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2011/01/07

LPG-Hemos hecho historia...

 Escrito por Roberto Mendoza Sol.07 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica. 
mendozasol2@hotmail.com

Los humanos hemos podido construir mitos, identidades, culturas, éticas e historia porque somos seres libres y racionales.

En la juventud de las nacionalidades se idearon los mitos para reforzar valores éticos que sus líderes le quisieron inculcar a los respectivos pobladores. Relatan sobre héroes, muchos inexistentes, pero que le dieron a las nuevas nacionalidades sus propios valores en pro de coexistencias pacíficas y sistemas de méritos, retos, esfuerzos, premios y castigos.

Alrededor de esos valores se construyeron identidades sobre las cuales se edificaron sentidos de pertenencias, orgullos nacionales y conductas sociales básicas. Todo ello configuró pensamientos y cosmovisiones específicas. A la base de las nacionalidades siempre hubo una mitología más o menos sofisticada.

Y hemos hecho historia porque somos libres y racionales. Los animales no son libres ni racionales porque: 1) están sujetos a instintos, es decir, no pueden salirse del libreto de su especie; y 2) sujetos a un desarrollo lineal, el ir de lo potencial a lo real; es decir, por ejemplo, del huevo a la larva, de la larva al gusano y luego a la mariposa. De un animal no es posible esperar, por tanto, que declare una huelga de hambre en pos de una causa superior, iría contra sus instintos biológicos básicos de supervivencia. Los animales no eligen conductas ético-racionales. Y no pueden hacer historia porque no tienen identidades ni cultura acumulada. Son presas de sus instintos del momento y dependientes del esquema estímulo-respuesta. Sus respuestas son biológicas, no culturales.

Los humanos hemos luchado por deshacernos de dinastías, dictaduras, protectorados, destinos “manifiestos”, de megalómanos, etcétera. Es decir, de todo aquello que nos ate a un solo pensamiento, cosmovisión y conducta.

Decía un sabio japonés del mercadeo internacional que él no veía la posibilidad de que pudiese llegar a tener éxito la globalización económica, porque esta exige la homogeneización de aquellos productos a vender masivamente en el mercado mundial; es decir, la oferta de bienes fabricados de un solo estilo, contextura y color; por lo tanto, impone la existencia de un ama de casa global que no existe ni existirá. El ama de casa quiere tener la posibilidad de elegir.

La ética también está presente en toda su excelsitud cuando existen las libertades. Así como no podemos hablar de fe en un ambiente de certezas absolutas (fideísmo), tampoco podemos hablar de ética cuando las conductas están determinadas por manuales de obligatorio cumplimiento. La fe solo crece en un ambiente de dudas, es entonces cuando se vuelve un trabajo constructivo del día a día y es así como se puede crecer en ella mediante los esfuerzos apropiados.

En un ambiente de falsas certezas no hay espacios para la construcción cotidiana de la fe. No hay interpelaciones. Bastarían los sacramentos.

Cuando las conductas están guiadas por manuales de exacto cumplimiento, las personas no se sienten responsables de sus actos. Y por lo tanto, culpan de sus errores –con razón– al sistema, régimen, gobierno, políticas, manuales, cultura social, genética, religión, colonizadores, etcétera, a todo menos a sí mismos. El sentido ético está ausente, por definición.

Las posibilidades han estado siempre allí, ejemplos: aire, agua, fuego, luz solar, etcétera. La humanidad necesitó de grandes sabios para descubrir cómo aprovecharlas. Aire: fue después aprovechado para vuelos aerodinámicos. Agua y luz solar para producción de energía eléctrica; fuego, generación de vapor. Imagínese el amable lector todas las leyes de la física y la biología descubiertas por humanos para hacer realidad los avances científicos y tecnológicos. Todo ello fue producto de las libertades, sobre todo las de criticar lo establecido. Las de construir y reconstruir.

Hemos hecho historia...

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