de tecnificar y financiar las granjas colectivas (cooperativas) que se formaron de un día para otro con jornaleros, peones y campesinos.
La reforma fracasó de manera estrepitosa, con el agregado de que las cooperativas, todas en bancarrota, están asentadas sobre tierras sin cultivos intensivos, a diferencia de lo que fue antes. Que hay un papel para la agricultura a pequeña y mediana escala nadie lo niega, como lo demuestran las verduras que importamos de Guatemala. Los apiarios, viñedos, especias, etc., requieren del cuidado directo y permanente del agricultor. Ese no es el tema que nos ocupa, sino el de la agricultura para abastecer grandes mercados, para exportar y como fuente de materias primas como fibras y aceites vegetales. El café, digámoslo, cae en medio de ambos esquemas.
Abastecer a un país de alimentos básicos, cereales y frijol como ejemplo, requiere de grandes extensiones de terreno, de maquinaria agrícola, de plantas de procesamiento, de bodegas, transportes, tecnología, financiamientos, análisis de suelos, riego, combate de plagas, mantenimientos, administración... cada cultivo tiene sus propias modalidades y requerimientos, lo cual depende, a la vez, de las condiciones del mercado, el clima, el transporte.
Exportar alimentos es la gran oportunidad
Sólo la agricultura mediana y grande (y estas dimensiones son válidas para El Salvador, para Argentina y Ucrania) rinden las economías de escala, que es donde están las ganancias verdaderas y que, a su vez, permiten la sostenibilidad del esquema en el tiempo. Un grupo de pequeñas y medianas siembras no justifica el uso de tractores, no permite la contratación de ingenieros especializados, no paga el costo de estudios fitosanitarios, no compensa los gastos de mercadeo… por lo general, las pequeñas y medianas explotaciones sólo abastecen a las comunidades aledañas, ya que el costo de recoger las cosechas, embodegarlas, transportarlas, entregarlas y venderlas, no se traduce en mejores precios al consumidor. Es el caso haitiano.
No es lo mismo el precio de tomates cultivados de manera artesanal, en pequeñas parcelas, al de los tomates cultivados en gran escala como se hace en el norte de México para proveer al mercado estadounidense.
El mundo está al inicio de un encarecimiento de los alimentos debido a la creciente demanda de China, India y otros países emergentes, cuyo apetito por todo, desde trigo hasta estaño, es inagotable. Esa es la gran oportunidad que se le presenta a nuestro país: ser un exportador de alimentos para generar recursos con los cuales compensar la importación de bienes de consumo que serán cada vez mas costosos.
Por desgracia estamos tomando la ruta equivocada por no analizar a fondo un programa "social".
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