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2011/01/21

LPG-Desde el sector privado se propone el consenso para salir adelante

 Hay que tomar en serio la construcción de consensos en asuntos fundamentales, para ir acumulando efectivamente todas las energías nacionales en función de resolver problemas, no de servir intereses.

Escrito por Editorial.21 de Enero. Tomado de La Prensa Gráfica. 

 

El tema de la activación económica, con miras a generar una dinámica de crecimiento que responda a lo que el progreso integral del país necesita, está a diario sobre el tapete donde se debaten las más urgentes preocupaciones nacionales. Ya no es discutible el hecho de que, para arrancar con nuevos bríos hacia el desarrollo, es indispensable que el sector público y el sector privado trabajen no sólo en armonía sino en franca cooperación. Esto volvió a manifestarse de manera muy clara en el encuentro con líderes empresariales dentro del Foro Económico de LPG. Y el mecanismo básico planteado es el diálogo generador de consensos.

A lo largo de todos estos años de posguerra, la palabra “diálogo” se ha usado políticamente hasta la saciedad; pero casi nunca ha pasado de un uso puramente verbal, para decir que se quiere, sin hacer realmente nada para que se concrete. Y ese juego de apariencias ha sido una retranca del proceso real, en el que se mueven los intereses reales y las consecuencias reales. El diálogo, para que sea efectivo, necesita que los actores participantes tengan posiciones y propuestas claras, que se dispongan a hacerlas llegar a resultados compartibles y sostenibles, y que vean más allá de sus propios intereses sectoriales, ideológicos o de carácter particular. Es lo que no se ha dado.

La situación presente del país, que es complicada y confusa en tantos sentidos, requiere claridad y sinceridad, conducidas dentro de la metodología del realismo. Si esto no existe, la inseguridad impera; y es lo que nos está pasando. Es hora de seguir internamente la misma lógica de la globalización: ir disolviendo fronteras y desmontando barreras. Entre los sectores políticos, económicos y sociales persiste un buen número de prejuicios, recelos y sospechas que son herencias del pasado. Eso hay que superarlo con inteligencia y creatividad, y los liderazgos son los llamados a hacer la tarea, porque para eso son liderazgos.

Como bien dice el Presidente de la ANEP, nos encontramos en el letargo, y estar así es doblemente costoso y regresivo cuando inevitablemente nos movemos dentro de una realidad regional y global cada vez más competitiva. Ser competitivos, como señala el Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, implica inversión e innovación por parte del sector privado y transparencia y generación de confianza por parte del sector público. En las circunstancias del momento, la inversión es insuficiente, la innovación es mediocre, la transparencia es casi ficticia y la confianza es volátil. Corregir todo lo anterior es la labor por hacer en forma compartida.

Y, para más dificultad, el tiempo apremia. Como hemos venido señalando, el calendario se nos está yendo de las manos. El 31 de enero el Gobierno actual cumple su primer tercio de mandato, y estamos ya dentro de la batería de cinco años sucesivos preelectorales y electorales. No hay margen, pues, para vacilaciones o postergaciones. El esfuerzo de la clarificación política, de la activación económica y del compromiso interactivo debe hacerse ahora mismo. Hay que tomar en serio la construcción de consensos en asuntos fundamentales, para ir acumulando efectivamente todas las energías nacionales en función de resolver problemas, no de servir intereses.

Todo esto demanda la construcción de una estrategia que haga posible pasar a una agenda de trabajo. El diálogo suelto y ocasional puede ser útil para la socialización entre los actores; pero si no hay diálogo organizado y consistente no es posible alcanzar verdaderos resultados.

Desde el sector privado se propone el consenso para salir adelante

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