Escrito por Salvador Guevara Casco.07 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica.
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Es normal que las expectativas de la población siempre crezcan cuando inicia un nuevo año, por todo aquello que se considera que quedó inconcluso en el año anterior tanto en el ámbito familiar, laboral, como también en el área gubernamental. Sería pecar de injustos el afirmar que el Gobierno no ha hecho nada en el primer año y medio de su gestión, porque se han llevado a cabo tareas muy importantes con resultados que han favorecido el bien común.
Obviamente hay mucho por hacer en el resto de este período gubernamental, y dependerá de las prioridades para echar andar los diferentes proyectos de país que contribuyan a sacarlo de la problemática socioeconómica en la que nos encontramos inmersos. Es comprensible que la población exija al Gobierno un mayor desempeño en el ataque frontal a la delincuencia, porque sin desestimar todos los esfuerzos hechos desde el Ministerio de Seguridad Pública, las estadísticas indican que poco se ha avanzado en el combate de este flagelo que poco a poco se ha enquistado en la sociedad salvadoreña.
En consecuencia, se necesita de un Gobierno que sepa hacer innovaciones y ser más creativo y dinámico, en aquellas áreas que aún son consideradas como deficitarias en lo que va de este quinquenio, para que el tiempo –que transcurre con rapidez– sea aprovechado adecuadamente en su totalidad. Sin lugar a dudas la reactivación económica encabeza la lista de prioridades, a la que debe dársele mucha importancia al inicio de este año, porque no podemos continuar con la misma actitud suicida de ver que el país se está hundiendo y es poco lo que se hace por una verdadera reactivación económica. Nadie ignora que nuestra economía casi no creció nada en 2010 y no solo debe atribuírsele la responsabilidad al Gobierno, sino también a los que pudiendo dinamizar las inversiones dentro del país no han querido hacerlo.
En lo que respecta al Gobierno, tiene que hacer esfuerzos extraordinarios por reactivar y dinamizar la agricultura porque además de asegurar la subsistencia alimentaria interna puede constituirse en una fuente importante para la exportación. Recordemos que las inundaciones ocurridas en el período invernal anterior en diferentes países no solo del área centroamericana, sino a escala mundial, podría incrementar los precios de los productos agrícolas que importamos, los cuales bien podríamos cultivarlos en el país.
Si pudiéramos comenzar a cultivar plantaciones de árboles frutales extensas como mango, aguacate, marañón, guineo, naranja, jocote de corona, etcétera, podríamos transformarnos en un país agro exportador de frutas y jugos como lo hace hoy en día el resto de países centroamericanos.
En lo relativo a las remesas que envían los salvadoreños que residen especialmente en Estados Unidos, estas deberían ser canalizadas por los bancos del Estado para que el pago de los impuestos que se cobran por tales envíos pasen a formar parte del erario nacional y no solo de la banca privada.
Por otro lado, muchos ven con buenos ojos el reordenamiento del centro histórico del Gran San Salvador, pero se considera negativo el hecho de dejar a todos estos vendedores sin un apoyo que les permita subsistir dignamente. Urge la pronta construcción de locales en lugares accesibles a los compradores para que los vendedores puedan continuar con sus actividades comerciales, pagando sus respectivos impuestos.
Asimismo, es recomendable que el Gobierno no continúe lamentándose de que la culpa de la situación socioeconómica del país es de los gobiernos anteriores, por el contrario, tiene que echar mano del arado sin mirar hacia atrás, trabajando con mayor creatividad y dinamismo.
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