Ricardo Esmahan.16 de Noviembre. Tomado de El Diario de Hoy.
El frijol empezó a cultivarse en el sur de México hace unos 9000 años. Los nativos cultivaban los frijoles de todas las variedades y en diversos colores. Debido a que las culturas mesoamericanas intercambiaron por todo el continente, los hoy conocidos frijoles y sus prácticas de cultivo se propagaron hasta Suramérica.
Cuando los conquistadores europeos llegaron al continente, ya florecían diversas variedades de frijoles. Cristóbal Colón los llamó "faxónes" y "favas" por su parecido a las habas del viejo mundo; los aztecas los llamaban "etl", los mayas "búul" y "quinsoncho", los incas "purutu", los cumanagotos de Venezuela "caraotas".
Exploradores y comerciantes llevaron posteriormente las variedades de frijol americano a todo el mundo y a principios del Siglo XVII, los frijoles ya eran cultivos populares en Europa, África y Asia.
Es incuestionable que los frijoles hoy en día son uno de los alimentos más antiguos que el hombre conoce; se encuentran entre las primeras plantas alimenticias domesticadas y luego cultivadas.
En la región centroamericana los frijoles sin lugar a dudas son considerados como un alimento básico, estratégico y culturalmente insustituible, dado sus valores nutricionales y exquisito sabor, por ende, su cultivo es clave ya que además conlleva mucha sensibilidad social y política. Los frijoles junto a otros granos básicos como el maíz garantizan la seguridad alimentaria, por lo que la producción regional debe ser lo suficientemente estable como para garantizar su disponibilidad en el mercado.
De todos es conocido la fragilidad climática que sufre Centroamérica en época de invierno y este año los países centroamericanos han soportado la temporada lluviosa más intensa del último medio siglo, que han arruinado una parte considerable del cultivo. Los países más afectados han sido Honduras, Nicaragua y El Salvador.
Está comprobado que el incremento sufrido en el precio del frijol es debido a la escasez y no por acaparamiento. Tenemos de ejemplo que en Nicaragua, nuestro principal abastecedor de frijol, la libra ha pasado de valer seis córdobas a veintitrés córdobas ($1.06 libra). Un precio escandaloso para la población nicaragüense. Recordemos que una familia promedio centroamericana de cinco personas, consume libra y media de frijoles por día, que usualmente comen junto con tortilla.
Una respuesta inmediata de los diferentes gobiernos centroamericanos ha sido importar frijol libre de arancel y producir semilla para siembra. En nuestro país esta importación benefició al consumidor dándole la alternativa de contar con frijol más barato en plaza. Pero esta importación no incidió en forzar al mercado a bajar de precio.
Tan sensible es el tema de los frijoles en el país que la Defensoría del Consumidor ha realizado rigurosos operativos de supervisión en comercios y bodegas para determinar si hay acaparamiento y especulación en los precios.
Como resultado se tiene el inicio de procesos sancionatorios contra cuatro empresas que operan el 40% de las importaciones. La defensoría las acusa de maniobras tendientes a provocar incrementos injustificados de precio. Las empresas justifican los incrementos a costos de secado por exceso de humedad, limpieza y selección de grano, empacado, distribución entre otros.
Esperamos por el bien de todos, que el ambiente se mejore, y estas medidas no desincentiven la actividad importadora con lo cual seremos más frágiles ante una eventual escasez. Que se fortalezcan asocios publico-privados para hacerle frente a temas tan sensibles como la seguridad alimentaria. Si algo no puede faltar en mi casa son los frijoles.
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