LPG-La violencia psicológica es grave”

 Además de buscar diagnósticos, los psiquiatras salvadoreños trabajan para erradicar el estigma que tienen las personas, que las aleja de la atención especializada, específicamente luego de ser víctimas o testigos de un acto violento.

Escrito por Loida Martínez Avelar.17 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica. 

 

Hay que tener cuidado con el temor. Es una emoción normal que nos sirve para sobrevivir y tiene esa función, pero en los niveles normales.”

Hay una serie de mitos en la salud mental, como por ejemplo: yo tengo que resolver mis propios problemas sola.”

La violencia social que vive el país ha incidido en el comportamiento de los salvadoreños, efecto que ha sido comprobado por los psiquiatras. El estigma de que toda persona que consulta a un médico de esa especialidad está loco evita la búsqueda de ayuda, y abre la puerta a la agudización de los trastornos como la depresión, el delirio de persecución y el estrés.

¿Tiene repercusiones la violencia social en la salud mental de las personas?

Las causas de violencia han aumentado los motivos de consulta; gente que está siendo víctima de extorsiones y personas que han perdido a familiares por asesinatos. Es bien curioso porque hay una crisis de valores. No solo está la violencia social provocada por los delincuentes de profesión. Dentro de la crisis económica hemos tenido pacientes que se han dado cuenta que por el modo de operar los están extorsionando compañeros de trabajo, vecinos; gente que no está vinculada al crimen.

¿Cuáles son los problemas más comunes y por los que las personas buscan ayuda?

Violencia intrafamiliar es grave y frecuente. Crecer en un hogar violento hace más grande el riesgo de ser una persona violenta. Tenemos casos diagnosticados de enero a septiembre de 2010 del Policlínico Arce, donde se atendieron 12 casos. La depresión es la primera causa de consulta. La violencia psicológica es grave y ese término debe ampliarse, porque hay gente que no considera violencia varias cosas.

¿Cuáles son los temores que con más recurrencia son expresados por los pacientes?

La gente ha perdido la confianza. Eso lo reserva por temor o precaución. El suicidio también es un reflejo de la violencia y va en aumento, a la gente le da pena decirlo, porque temen que sus hijos vayan a ser juzgados por los demás y como que se van a condenar. Ya se conoce que el suicidio es una enfermedad y que el suicida pudo haberse matado como síntoma de esa enfermedad, por las razones que fueren. Hay que tener cuidado con el temor; es una emoción normal que nos sirve para sobrevivir y tiene esa función, pero en los niveles normales.

¿Qué otro sentimiento se debe controlar?

El dolor, pero hasta cierto nivel. En el momento que el temor toma el comando de la vida y decisiones, en lugar de la razón, ya estoy en problemas y necesito ayuda. No es lo mismo la decisión que tomo en serenidad a comparación de cuando estoy muerta de miedo. Las decisiones que tomo en estados de ánimo alterados no son las mejores.

¿Y cómo hacer en un país donde los asesinatos y asaltos están a la orden del día?

Hay personas que dejan que el temor sea el gobierno de sus vidas. Sí hay medios para pedir ayuda, claro, no le podemos ofrecer un guardaespaldas a la gente, pero sí disminuimos el temor y (contribuimos a) ordenar sus ideas. La gente tiene que conocer las opciones de ayuda especializada.

¿Existe un tratamiento efectivo para evitar los delirios de persecución y los temores?

Eso es difícil. Una de las tareas que nosotros queremos entrarle es la información; cuando yo no tengo información y tengo un problema, la sustituyo con lo que sea. Chambres y rumores. Cuando hay un evento, empieza a circular en internet información que no es cierta. Hay una tendencia catastrófica a sustituir la falta de información válida y correcta con información irreal. Al final eso es peligroso, porque hace que la gente infunda el invento. El problema es que aquí se considera que la enfermedad mental no existe.

¿Cuáles son los inconvenientes que provocan que una persona no solicite ayuda?

El estigma viene desde el personal de salud, y sí es un trabajo de hormiga. Los diagnósticos son necesarios, pero yo prefiero ver a todo el mundo como personas normales en circunstancias especiales que necesitan una ayuda diferente. Hay una serie de mitos en (cuanto a) la salud mental, como por ejemplo: yo tengo que resolver mis propios problemas sola. Eso no es cierto, yo no tengo por qué poder con todo en las épocas de mi vida. O el hecho que si yo adolezco de una enfermedad mental, es falta de fe. Que los medicamentos que se usan en psiquiatría son drogas de abuso, y no lo son.

¿Cuáles son las manifestaciones?

El estrés; eso me puede llevar a ser muy religiosa, a no dormir, a deprimirme, a hacerme alcohólica, suicidios. Es un ingrediente. ¿Qué va a hacer en mí, cómo van a influir en mi vida? En unas personas afecta más, en otras menos; todo depende de cómo interprete el individuo.

¿Qué esfuerzos se están realizando?

Desde 1997, el Seguro Social tiene programas asistenciales promoviendo la salud mental. Son 10 equipos de salud mental distribuidos a lo largo del país. Queremos arrancar con los colegas de los hospitales especializados de la zona central. Se hace capacitación al personal de salud para que puedan detectar y referir oportunamente a las personas. A veces es más fácil que una persona acceda a obtener ayuda desde el médico general, (porque) existe el estigma que el psiquiatra solo ve situaciones de locura.

¿Hacia dónde debe ir enfocada la estrategia de salud mental?

Debe ir dirigida a la información y prevención de violencia y a la detección de diagnósticos. No vamos a obviar que ya existe violencia, pero vamos a enfocarnos en la educación y de dar formas alternativas de soluciones de los conflictos y de la detección temprana.

La violencia psicológica es grave”