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2010/05/15

EDH-Mujer, esposa, madre

Escrito por María A. de López Andreu.15 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy. 

Es muy justo –y agradable– que durante este mes se honre a la madre. Personalmente, más que páginas y páginas de anuncios sobre "qué regalar a su madrecita", preferiría que hubiera un enfoque dirigido a hacer conciencia sobre el sentido de la maternidad.

Esto es innecesario, dirán, porque, ¿quién no lo sabe? Sin embargo, en esta época de materialismo absoluto, sí necesitamos destacar lo que es, realmente, la maternidad.

Bueno, ¿qué es?

Primordialmente, es un don de Dios, y los dones se reciben gratuitamente, sin merecimiento propio, pero entrañan la inmensa responsabilidad de hacernos merecedores de ellos. Ser madre es una misión, un trabajo, una tarea que inicia en el momento de la concepción, pero no finaliza jamás: ni en este mundo, ni en el otro. Ser madre es para siempre, por toda la eternidad.

Ser madre es un trabajo 7/24/365. Como mínimo, requiere ser niñera, médica, maestra y psicóloga, además de chef, lavandera, planchadora, artista (mami, ¿qué puedo crear con esto?), jardinera, motorista, maga (para que alcance el presupuesto), entrenadora, administradora, costurera (mami, necesito un disfraz), organizadora de eventos, adivina (mami, ¿dónde puse mis tareas?), estilista, compañera de juegos, mecánica (mami, ¿arreglas mi cochecito?), consejera, experta en informática, amiga, confidente y, a veces, un poquito cómplice (bueno, ¡pero sólo por hoy!).

¡Y mil cosas más que mamá hace en casa! Sin olvidar que la mayoría de mujeres, actualmente, también tienen responsabilidades profesionales que atender. Como dice una joven abogada, "soy la de adentro… y la de afuera".

Pero todo lo mencionado es apenas la parte fácil de ser madre. La tarea más ardua y difícil, como también la más importante, es la formación moral y espiritual de los hijos. Y esa tarea, no termina nunca… porque tampoco nosotras, las madres, terminamos jamás de formarnos y crecer espiritualmente.

Allí radica, entonces, la fortaleza de las madres, que son capaces de realizar diferentes tareas simultáneamente, sin aparente cansancio, día tras día. Es en su espiritualidad y amor que se nutren; es con la fe puesta en Dios, sabiendo que Él le otorgará, a cada momento, las gracias necesarias para cumplir con su inmensa responsabilidad.

De allí que la mujer, más que nadie, necesita alimentar permanentemente su espíritu, para así ser consciente de su inmensa dignidad; que se valore a sí misma, para ser respetada y justipreciada por los demás.

Como bien sabemos, la mujer no puede ser madre sin que haya un padre. Por eso, es tan importante que se enseñe, académicamente, como materia de estudio, el tema de la formación de la familia, teniendo como base el matrimonio (tal y como lo dice nuestra Constitución Política), entre un hombre y una mujer.

Para que la salvadoreña realice todos los trabajos arriba enumerados, con la alegría de tener un esposo y padre que la secunde, que atienda amorosamente a sus hijos y garantice, con su presencia, aporte y fortaleza, un hogar funcional, seguro y digno.

Entonces, cuando los hogares debidamente instituidos, en los que reinen el respeto y la consideración, no sean la excepción, sino la regla; cuando cada niño salvadoreño nazca y crezca de la mano de papá y mamá que le aman; cuando cada mujer, por ser apreciada en su justo valor, sea convertida en esposa y madre… Entonces tendremos el país pacífico y desarrollado que todos deseamos.

elsalvador.com :.: Mujer, esposa, madre

1 comentario:

  1. Me pregunto como sera la moral que la sra inculca a sus hijos con tanto paralelo sangriento y violento que hace en sus comentarios acerca de la realidad politica del pais cuando habla de supuestos ataques comunistas y asi. Las letras que escribe alrededor del papel de madre no son ni nuevas ni muy tiernas y no caben en la realidad de la mayoria de madres salvadoreñas ni en la de las que viven mejor, pues planchar y lavar lo hacen conciudadanas empleadas especialemente para hacer eso. Esos aspectos del escrito lo manchan de cierta charlataneria.

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