Con satisfacción y sincero agradecimiento hemos conocido la noticia de la recepción de 24 toneladas de ayuda humanitaria recibida de la Agencia Española de Cooperación (AECID) destinada a nuestros hermanos víctimas de la tragedia que a todos nos conmociona. Dicha ayuda consiste en “1,020 bidones de agua potable, 945 estuches higiénicos familiares, 900 equipos de cocina y 864 mantas, entre otros”.
Escrito por Lotario Bayardo Gómez. Miércoles 18 de Noviembre. Tomado de La Prensa Grafica.
España, a través de AECID, ha tenido larga y preferente presencia en nuestro país y nos ha ayudado financiera y técnicamente durante muchos años, en múltiples proyectos de infraestructura y desarrollo social; significativamente en proyectos de abastecimiento de agua potable y de saneamiento, en áreas rurales y urbanas.
En Puerto El Triunfo, gracias al esfuerzo coordinado de AECID, ANDA y la alcaldía municipal, se diseñó, construyó y se puso en funcionamiento un sistema de recolección y bombeo de aguas negras y una planta para el tratamiento biológico de estas, con lo cual se eliminó la inmundicia flotante que contaminaba la pequeña bahía y se apreciaba a simple vista desde el malecón portuario, deteriorando la belleza natural del lugar y constituyendo una peligrosa fuente de contaminación de productos del mar que allí se obtienen.
Estas acciones de cooperación evidentemente no son conocidas por un médico del Ministerio de Salud y funcionarios del Consejo Superior de Salud Pública encargados de la verificación de la calidad de la ayuda recibida, quienes al hallar entre las 24 toneladas de ayuda enviada por España “varias unidades de pasta dental cuya caducidad corresponde al pasado mes de octubre”, haciendo gala de falta de discreción y prudencia, denunciaron el hecho públicamente y “manifestaron que luego se procederá a la destrucción de dichos productos”.
Cualquier profesional de la medicina o de química y farmacia sabe que las fechas de caducidad de los medicamentos no está cronometrada como una bomba de tiempo y que las normas de calidad en la producción de estos exigen que exista un período de seguridad variable, de acuerdo con la duración o vida útil nominal del producto, entre la fecha especificada en su envase y la fecha de su efectiva caducidad. En los envases de alimentos es usual ver la nota: “Mejor si se consume antes de...”. En este caso, no se trata de medicamentos ni de galletas o pastas alimenticias; simplemente son algunas unidades de pasta dental, un producto que no va a ser ingerido, un compuesto químico para higiene bucal, cuyo vencimiento especificado ocurrió a menos de quince días de haber sido recibido.
Importante aspecto a considerar es la celeridad con la que España atendió nuestra emergencia, preparó el embarque de la ayuda humanitaria y nos lo hizo llegar vía aérea; debemos considerar además que también en España pueden ocurrir confusiones cuando actuamos bajo la presión de una emergencia.
Las catástrofes, por su carácter extraordinario, deben ser atendidas con medidas y soluciones igualmente extraordinarias, por personas capacitadas y con ingenio y criterio para improvisar, y sabiduría para no emplear soluciones que lejos de solventar los problemas solamente contribuyan a agravarlos. El nombramiento de personas sin experiencia en cargos de responsabilidad en la toma de decisiones tiene por consecuencia decisiones desacertadas que se traducen en un derroche de nuestros escasos recursos económicos, que a veces raya en la malversación y generalmente pasa inadvertido.
Un antiguo proverbio popular dice: “A caballo regalado, no le revises los dientes”, indicando que los obsequios deben ser recibidos con agradecimiento y sin objeciones a quien te los regaló.
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