Lo peor, en todo caso, es adquirir préstamos para programas "sociales", vale decir para consumo, y no para incrementar la capacidad productiva del país
Editorial. 04 de Mayo. Tomado de El Diario de Hoy.
En ningún momento el tema fiscal, sea "pacto" o "reforma", dejó de estar ante la opinión pública: ahora se pretende que la tributación pase del 13.5% del PIB que es actualmente, a un 17 por ciento, "para alcanzar el nivel de otros países de la región". Bajo tal perspectiva pareciera como si la gente y los negocios no pagaran gran cosa, pero las realidades son otras, ya que es la masa de los actuales contribuyentes la que no se acrecienta y es además muy difícil lograrlo. Los que pagan son desplumados y los que no pagan incluyen desde contrabandistas hasta los amigos del presupuesto público.
El punto importante en esto, por desgracia no lo discute el gobierno: lo ruinoso que es aumentar impuestos en un momento de crisis mundial y, sobre todo, interna. Cuando las cosas van mal lo procedente es reducir el gasto, hacer más eficiente el manejo de los dineros públicos y no adquirir más deuda. Pero está sucediendo lo contrario, a lo que se agrega la falta de capacidad de los nuevos funcionarios públicos para administrar lo que ha caído en sus manos.
El problema y las erradas políticas a las que da lugar, es por suponer que existe la pobreza porque "la riqueza" no se distribuye justamente, por lo que lo medular de las políticas del gobierno, e inclusive de los gobiernos de izquierda del Hemisferio, es emprender programas sociales, vale decir programas de consumo, versus iniciativas para incrementar el empleo y la producción.
La idea no es ni nueva ni original: se remonta a la Revolución Mexicana, a la Revolución Bolchevique y a la Alianza para el Progreso del difunto John Kennedy, todo basado en que desvalijar a los ricos para repartir entre los pobres es lo que hace la felicidad de los pueblos. Igual como el tan simpático merodeador del Bosque de Sherwood, Robin Hood, quien sin embargo no consiguió aliviar en una milésima parte la miseria de los labriegos de la comarca.
Vende menos pero gasta en diversiones
Como señala un proverbio chino, la pobreza se combate enseñando a pescar, no regalando pescado. Y si en adición lo que se reparte es pescado que se robó a otros, la consecuencia es la ruina general.
Hay muchos ejemplos de lo que se debe hacer para impulsar el desarrollo y lo que se tiene que evitar para no agravar una crisis. El más reciente es el de Grecia, que sufre los efectos de un desmedido endeudamiento, de políticas sociales que no encajan con la posibilidad del país y de la negativa a apretarse el cincho. Grecia, como ha sucedido con Argentina, no puede cubrir sus compromisos y tiene que recurrir a un salvataje de la Unión Europea, el que sin embargo sirve para pasar el momento, no para solucionar el problema a mediano plazo.
El gobierno no debe ser víctima de sus promesas electorales, más si al cumplirlas agrava la situación en lugar de mejorarla. Lo peor, en todo caso, es adquirir préstamos para programas "sociales", vale decir para consumo, y no para incrementar la capacidad productiva del país. Estaríamos como el vendedor que vive de comisiones, que está vendiendo menos pero que gasta en fiestas y diversiones.
Por cada editorial me convenzo mas de que estos en realidad son ... no se hacen... son... es una pena...
ResponderEliminarEs cuando hay crisis cuando mas importante es la solidaridad. Es para evitar llegar a grados inhumanos de estandard de vida que hay qeu crear ese amortiguador solidario, para evitar descomposcion social. Estos piensan al reves. De seguir el consejo de estos tontos cuando es buen tiempo en ES para subir los impuestos? Si aqui siempre hay crisis, siempre se van cientos de vecinos, estudiados y no estudiados para el norte. Estos son vergonzosamente brutos.
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