El robo del metal se ha vuelto recurrente debido a que el precio se ha elevado. Hay algunas zonas del país en donde ya no se presta el servicio de telefonía fija por las pérdidas constantes.
Escrito por Keny López/Suchit Chávez.25 de Febrero. Tomado de La Prensa Gráfica.
“Se pueden robar una sección (de cable) de dos metros y dejar fuera de servicio hasta a 2,000 clientes.”
Héctor Ortiz, gerente de operaciones de Claro
“Lo más delicado es que cualquiera lo exporta (el cobre), solo se inscribe y no tiene que justificar de dónde lo procesaron.”
Mario Machado, apoderado judicial de Claro
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En El Salvador hay alrededor de 160 zonas en las que ya no se brindan servicios de telefonía fija debido al recurrente hurto de cobre, metal que facilita la transmisión de la telecomunicación.
Caseríos como Las Carretas (San Miguel), El Coyolito, en Tejutla (Chalatenango), o Dolores Apulo, en Ilopango (San Salvador), son algunos ejemplos.
Según datos de la empresa Telecom, de 2004 a enero de 2011 los gastos en cobre y mano de obra, para reponer el metal hurtado, ascienden a $4.44 millones. En ese mismo periodo, el cobre que se ha extraído de los pozos de la compañía o de los cables aéreos suma 595 toneladas.
La situación del robo se ha agravado, debido a que el precio del cobre se ha elevado considerablemente, al pasar de un aproximado de $0.40 por libra, hasta los $4.34 que se cotizaba ayer en el mercado internacional.
En el ámbito local, la libra se paga entre $2.80 y $3.10.
En 2010, Telecom reportó 712 casos de hurto, pero solo en enero de 2011 ya contabilizaban 96 casos, es decir, que en 2010 había un promedio de dos hurtos diarios, pero este año se reportan tres por día, en promedio. Entre enero y febrero el hurto de cobre ya suma 26 toneladas. “Se pueden robar una sección (de cable) de dos metros y dejar fuera de servicio hasta a 2,000 clientes”, destacó Héctor Ortiz, gerente de operaciones de Claro.
Debido al hurto recurrente en algunas zonas del país, la empresa ha optado por ofrecer opciones de telefonía inalámbrica debido a que los costos de reponer los robos de cable se han elevado. “Alrededor de 21,000 clientes han migrado de la red fija a la inalámbrica (en modalidad prepago o pospago), y hay alrededor de 28,000 clientes más –la mayoría de zonas rurales– a quienes se les propondría cambiarse”, explica Ortiz.
Las medidas que ha tomado la compañía para evitar el hurto han sido varias, desde instalar alarmas hasta soldar los pozos y poner capas de concreto sobre las tapaderas. Pero la delincuencia no para y busca formas ingeniosas de llevar a cabo sus planes, como el caso de una banda que incluso portaba uniformes y carnés de una empresa que subcontrata Claro, a fin de querer pasar inadvertidos mientras robaban a plena luz del día en San Salvador.
Exportadores sin minas
El Salvador, a pesar de no tener minas, exporta cientos de toneladas de cobre al año.
Según datos estadísticos del Banco Central de Reserva (BCR), en 2007 se exportaron 202 toneladas de cobre, mientras que entre enero y septiembre de 2010 ya se contabilizaban 944 toneladas exportadas.
El cobre se puede encontrar en diferentes aparatos, como motores de ventiladores, alternadores, e incluso en los motorcitos de juguetes, explica Arturo Castro, de la recicladora Arturo’s. Antes de comprar el metal, explica Castro, procuran asegurarse que este no sea robado. “Cuando nos traen el cobre por libras pedimos que venga sin residuos de plástico, para verificar que no sea de ninguna compañía”, explica. Sin embargo, cuando se trata de grandes cantidades, señala que piden comprobantes que respalden la adquisición. “Ya hemos comprado cobre de CAESS, y ese sí se tiene certeza que es legal”, añade.
Según Castro, la recicladora recibe al menos dos visitas de la Policía Nacional Civil al mes para verificar que los materiales que compran no hayan sido reportados como robados.
Mario Machado, apoderado judicial de CTE Claro, destacó que en 2008 se hizo un esfuerzo por implementar un decreto para restringir la exportación de cobre, y a pesar de ello, persiste el envío del metal fuera de las fronteras salvadoreñas.
Se estima que en el país hay alrededor de 41 empresas inscritas para exportar cobre. Sin embargo, Machado sostiene que algunas de estas logran burlar los mecanismos para comprar y exportar cobre de dudosa procedencia. “Lo más delicado es que cualquiera lo exporta (el cobre), solo se inscribe y no tiene que justificar de dónde lo procesaron”, afirma el apoderado judicial de Claro.
Machado indica que falta que debe de haber controles más estrictos de parte de las autoridades –Policía, Aduanas y Fiscalía– para evitar la extracción, venta y exportación de cobre robado.
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