No queremos para El Salvador, los apagones y los racionamientos que en estos tiempos pesan sobre Nicaragua y Venezuela. Pero, de seguir como vamos, eso es lo que nos va a suceder
07 de Enero. Tomado de El Diario de Hoy.
No invertir más en El Salvador por la inseguridad jurídica que se sufre, decidieron representantes de las compañías eléctricas, un sentir que con el paso de los meses se vuelve más generalizado.
"Por fortuna", debido a la creciente baja en el movimiento económico, en estos momentos la demanda de energía va aparejada a la producción, lo que significa que en los próximos meses, o los siguientes tres o cuatro años, no se sufrirán cortes en el suministro, apagones o alzas muy fuertes en los precios.
"Que se vaya la luz", que se pasen hasta seis y ocho horas sin corriente eléctrica, que los negocios y los particulares tengan sus propias plantas eléctricas como sucedió en la década de la guerra, los años de la gran demencia, no es por hoy una probabilidad. Quedarse sin energía, racionarla, que las calles y las ciudades sean oscuras y por tanto más peligrosas como sucede en Venezuela y Nicaragua, no es lo usual en países con economías libres pero sí bajo el socialismo o en regímenes autoritarios o totalitarios.
"No hay inversión", dicen representantes de varias generadoras térmicas, por falta de reglas claras y, sobre todo, porque las reglas se cambian cuando así lo dispone la legislatura, la autoridad eléctrica, la Presidencia de la República o quien sea. En los últimos años, precisamente por antojadizas decisiones, se han tenido que pagar enormes sumas de dinero a causa de condenas sufridas por el país, dineros que, en última instancia, no pagan ni la CEL ni el Gobierno, sino todos los ciudadanos.
En estos momentos estamos de nuevo metidos en un arbitraje porque "el Estado", o sea el Gobierno, no honró los términos del contrato firmado con ENEL que permitió desarrollar las fuentes geotérmicas, lo que nunca habríamos podido hacer por nuestra cuenta, por no disponer de la tecnología, la experiencia, las estructuras financieras, el personal capacitado ni nada.
¿Volverán los continuos apagones?
Calor geotérmico, ríos y saltos de agua, mares agitados, vientos costeros y mucho sol, todo lo que es una maravillosa fuente de energía, es inútil si no se sabe emplear, si no se aplica la tecnología correcta, si no hay condiciones de consumo y financieras para cubrir el costo de desarrollarlas y utilizarlas.
Como hemos señalado innumerables veces, la fertilidad de la tierra y lo bonancible de las cosechas dependen más de buenas leyes, de seguridad jurídica, de condiciones predecibles, de la defensa del trabajo y la propiedad del agricultor, que de lo puramente material. Sólo así se puede explicar que tierras feraces estén incultas mientras territorios casi desérticos, como en Israel, sean sumamente productivos.
La falta de experiencia y de visión de los responsables de CEL, de los gabinetes económicos, de las máximas autoridades en cuanto a lo fundamental que es actuar de manera racional para promover la generación de energía barata y en forma eficiente, puede costarnos mucho en el futuro. No queremos para El Salvador, los apagones y los racionamientos que en estos tiempos pesan sobre Nicaragua y Venezuela. Pero de seguir como vamos, eso es lo que nos va a suceder.
Es sintomático que dos inversiones que totalizan mil seiscientos millones de dólares, estén en suspenso, precisamente porque nadie está confiado sobre lo que pasará en El Salvador en los venideros meses, no digamos años.
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