L a economía no se reactiva sin inversión emotiva, esa reactivación ocupa el primer lugar en las preocupaciones ciudadanas, como muestran las encuestas. Es indispensable entonces analizar serena y lúcidamente, sin prejuicios, con apertura, las razones que detienen la inversión y tratar de remediarlas.
Escrito por Rafael Castellanos.08 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica.
“Es importante desmitificar y estudiar serenamente las causas que detienen la inversión, hay viejas y nuevas, es tarea de todos resolverlo. Gobierno, Estado, privados. Aportamos algunos elementos en esta Palestra.”
Ningún empresario, pequeño, grande, nacional o extranjero, invierte por solidaridad como motivo principal; la búsqueda de rentabilidad es la que mueve a la humanidad y es totalmente legítima. La responsabilidad de los empresarios es ser éticos, no invertir a la fuerza. La responsabilidad de crear condiciones favorables a la inversión no es responsabilidad exclusiva del Ejecutivo, aunque sus acciones son determinantes.
Estudiando opiniones de políticos y comentaristas, me doy cuenta de que existe poco conocimiento y comprensión de la óptica del inversionista, lo cual es lógico, cómo no se puede esperar que alguien que no conoce de filatelia opine siempre adecuadamente sobre el tema. Las opiniones poco informadas, emotivas, ideologizadas, recogidas del rumor de la calle y los estereotipos no ayudan a comprender ni a resolver el problema, hay que estudiarlo.
Como aporte al debate expongo algunos elementos, unos de sentido común, otros menos evidentes.
Primero, la lógica fundamental del inversionista, grande o pequeño, nacional o extranjero, aquí y en cualquier lugar, es la misma: invierte capital con la expectativa de tener ganancias y el riesgo de tener pérdidas. Hace un balance en las posibilidades que visualiza, entre el riesgo que percibe y la rentabilidad que espera tener. A menor riesgo, más fácil la decisión de inversión y menor expectativa de rentabilidad; a mayor riesgo, más difícil la decisión de inversión y mayor expectativa de rentabilidad, economía básica.
La inversión no tiene color político ni ideología, es un acto humano tan antiguo como la historia. Por ello, cuando se menciona un posible boicot de empresarios para no invertir y hacer quedar mal a un Gobierno, prende alarmas, hace ver la necesidad de debatirlo ampliamente.
En países con gobiernos socialistas con un clima de inversión amigable, como Brasil o Chile, la inversión se dio fluida y abundante, el tema está fuera de lugar. La perspectiva catastrófica de un gobierno absolutista, tipo Chávez o Cuba, sin duda ha influido mucho, pero solamente aumentó las razones para alejar la inversión, no fue la única. Ahora esa amenaza se aleja cada vez más, la realidad se impone a las ideologías; en la medida que se disipe, habrá más inversión.
El accionar de cualquier gobierno puede ahuyentar o demorar la inversión, más que por ideología, por obstáculos o amenazas a la rentabilidad, por retórica antiempresarial, por burocracia, por dificultades de trámites, por trabas… por ello, una de las medidas de competitividad mundial es cuántos días dura un trámite gubernamental. Ya estábamos mal, pero hemos retrocedido, según el F.E.M.
Los costos de transacción en la economía son determinantes, la violencia es cerca del 11% más que en lugares seguros, la salud de los empleados demanda costos adicionales porque la seguridad social no funciona adecuadamente, la infraestructura portuaria y burocrática es mayor… y así sumamos costos que desincentivan. No es nuevo, pero también hemos retrocedido y debemos resolverlo.
La inseguridad jurídica y la baja institucionalidad son cruciales, la Asamblea cambian reglas del juego en cualquier momento, todo el sistema judicial tiene altísimos índices de corrupción medidos internacionalmente, la Fiscalía ha tenido desempeños históricos cuestionables, la contraloría nacional reprueba en transparencia internacional, las autoridades, Ejecutivo, Legislativo, Judicial, autónomas, gobiernos municipales tienen mucha discrecionalidad, poca transparencia y rendimiento de cuentas…
En otros países se pelean la inversión con incentivos fiscales y todo tipo de facilidades al inversionista, aquí de repente es mala palabra.
No se puede ordenar inversión por decreto, hay que eliminar los obstáculos.
A los inversionistas nos corresponde ventilar el ambiente y ser optimistas, arrancar en lo posible, es en beneficio del país. Los funcionarios son temporales, los ciudadanos seguiremos aquí, ayudemos todos a arreglar esto.
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