Norma Guevara de Ramirios. .28 de Febrero. Tomado de Diario Co Latino.
Si el desarrollo de la sociedad es algo más que una frase y que un producto de comunicación para entretener a la gente con ilusiones; se requiere establecer direcciones e indicadores hacia los cuales es deseable y posible caminar. El resultado forzosamente llevará a cambios estructurales en determinados campos y requerirá esfuerzos responsables y recursos. Esta debe ser la orientación de cualquier pacto fiscal: el desarrollo social, cultural, económico y político de nuestro país.
Se requieren esfuerzos integrales y sistemáticos que permitan disminuir, hasta eliminar, las determinantes económicas, sociales, culturales y políticas de la desigualdad, erradicar la marginalidad y pobreza severa de cientos de miles de familias en el campo y en extensos núcleos urbanos pobres.
El Plan Quinquenal del Presidente Funes, y los programas en marcha, expresan la voluntad política de promover el desarrollo del país, a la vez de enfrentar los impactos negativos de la crisis económica internacional. En los campos de la salud y la educación, estas intervenciones señalan con claridad una transformación de los esquemas tradicionales de servicio. De mantenerse, la rutina, cualquier pretensión de desarrollo social, económico y cultural se anula.
El analfabetismo de más de medio millón de personas adultas, la baja escolaridad promedio (5to. Grado), la mortalidad materno infantil, y la recurrencia de enfermedades prevenibles, los bajos ingresos y remuneraciones salariales y otros indicadores, expresan a gritos que necesitamos cambiarlos para asegurar una población sana, educada, apta para salir del estancamiento. De todos es conocido el proceso ya iniciado con esfuerzos financieros propios y provenientes de préstamos para encausar la salud pública a una nueva modalidad de servicio en el cual la atención primaria en salud y la capacidad de intervenir en vectores que provocan epidemias sea realmente asegurada por el Ministerio de Salud.
La escuela de tiempo pleno, que por ahora se desarrolla en contados centros educativos, debe desarrollarse gradual y sistemáticamente, va a necesitar nuevos espacios físicos agradables y apropiados, maestros que orienten las inclinaciones artísticas y deportivas de niños y niñas, adolescentes y jóvenes. Si la infraestructura escolar ahora recibe grupos diversos en turnos de mañana y tarde, extender una nueva modalidad en la cual se mantengan aprendiendo los estudiantes desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde, requerirá de nueva infraestructura, personal especializado y recursos de aprendizaje apropiados a nuestra época como los sistemas informáticos y de intercomunicación ¿queremos de verdad que la población a unos 7 o 10 años tenga un nivel educativo de mayor calidad? Si respondemos que sí, se debe pasar de los pobres niveles de inversión (3% del PIB), a niveles que ronden el 6%.
Si la presión tributaria hoy, y a lo largo de los últimos 50 años, ha estado por debajo del promedio de los países latinoamericanos, son necesarios nuevos mecanismos que aseguren que el Estado pueda invertir más en elementos fundamentales del desarrollo, la cultura y la salud de la gente.
Como hemos dicho antes, por ahora la contribución de los impuestos indirectos, (los que pagamos en la misma proporción independientemente del nivel de ingresos que tengamos) aporta en 55%, mientras que la renta (que depende del nivel de ingresos de cada persona o de las utilidades de las empresas), apenas alcanza 29%. Las sociedades con más desarrollo tienen porcentajes mayores en renta y menos afectación por evasión y elusión fiscal. Las reformas al Código Tributario aprobadas por la Asamblea Legislativa en 2009 dotan a la autoridad de mayores herramientas de fiscalización, pero además se requiere que quienes tienen mayores ingresos contribuyan más, para invertir más, el 80% de latinoamericanos considera desde 2007 que la distribución de ingresos es injusta (CEPAL, LATINOBARÓMETRO), los tributos deben permitir redistribuir invirtiendo.
Una reforma progresiva debe tocar sin duda el impuesto sobre la renta en los tramos más altos, ahora, pagan proporcionalmente más las personas que están en los cuatro deciles más bajos (ICEFI). La derecha elude el análisis y el debate público y quiere sustituirlo con enfrentamiento y temor, buscan mover oposición de sectores a los cuales el gobierno sólo busca favorecerles. Por eso la participación de organizaciones sociales en el debate tributario es necesaria, la opinión de los profesionales es necesaria, el análisis iluminador de las universidades es necesario, para comprender la relación entre desarrollo y fiscalidad progresiva y suficiente.
¿Porqué negarse a discutir esta realidad? ¿Porqué eludir la responsabilidad social tan necesaria para desarrollar el país? ¿Porqué insinuar que hay falta de transparencia para eludir el debate de fondo? ¿Por qué no demostrar que se está de cara al desarrollo y no de espaldas a las necesidades de la gente?
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