Escrito por Gabriel Trillos.16 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica
El Salvador y sus pares centroamericanos enfrentan la próxima semana un reto fundamental como bloque regional. A inicios de la semana se realizará una cumbre con Europa. Una amplia con América Latina y el Caribe en general, pero también se ha abierto el espacio para un cónclave especial para América Central. Seguridad, acuerdo regional y el caso de Honduras en la agenda; en la oficial y en la no oficial.
El canciller salvadoreño, Hugo Martínez, adelantaba el viernes, en tono muy diplomático, algunas líneas de las negociaciones y acuerdos que se buscarán en este foro internacional. El tema del reconocimiento del nuevo presidente de Honduras, José Porfirio Lobo, surge en la agenda como un tema de prioridad. De antemano, algunos presidentes de Suramérica lo pusieron en un primer plano al amenazar con no ir a la cumbre si el presidente Lobo asistía. El mandatario hondureño desistió de su presencia en la reunión oficial la VI Cumbre Unión Europea, América Latina y el Caribe, pero estará en Madrid, sede de la junta, para una reunión aparte con Centroamérica. Ayer, el presidente venezolano, Hugo Chávez, celebraba con su mofa habitual la ausencia oficial de Lobo. Habría que destacar que los mismos presidentes que censuran a Lobo callan ante las graves violaciones de los derechos humanos en Cuba, cuyo presidente, Raúl Castro, también estará en Madrid. Doble moral.
Centroamérica tendrá el reto de dar el impulso clave para el reconocimiento de Honduras y la normalización de la presencia de este país en las organizaciones internacionales. El Salvador ha sido muy claro en respaldar al nuevo gobierno hondureño, un vecino estratégico en el comercio, por mencionar alguna variable de peso. Este reconocimiento de Honduras es importante para Europa también, ya que de por medio está la firma del acuerdo comercial entre ambas regiones, y para la Unión Europea este acuerdo es el primero que firmaría con una región. Además, Estados Unidos ya ha dado su apoyo. Por lo tanto, aunque algunos presidentes del sur mantengan sus rabietas, Centroamérica debe velar por sus propios intereses. El presidente de Nicaragua surge como una duda de la cual no se saldrá hasta último minuto.
La vicepresidenta primera del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, también se refirió el tema. La agencia Efe difundió el viernes declaraciones de la funcionaria española en la que matizaba la ausencia oficial de Lobo, pero que daba importancia al reconocimiento: “Llevamos trabajando mucho tiempo en que Honduras pueda volver de alguna manera a retomar la senda de una cierta normalidad democrática”.
Otro de los grandes temas será el tema de la seguridad. El plan especial para el combate al narcotráfico y crimen organizado toma forma. La inclusión de Europa tiene al plan en una sociedad tripartita, ya que Estados Unidos ha planteado apoyos para la región en sí misma, y que hoy por hoy vive una oleada de narcos que han encontrado terreno fértil en suelo centroamericano. Así como lo ha sido el Plan Colombia o el Plan Mérida para México, un Plan C.A. es fundamental para cortar el avance del trasiego de drogas por aire, mar y tierra. El Salvador juega, de nuevo, un papel clave, ya que el tema tomó fuerza tras la reunión del presidente Mauricio Funes con Barack Obama, hace dos meses. Este país surge como un actor desde donde se pueden afincar las líneas principales de este urgente plan especial. Algunos ya comenzaron a rugir teniendo a la defensa de la soberanía como argumento, con el típico sentimiento antiyanqui, pero a mí más me preocupa que los capos de la droga hagan lo que quieran por nuestras fronteras y continúen soltando la droga nuestras calles, que ya de por sí ya es una problema real, palpable, evidente, gravísimo por controlar a cortísimo plazo.
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