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2010/05/18

LPG-Detalles de una historia escabrosa

 Escrito por Geovani Galeas.18 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.

El doctor Fabio Castillo Figueroa no ganó la elección presidencial de 1967, pero de esa campaña sacó dos conclusiones capitales: que el régimen militar ya había cerrado de manera definitiva las opciones legales para el ejercicio de la oposición política, y que en consecuencia el único camino que le quedaba a la misma era la lucha clandestina en forma de guerra de guerrillas.

Seis años antes, en 1961, el Partido Comunista había llegado a la misma convicción, y había puesto bajo la responsabilidad de Schafik Hándal la formación militar de un contingente de cuadros. Ese grupo se entrenó durante unos tres años en un legendario local ubicado en la colonia La Campiña de San Salvador, pero no llegó a operar nunca. Finalmente fue descubierto, infiltrado y desbaratado por la policía.

El régimen militar simuló entonces una apertura democrática. En 1964 el Partido Comunista, para frustración de los entusiastas de la lucha armada, decidió desmontar voluntariamente toda su estructura clandestina y lanzó la consigna de conquistar la legalidad. Uno de los frustrados con esa decisión fue Roque Dalton, que durante un par de años había recibido instrucción militar en Cuba.

Cuando el doctor Castillo Figueroa comenzó a diseñar su proyecto insurgente, se puso en contacto secreto con Dalton, que por entonces residía en La Habana y había comenzado un crítico proceso de distanciamiento del Partido Comunista salvadoreño, al cual consideraba víctima de una desviación de derecha. Dalton gestionó con éxito el apoyo cubano para el nuevo emprendimiento guerrillero, y fue designado como el representante del mismo en la isla.

El doctor Castillo Figueroa comenzó a trabajar con un grupo de jóvenes universitarios, provenientes de la Democracia Cristiana, que lo habían apoyado durante la campaña electoral. Entre estos estaban Lil Milagro Ramírez, Eduardo Sancho, Alfonso Hernández, Francisco Jovel, Alejandro Rivas Mira, Carlos Rico y una de las hijas del doctor Castillo Figueroa. Algunos de los instructores de este núcleo eran miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Guatemala, FAR. Uno de ellos era Armando Arteaga, cuyo pseudónimo era Pancho.

En febrero de 1971 fue secuestrado y asesinado el joven magnate agroindustrial Ernesto Regalado Dueñas, constituyendo ese hecho la culminación de una operación conspirativa tan confusa y polémica que no ha logrado aclararse hasta la fecha. Lo que sí es seguro es que en ella participaron algunos de los miembros del grupo del doctor Castillo Figueroa, encabezados ahora por Alejandro Rivas Mira y Lil Milagro Ramírez, en combinación con un comando de las FAR de Guatemala.

En marzo de 1972, bajo el mando operativo de Francisco Jovel, Carlos Rico participa en la ejecución de dos guardias nacionales y la recuperación de sus fusiles. Varios meses después la policía publica el nombre y la fotografía de Rico y lo acusa de terrorismo. Francisco Jovel le comunica que la organización decidió enviarlo a un entrenamiento especial en Cuba, y que su contacto y jefe en La Habana sería Roque Dalton.

Rico, para entonces un estudiante de medicina de 22 años de edad, viajó a México y Europa y tuvo que esperar, sin mayores explicaciones de la postergación, varios meses antes de que los cubanos autorizaran su llegada a la isla a finales de 1972. Para su sorpresa, al arribar a Cuba fue capturado, encarcelado e interrogado de manera exhaustiva por agentes de la Seguridad del Estado.

Cuando Rico se identificó como revolucionario, explicó las circunstancias de su salida de El Salvador, y reveló su misión y el nombre de su contacto en La Habana, los agentes se pusieron aún más recelosos y le comunicaron que Roque Dalton ya no residía en Cuba, que había desertado de la revolución y que estaba trabajando para el enemigo.

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