EDH- Señales claras

Comentario de la semana El crecimiento económico no se logrará, en el nivel requerido para nuestro país, trabajando cada quien por su lado

Eduardo Torres.20 de Noviembre. Tomado de El Diario de Hoy.

 

"No estamos desdolarizando el país, se descarta la desdolarización en el país; por lo tanto, para mí, capítulo cerrado (sobre este tema)", dijo hace dos días el presidente Mauricio Funes. Qué bueno que lo diga con contundencia, porque podríamos haber entrado en una espiral sin retorno a la vista --en caída libre--, de continuar expandiéndose la absurda tesis de que era factible regresar al colón, para bien. No existe nada nuevo en que se exprese en esa línea el partido en el gobierno, ya que a lo mejor por ser la moneda que se imprime en "el imperio", puede más la carga ideológica; pero asusta que de las entrañas del gabinete económico emanara la posibilidad de revertir la dolarización, con los inimaginables costos que a todos nos traería, en especial a los que menos tienen.

Buena parte del capital político del presidente Funes, en el ejercicio de la Presidencia de la República, se debe a su oposición hacia el "Socialismo del Siglo XXI". Habiendo sido consecuente desde la campaña política en preservar la democracia representativa como en mantener al país dolarizado, reiterándolo a la hora de la verdad, ¿por qué si el presidente no está por "cambiar el sistema", hemos sido incapaces como país, como mínimo, de encontrar objetivos comunes para intentar sortear juntos la crisis? En parte es por las señales que emanan de la alianza que ganó la elección presidencial, ya que desde la pradera se observa que las carteras que posibilitarían la construcción del control territorial quedaron en manos de quienes se decantan por el chavismo. Pero, en fin, se entiende que esto fue producto de un acuerdo político.

Casa Presidencial, como centro de poder que es, ha de tener todo tipo de intereses a su alrededor, nada anormal en ello ya que es así en cualquier palacio de gobierno en el mundo --en el campo espiritual, por ejemplo, se dice que las tentaciones no son malas, son humanas, lo malo es sucumbir ante ellas--. A ese respecto, la lectura que desde la llanura emana es que podrían haber personas o grupos cuyo interés, por diferente tipo de razones, estaría más en azuzar desconfianzas, en distanciar posiciones. El problema es que pierde El Salvador, perdemos la mayoría de salvadoreños, en especial aquellos que más necesitan la solidaridad humana y la subsidiaridad gubernamental.

Siendo claro que lo que El Salvador requiere en este tiempo de prueba en el mundo es hacer crecer nuestra economía, ya que como solía decir José María Aznar, la mejor política social que existe es la creación de puestos de trabajo; siendo, por lo tanto, el empleo la palabra clave, para que crezcan éstos en número con el consecuente alivio en cada familia donde se adquiera uno, se necesita crecimiento económico. Y el crecimiento económico no se logrará, en el nivel requerido para nuestro país, trabajando cada quien por su lado. Nubarrones en el horizonte, como la declaración del patrimonio de bienes muebles e inmuebles, generan zozobra, ya que esto no es asunto de pago de impuestos sino de concepción de Estado.

Recuerdo la primera vez que un chileno me dijo que ese país iba enrumbándose hacia el desarrollo desde el momento en que sus diferencias internas se convirtieron en matices. Sé cuán distantes estamos nosotros de ello, pero vale la pena hacer el esfuerzo de acercar posiciones, al menos para afrontar juntos la crisis. Todos deberíamos enviar señales claras y positivas a ese respecto, por el bien del país.

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