LPG-¿Qué nos enseña Facebook?

 Escrito por Kalena de Velado.16 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica. 
kvelado@yahoo.es

Conocer los valores que fundamentan el éxito Facebook como una comunidad de 600 millones de amigos puede ayudarnos a trabajar en favor del diálogo y paz, así como en la consecución de una cultura de confianza y transparencia, en especial ahora que conmemoramos orgullosamente un año más de la firma de los Acuerdos de Paz (1992).

Mark Zuckerberg, el joven millonario creador de dicha red social, comenta en una entrevista a Time que su intención original no fue construir un negocio que rindiera utilidades económicas. De hecho, no es el ofrecimiento de dinero en abundancia lo que ha logrado convencer a los talentos que integran su equipo de trabajo. Zuckerberg señala que su misión es ayudar a toda la gente alrededor del mundo a estar informada y conectada con su familia y amigos para lograr una mejor calidad de vida. Este antiguo estudiante de Harvard, quien no terminó su carrera, considera que entre más transparencia, apertura y distribución de información ocurra, mejor será la calidad de vida y amistad humana. De hecho, Mark considera el respeto y la integridad (coherencia), como valores importantes de la cultura empresarial de Facebook.

La relevancia de los medios electrónicos actuales, en especial de las redes sociales (la Web 2.0 y más), es fruto de la evolución de la antigua internet anónima e individualista, pues estos dos elementos dieron lugar en el pasado a la proliferación de sitios de pornografía, pederastia y al aumento de portales de grupos extremos (racistas, terroristas, adictos, anarquistas, anoréxicos, etc.). En la Web de los noventa surgieron quienes se escudan todavía en el anonimato para atacar e insultar a personas e ideas en blogs o en cadenas de correos electrónicos en internet, en lugar de defender con razonamientos pensados.

“Quien quiere influir en el presente, tiene que tener una actitud positiva... Cualquier persona, por erróneos que nos parezcan sus planteamientos, participa de alguna manera de la verdad: lo bueno puede existir sin mezcla de lo malo; pero no existe lo malo sin mezcla de lo bueno. Por tanto, podemos aprender de todo. Si queremos comprender nuestro mundo, hemos de ampliar continuamente nuestro horizonte, profundizar en la verdad que hemos alcanzado, y buscarla allí donde puede encontrarse, esto es, en todas partes. En otras palabras, debemos estar dispuestos al diálogo, especialmente con aquellos que son distintos a nosotros... Un diálogo no es una simple conversación, sino que es un encuentro entre dos (o varias) personas en un clima de amistad. Es una conversación hecha con un espíritu de apertura, comprensión y ‘benevolencia’, en la que cada uno se muestra al otro tal como es y acepta al otro tal como es. Así, cada uno se enriquece con la parte de la verdad que viene del otro, y sabe integrarla armónicamente en su propia visión del mundo... Evitemos cerrarnos a los demás con actitudes de atrincheramiento, pues producen una muralla gruesa que nos aísla y aleja de los demás... El diálogo nos exige buscar la propia identidad y superar aversiones y polémicas. Es un camino hacia la madurez y la paz. No siempre es fácil, pero nos ayuda a abrir las puertas (en vez de cerrar las fronteras) y a ver lo bueno en los demás (en vez de reprocharles su modo de ser diferentes). Aunque se producirán malentendidos y sufriremos decepciones, mientras los hombres vivan sobre la tierra, a través del diálogo podemos acercarnos, siempre de nuevo, al otro. Por esto es tan importante educar en el arte de practicarlo” (Jutta Burggraf).

¿Qué nos enseña Facebook?