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2010/05/13

EDH-Roque Dalton y la verdad

 Escrito por Marvin Galeas.13 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy.

La primera vez que supe de Roque Dalton fue a principios de 1976. En el colegio donde estudié bachillerato en Costa Rica, me había pasado largas horas leyendo poesía. Aprendí de memoria poemas de Bécquer, José Asunción Silva, Manuel Acuña, Gutiérrez Nájera, José Ángel Buesa y otros por el estilo. No había en la enorme biblioteca del colegio nada de Neruda, Benedetti o Ernesto Cardenal. Yo, ni siquiera sabía que existían.

Fue mi hermano Geovani quien me prestó un libro de poemas de Roque. El Poema de Amor me estremeció hasta el alma, no sólo por el contenido sino por la forma. No sabía que existía el verso libre y menos que se pudiese decir "malas palabras" en un poema. Me hice adicto a Roque. Leí de él todo lo que cayó en mis manos, desde Taberna y otros poemarios hasta Miguel Mármol y Pobrecito poeta que era yo. Sentía, como casi todos sus lectores, que Roque era un amigo entrañable.

No podía entender lo de su muerte. Por esos días los intelectuales latinoamericanos expresaban su dolor y su desprecio a los dirigentes del ERP en libros y actos públicos. Lejos estaba de sospechar siquiera que algún día iba a conocer personalmente a Joaquín Villalobos y a Jorge Meléndez.

Cuatro años después de mi primer encuentro con la poesía de Roque estaba, junto a mi hermano Geovani, en un campamento en donde unos ochenta jóvenes recibíamos entrenamiento militar. Uno de nuestros dos instructores era Juan José Dalton. Lo recuerdo flaco, callado, voluntarioso y con una gran calidad humana. Teníamos, creo, la misma edad. Para mí era, lo confieso, un gran honor conocer al hijo de una de las personas que más admiraba. Entonces en la izquierda ya no se hablaba del asesinato de Roque Dalton, sino de la unidad revolucionaria, en donde por supuesto figuraban, y con mucha fuerza, los dirigentes del ERP.

Juan José Dalton se fue para Chalatenango y yo para Morazán. Lo que me atrajo a las filas del ERP fue Radio Venceremos. En el frente conocí a los dirigentes del ERP. Todos eran muy jóvenes. Joaquín acababa de cumplir 30 años. Y los otros ni siquiera llegaban a esa edad. Algunos miembros del Comité Central, como Carlos Argueta, Claudio Armijo y William Pascasio, apenas tenían 22. Durante casi una década conviví en el frente de guerra con ellos.

Recuerdo a Jonás como a un valiente guerrero. Un jefe preocupado siempre por su tropa y que predicaba con el ejemplo a la hora del combate. Joaquín, por su parte, era un estratega brillante, audaz, querido y respetado por todos. Fuera del ERP lo admiraban. Schafik le dijo una vez en un discurso en el cerro Gigante "Tú eres un hombre de vanguardia". Hasta era el comandante guerrillero favorito de Fidel Castro.

Tras los Acuerdos de Paz tuve la oportunidad de venir en el avión con los maximos comandantes y negociadores del FMLN. Todo era alegría y compañerismo. Joaquín me pidió, en pleno vuelo, que le ayudara a revisar el discurso que pronunciaría al día siguiente en la instalación de COPAZ.

Leí el párrafo en donde pedía perdón por la muerte de Roque. Pero al día siguiente lo cambió y en su lugar sólo citó un fragmento del Poema de Amor. Después de los acuerdos todas las diferencias que había dentro del FMLN y que la guerra había mantenido en el congelador, estallaron. El resto es historia conocida.

El reclamo de los Dalton es legítimo y justo. Para ellos no sólo se trata del entrañable poeta. Se trata sobre todo del padre, el esposo. Creo que independientemente del hipócrita e inmoral silencio de otros protagonistas de la guerra en torno a horrendos crímenes cometidos, Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez deberían decirle a la familia Dalton y al país la verdad. Toda la verdad sobre lo ocurrido con Roque y pedir sinceramente perdón. Es una oportunidad de mostrar nuevamente audacia, valentía y a la vez humildad y arrepentimiento.

Cito palabras textuales del discurso que Joaquín pronunció en la instalación de COPAZ en 1992: "No nos importa si los errores de otros fueron mayores o menores que los nuestros o si los reconocerán algún día. Nosotros estamos convencidos que sin verdad y justicia no habrá reconciliación ni paz. En nuestra amada patria está muriendo el miedo. Vamos a comenzar a vivir la alegría de decir la verdad".

elsalvador.com :.: Roque Dalton y la verdad

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