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2011/01/15

LPG-División entre Gobierno y S&P por calificación país

 El ambiente político es uno de los motivos que condujo a Standard & Poor's a restarle puntos al perfil crediticio del país. Hacienda desacredita todos los argumentos.

Escrito por Lourdes Quintanilla.15 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica.

economia

El Salvador volvió a perder puntos ante la comunidad internacional como honrador de su deuda, debido a la tensa relación que mantienen el partido en Gobierno y el presidente de la República.

Carlos Cáceres, titular del Ministerio de Hacienda (MH), negó que el país esté en problemas por la tensión y se mantiene positivo acerca de la relación entre Ejecutivo y Legislativo.

La firma calificadora de riesgo Standard & Poor's (S&P) anunció, a través de un comunicado de prensa, que bajó la calificación de riesgo de El Salvador de BB a BB-.

“La rebaja refleja la opinión de Standard & Poor's de que el ambiente político se está deteriorando, debido a una creciente y más evidente división entre el presidente Mauricio Funes y el partido FMLN”, según la calificadora.

Al respecto, Cáceres argumentó: “Eso no es cierto. Nunca antes ha habido tan buena relación entre el presidente y los partidos políticos como hoy día”. Ejemplificó con leyes como la de administración de justicia y de supervisión al sistema financiero, entre otras.

Sin embargo, la perspectiva a futuro para esta nueva calificación se mantiene “estable”, así que es posible esperar que el país no siga reprobando esta evaluación.

¿Podrán dialogar?

S&P indicó que las elecciones legislativas de 2012 podrían exacerbar las tensiones políticas y paralizar reformas pendientes.

De hecho, uno de los últimos episodios de altisonancia entre Funes y el FMLN ha sido el tema del proselitismo. Frente a las próximas elecciones legislativas y de alcaldes en 2012, Funes prohibió a sus funcionarios, de manera definitiva, cualquier intento de invitar al voto por un partido, en días hábiles o fines de semana.

Algunos funcionarios, como el ministro de Educación y vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, han dicho que acatarán la medida.

Cáceres, asimismo, consideró que hay una sobreestimación del papel que tiene el pacto fiscal sobre la ejecución de políticas: “No es vinculante. Para nosotros es definir qué país queremos tener, quién va a pagar el costo de ese país y quién va a contribuir”.

Efectos en la economía

S&P prevé que El Salvador no cumpla las metas fiscales previstas y que su crecimiento económico sea del 0.1% este año y un 0.8% en 2012. También cuestionan la cercanía de tener un pacto fiscal. “Se está tomando en cuenta un problema de inversión privada y, por ende, las posibilidad de crecer” en la economía, observó Luis Membreño, analista económico.

El titular del MH desacreditó estas previsiones y se ciñó a las expectativas que se tienen fijas: 2.5%, proyección oficial. Además, esperan que puedan seguir cumpliendo las metas de recaudación y deuda, pues en 2010 se alcanzó lo que se había previsto.

La calificadora sostiene que tanta tensión política afecta a la hora de tener margen de maniobra con las finanzas públicas. “Se espera que esto siga impidiendo el avance de una serie de reformas cruciales y finalmente debiliten la flexibilidad fiscal y las perspectivas de crecimiento económico”, dijo.

Membreño subrayó que si la economía logra mejores niveles de crecimiento, el Gobierno tendrá más recursos para pagar sus compromisos y fomentar la actividad privada a través de inversión pública: “El presidente no tiene el apoyo necesario para ser más firme en la austeridad fiscal, poder racionalizar el gasto y dar las prioridades”.

Pero Cáceres recordó que hay $1,200 millones de inversión pública ya programados: “Estamos trabajando para una inversión pública grande, que ya está asegurada en el presupuesto de la nación”.

Pero otra de las consecuencias es que con un BB- los títulos que venda El Salvador, porcentajes de los recursos públicos, en el extranjero irán perdiendo atractivo. Membreño señaló que en el caso de la deuda pública, que supera los $11,000 millones (la mitad del PIB), “genera un peligro a mediano plazo”: los inversionistas dudarán de la capacidad que tenga el Estado para cancelar esta deuda, por lo que exigirán un rendimiento más alto cuando compren bonos.

“El riesgo hace que inmediatamente la tasa que le exigen a El Salvador sea mucho más alta y eso es un peso adicional en el gasto corriente”, advirtió el analista Claudio de Rosa.

La venta más próxima es la de $653.5 millones en eurobonos. Servirá, precisamente, para pagar gasto corriente desde 1995.

Sobre este punto, el MH confía en que el día de la emisión se conocerá si hubo efecto o no.

Mientras, De Rosa sostuvo que urge un discurso único entre el partido y el mandatario que dé apoyo a la iniciativa privada. Además, recomendó congelar al menos el 15% del presupuesto y tener un pacto de nación sobre la deuda.

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