LPG-Equilibrar trabajo y familia: ¿lujo o necesidad?

 Escrito por Kalena de Velado.16 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.

 
A pesar de la crisis, se han producido mundialmente importantes avances en la gestión corporativa de equipos talentosos compuestos por hombres y mujeres para conseguir competitividad de calidad. Pero la batalla de la retención del talento ha producido una carrera por crear y ofrecer nuevas políticas empresariales, apoyos adicionales, servicios familiares, e interesantes beneficios extrasalariales y sociales para no perder a los mejores empleados y directivos.

“El punto de inflexión se alcanzará cuando se generen culturas empresariales donde la vida familiar ocupe el lugar que le corresponde: protagonista principal.” Guido Stein, profesor de dirección de personas, comentando el libro de la Dra. Nuria Chinchilla: Empresas familiarmente responsables: ¿Lujo o necesidad?

“Hay que tener en cuenta que una cultura flexible y familiarmente responsable no se crea de la noche a la mañana, sino de modo progresivo. Tampoco existe una única solución o plan de mejora. La experiencia enseña que el equilibrio trabajo-familia también depende del modelo de empresa: para uno, la armonía no es más que un mero elemento del plan de marketing corporativo y su impacto en la reputación de la compañía; para otros una magnífica herramienta para atraer y retener talento. A mí me gusta pensar en la vida en la familia también como la primera y más incisiva escuela de competencias profesionales, en la que madre, padre, hijas e hijos aprenden muchas cosas importantes, entre ellas también las competencias más valoradas por los directivos de hoy: liderazgo, integridad, iniciativa, trabajo en equipo, comunicación. Hoy los hijos necesitan de los padres, sobre todo el ejemplo de sus valores en acción, del mismo modo que los miembros de una organización precisan del ejemplo de sus líderes. Eso solo se consigue con tiempo, muchas ganas, entusiasmo y sentido de responsabilidad, porque educar como dirigir cabalmente es cumplir una misión que contribuye a dotar nuestras vidas justamente de sentido pleno”.

Recuerdo haber escuchado a un profesor de Harvard sobre los resultados de un estudio sobre niños de escasos recursos que sacaban buenas notas, descubriendo un factor en común: una madre que tenía tiempo para platicar con ellos y ayudarles en sus tareas, aun sin saber leer ni escribir. Sin importar el tamaño, los empresarios podríamos mejorar la competitividad contribuyendo a que los colaboradores puedan tener un mejor equilibrio entre su vida laboral y familiar, por los horarios del negocio o fábrica. Si se es jefe o gerente, se puede apoyar a los empleados para que, dentro de lo razonable, tengan la oportunidad de ajustar sus horarios a las necesidades de balancear la vida familiar con el trabajo, desde un enfoque flexible y de responsabilidad social. A veces implica hacer malabarismos para que puedan asistir a las reuniones con maestros o puedan comer frecuentemente con sus hijos, ya que investigaciones confiables señalan que hacerlo entre 5 a 7 veces por semana mejora el rendimiento académico de los hijos en un 38%, frente a una familia que solo cena dos veces por semana juntos en familia.

Próximamente la fundación EMPREPAS organizará un evento para profundizar en una gestión de competitividad responsable, añadiendo valores éticos y conceptos novedosos que beneficiarán a la empresa, a la sociedad, la democracia, la conciencia ambiental y la igualdad de oportunidades.

Equilibrar trabajo y familia: ¿lujo o necesidad?