Durante los últimos domingos muchos de nosotros nos entretenemos con el famoso concurso “Bailando por un sueño”.
Escrito por Fernando Fuentes Cabrera.13 de Noviembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Es bonito ver a las parejas que engalanan la pista de baile, con su belleza, elegancia, energía y mucho optimismo.
Sin duda, uno de los atractivos principales de la empresa de televisión que presenta ese programa es tocar la sensibilidad de todos nosotros, ante los fuertes cuadros de la vida diaria que se registran por todos lados en nuestro país.
Lo extremo de los “sueños” es que a través de ganar un concurso de baile se puedan desarrollar obras y tareas que le competen al gobierno, para lo cual sus funcionarios deberían de ponerse a arreglar de veras a El Salvador.
Para plantear algunos casos, por ejemplo, la colocación de un puente por el sitio peligroso, por el que tienen que pasar niños y adultos, evadiendo ser cogido por la corriente de agua de un río agarrándose de un lazo.
Para construir obras así no es necesario ponerse a bailar, únicamente es de escuchar a la población y responder a sus necesidades. Cada vida en riesgo es responsabilidad de la dirigencia del país. Otro caso muy impactante socialmente sería construir y equipar una sala para que las mujeres que acaban de dar a luz a sus hijos o los tengan en tratamiento médico en un hospital puedan alojarse temporalmente.
Se han dado casos de autoridades de hospitales tan ingratas, que dan de alta a sus pacientes en horas muy tarde sin que muchas de ellas mujeres tengan a dónde ir. Solo estos casos mencionaré para ser breve, pero se trata de personas humildes, con las cuales los políticos se toman la foto o el video en épocas electorales.
Sí... son personas utilizadas para conseguir sus fines de tener una vida opulenta y sin asomo de sensibilidad al dolor y la necesidad de nuestros hermanos salvadoreños.
Sé que estas letras talvez no lleguen a la vista de los ministros de Obras Públicas y de Salud Pública y Asistencia Social, pero de lo que estoy seguro en un cien por ciento es que la respuesta será que se trata del resultado de 20 años de gobiernos areneros, pero así como van las cosas, en cinco años se aniquilará al país.
Se y estoy seguro que ARENA ha defendido siempre al gran capital y que entre las personas de ese sector político partidario han sido pocos los identificados con las causas humanas, pero la realidad actual es más frustrante en este periodo en que gobierna un partido que siempre propugnó por la igualdad de clases y por eliminar la marginalidad ahora no muestre sensibilidad ante las necesidades de la población.
Mientras tanto, divirtámonos los domingos, después del fútbol, viendo bailar a nuestros jóvenes que realmente tienen sueños nobles, sueños de hermandad... Y si algún día –aquí todo es posible–, alcanzan la fama que anhelan y llegan a las filas de un partido político, devuelvan en hechos concretos el amor con el que los salvadoreños los siguieron en su recorrido hacia el éxito, dentro del contrastado panorama social en que se desenvuelve nuestro querido país.
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