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2010/05/15

EDH-Caos vial y golpes en nueva jornada de protestas

 El descontento social está marcando la llegada del primer año del Presidente Mauricio Funes. Ayer, Diversas marchas invadieron la capital, en donde una de ellas dejó detenciones, en San Marcos. Buseros y taxistas harán dos la otra semana

Escrito por Óscar Iraheta.15 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy.

 

La capital vivió una nueva jornada de protestas que provocó disturbios, detenciones, un enorme caos vehicular, y una marcha campesina contra la construcción de la Presa El Chaparral, en San Miguel, y que culminó en Casa Presidencial.

Esta última, que salió el pasado lunes desde el municipio migueleño de Moncagua, generó enormes embotellamientos desde Soyapango, pasando por la Alameda Juan Pablo II, el Bulevar Constitución hasta llegar a la Alameda Manuel Enrique Araujo a la altura de la Ex Feria Internacional, donde les esperó un cordón policial de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO).

La marcha campesina, liderada por el cura Antonio Confesor, planteará otras reivindicaciones como una reforma agraria y participativa, además, de la adhesión del país a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) según refirió el periódico Co Latino.

El descontento social y las protestas no acabaron ayer. El próximo lunes, la Asociación de Empresarios de Autobuses Salvadoreños (AEAS) y que comanda Genaro Ramírez, llegará hasta la Asamblea Legislativa para exigir una compensación para el combustible. Ramírez no le quiere llamar subsidio porque "nunca lo han tenido", según dijo.

Es más, la protesta la acompañaran el 80% de las unidades de la gremial, asegura, y se augura un nuevo caos vehicular en las principales arterias de la capital y calles aledañas.

Y por si fuera poco, un día después, la Asociación de conductores del transporte público de pasajeros de autobuses y microbuses, taxis y pick up, han anunciado una marcha pacífica que saldrá desde el Bulevar del Ejército y también tendrá como destino la Asamblea.

En la protesta de San Marcos, que dejó tres detenciones y prolongados congestionamientos viales, daños a la propiedad privada y dos policías de la UMO lesionados se originó en una maquila ese municipio y cuyos protagonistas fueron supuestos empleados y particulares quienes estaban en desacuerdo con los dueños por las condiciones laborales.

Entre los detenidos está Alejandro Ramos, un dirigente de la Federación Sindical de El Salvador (FESS), quien ha sido identificado por la Policía como el agitador de las nuevas protestas que se generan en los últimos meses (ver nota aparte).

La marcha inició a las 6:45 de la mañana con el bloqueo del carril que de San Salvador conduce hacia Comalapa, en el kilómetro 9 de la autopista. Media hora después los manifestantes cerraron el otro carril.

Decenas de personas entre empleados y estudiantes tuvieron que caminar varios kilómetros para llegar a sus destinos. El tráfico fue desviado en el monumento al Cristo de la Paz.

Los inconformes quemaron llantas y cruzaron piedras y palos para evitar el paso de los automovilistas.

Capturas y desbloqueo

Dos horas después un pelotón de la UMO despejó los dos carriles de la principal vía que conduce al sur de San Salvador.

Un grupo numeroso de mujeres se desligó de los demás manifestantes y pidió a la UMO que sacaran a los miembros del FESS, quienes habían obstaculizado la entrada de las fábricas.

Los antimotines accedieron a la petición y sacaron a golpes a los protestantes, entre ellos Ramos y otras mujeres. La medida provocó el descontento de los inconformes y se generaron los ataques de piedras y gas lacrimógeno.

Las piedras que lanzaron los quejosos causaron daños en varios vehículos. Vendedoras del mercado de San Marcos resultaron afectadas por los desórdenes.

Con el caos, los protestantes se refugiaron en el mercado de San Marcos y otros negocios.

El gas pimienta alcanzó a varias vendedoras que arremetieron contra los manifestantes por refugiarse entre sus negocios.

Ante ello, agentes del CAM cerraron las puertas del mercado para evitar ataques y saqueos dentro de las instalaciones.

El mayor susto y riesgo lo pasaron otras vendedoras de comida pues también tuvieron que correr para no quedar entre los desórdenes. Varios de ellos perdieron sus ventas producto del caos que se generó.

Asimismo, varios niños y personas de la tercer edad entraron en estado de nervios por las protestas y el miedo de ser alcanzados por las piedras y otros objetos contundentes.

Durante los disturbios varios vehículos fueron alcanzados por las piedras que lanzaron los protestantes.

Por los daños a sus unidades, el transporte colectivo de la ruta 26 y A suspendieron los viajes debido a que la terminal de buses era el escenario de los desórdenes.

Tres horas después representantes de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y personeros de las empresas dialogaron con la Policía y finalizó los disturbios.

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