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2011/01/26

LPG-Sobre una posible huelga magisterial

 El gobierno, por su parte, debe revisar a fondo sus criterios y procedimientos para la elaboración del presupuesto.

Escrito por Joaquín Samayoa.26 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica. 

jsamayoa@fepade.org.sv

Rara vez la población ve con buenos ojos una huelga de empleados públicos, porque prevalece la percepción de que esas acciones de presión casi siempre son instigadas por intereses políticos que ponen en duda la legitimidad de los intereses gremiales. Pero son mal vistas además porque la suspensión de servicios básicos le ocasiona serios problemas a mucha gente.

A nadie le gusta que los cadáveres de víctimas de homicidio queden tirados en la calle porque no se les puede practicar la autopsia, o que los sospechosos de actos delincuenciales sean liberados porque no se pueden ejecutar los procesos judiciales, o que se les impida a los niños asistir a la escuela, o que los enfermos recorran largos trayectos en busca de alivio solo para encontrar bloqueado el acceso a clínicas y hospitales.

A todos nos huele mal que la convocatoria a huelga coincida con el lanzamiento de una nueva agrupación política de extrema izquierda, respaldada precisamente por uno de los principales dirigentes del gremio magisterial.

El presidente Funes ha dicho que no es necesario hacer huelgas cuando está siempre abierta la posibilidad de diálogo. Esa misma ha sido la posición de casi todas las instituciones que se han pronunciado públicamente sobre el tema. Pero las cosas se miran de diferente manera desde la perspectiva de los que casi nunca logran lo que buscan en las mesas de diálogo. Siempre les piden que sean razonables, que comprendan que no hay dinero para satisfacer sus demandas. Ambos, gobierno y sindicalistas, tienen algo de razón; pero ambos cometen errores que complican las cosas.

Son dos los principales errores de los sindicalistas. El más grueso es permitir que sus intereses gremiales se contaminen con fines políticos. En este punto, da igual si la organización contaminante es un partido integrado a la estructura del Estado o un movimiento que busca legitimidad situándose al margen de la legalidad. No hay que olvidar que el FMLN, antes de convertirse en partido político, aceptando jugar conforme a las reglas de la democracia representativa, era un movimiento al margen de la ley, y fue entonces cuando más debilitó a las organizaciones sindicales al absorberlas y subordinarlas a su proyecto revolucionario.

El segundo error es hacer las cosas en mal momento y enfilar la presión a la instancia equivocada. La demanda de aumentos salariales no debe hacerse en enero, cuando se ha consumado ya el reparto del pastel. Debe comenzar antes de septiembre, dirigida en ese momento al ministro respectivo, quien es responsable de proponer el presupuesto de egresos de su cartera para el siguiente año. Debe continuar durante el mes de septiembre, dirigida al presidente de la República, al secretario técnico y al ministro de Hacienda, por ser ellos los que deciden prioridades y preparan el presupuesto general de la nación. Y debe continuar, si hace falta, durante el último trimestre del año, dirigida entonces a la Asamblea Legislativa, que tiene la última palabra para aprobar el presupuesto o negociar sus modificaciones.

Si los dirigentes gremiales recorren ese camino, no podrán darles tan fácilmente la trillada explicación de que no hay dinero. Durante la segunda mitad de cada año, el dinero para el siguiente está todavía disponible, en espera de que los ministros, el presidente y los diputados decidan cómo se va a gastar.

El Gobierno, por su parte, debe revisar a fondo sus criterios y procedimientos para la elaboración del presupuesto, porque así como hacen siempre las cosas, postergando siempre las necesidades de algunos sectores, le confieren plena validez al dicho “el que no llora, no mama”. Cuando un gremio opta por la huelga habiendo agotado instancias para satisfacer aspiraciones razonables y hacer valer los derechos que le confiere la ley, el Gobierno debe asumir su parte de responsabilidad.

Los diputados también deben ser más responsables y acuciosos a la hora de discutir y aprobar los presupuestos. Yo quisiera que alguien me explique por qué no hay dinero para mejorar la condición de los maestros, pero sí hay muchos millones para propaganda y para sostener una gran cantidad de nuevas plazas, la mayoría innecesarias, como las que le concedieron a GANA en reciprocidad por favores al gobierno y al partido oficial.

Sobre una posible huelga magisterial

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