Miguel Lacayo.15 de Noviembre. Tomado de El Diario de Hoy.
El presupuesto que el gobierno central presenta a la Asamblea Legislativa para su aprobación debería ser un claro indicativo de las prioridades y dimensión del gasto e inversión del estado y de las fuentes de ingresos proyectadas.
Es un ejercicio que se realiza sobre una mezcla de información histórica y expectativas realistas. Estas deben incorporar las acciones que el gobierno impulsará para mejorar la recaudación, pero también tomar en cuenta la realidad y las perspectivas de la economía global y local.
Este documento debe ser un ejercicio responsable y transparente, eminentemente técnico y absolutamente honesto.
Lamentablemente, el presupuesto para 2011 es todo lo contrario. Oculta gastos que ya se sabe que vienen, deja por fuera o sub-valora varios subsidios, no corrige las fallas presentes en el actual presupuesto, y hace proyecciones irrealistas de ingresos. Además asume que más gasto va a resolver los problemas de mala gestión, hace más grande el estado cuando la solución es que el estado sea más eficiente, y nos embauca en niveles de endeudamiento insostenibles: $3,912 millones adicionales desde 2009.
Este presupuesto es un presagio a incrementos de impuestos, a pesar que los impuestos que ya pagamos se mal gastan y los servicios estatales dejan mucho que desear. En lugar de más gobierno, necesitamos mejor gobierno. En lugar de más impuestos, necesitamos más certidumbre y optimismo para salir de hoyo económico en que estamos estancados.
Es urgente que se sinceren las cuentas y abandonen las matemáticas oscuras.
En el presupuesto de 2010 dejaron fuera $75 millones del subsidio de energía y en el de 2011 dejan $66 millones fuera. En 2010 también dejaron fuera $120 millones del subsidio del gas y ahora en 2011, sin tener claro cómo, pretenden reducir el costo del subsidio en $100 millones.
En 2010, Casa Presidencial gastara $36 millones más de lo aprobado, a pesar de que están prohibidas las transferencias de los supuestos “ahorros” de otras carteras.
Subestiman los egresos para que los números cuadren, haciendo cuentas alegres. Acá algunos ejemplos comparando el gasto votado versus el ejecutado en 2010: programaron devolver $71 millones de IVA y devolvieron $183 millones. Los $56 millones para los uniformes, que aun no terminan de entregar, no estaban en el presupuesto. Se financiaron con un préstamo del BID. El MSPAS gastó $38 millones más de lo aprobado y aun no hay medicinas, además que el servicio se ha deteriorado.
Se estima que entre 2009 y 2011, el gobierno ha ocultado (dejado fuera del presupuesto) cerca de $530 millones. Aunque el gobierno nos trate de dar atol con el dedo y al mundo entero engañe con su “transparencia”, los números no mienten. Este presupuesto es prueba contundente de que este gobierno no prioriza, no es eficiente, y no es transparente. El gobierno del FMLN ha mal logrado el mayor déficit fiscal de las ultimas décadas, 5.6% (2009) y 4.8% (2010) del PIB, aun mayor que el déficit después de los terremotos de 2001. ¡Nunca el gasto de un gobierno había sido tan desproporcionalmente más alto que sus ingresos!
Las cuentas irreales, que no sirven más que para intentar engañar, han subestimado los ingresos fiscales en $496 y $160 millones en 2009 y 2010, y lo subestiman en $400 millones en 2011. Que no nos sorprenda que en 2011 venga el aumento del IVA y otros impuestos, a pesar que la historia ha demostrado que el incremento de impuestos no aumenta los ingresos del estado.
Se niegan a escuchar y rechazan aceptar que lo que sí funciona para recaudar más impuestos es dinamizar la economía. Solo más inversión y el crecimiento del sector productivo generan una mayor recaudación.
El presupuesto debe de cuadrar. Es decir, el gasto y el ingreso deben de ser iguales. Si hay más gasto o inversión que ingresos, la Asamblea, con mayoría calificada, debe aprobar los préstamos que permitan suplir la diferencia.
Pero los presupuestos de 2009 y 2010 no incorporaron más de $3,000 millones en préstamos que posteriormente se aprobaron. Encima los diputados pretenden triplicar su presupuesto, pasando de $19 (2005) a $54 millones (2011), un incremento de más de $400,000 por diputado. Seamos todos responsables.
Esperamos que los diputados no se presten a engañar al pueblo que los eligió y exijan al gobierno central cuentas transparentes y realistas, eficiencia y eficacia en el gasto, y no nos sigan llevando al precipicio del endeudamiento insostenible.
:: OBSERVADOR POLÍTICO - www.elsalvador.com :: Presupuesto: matemáticas oscuras
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