El problema de la corrupción en El Salvador es endémico, pero desde que se delató la enorme corrupción que prevaleció en el régimen de Antonio Saca el problema tomó enteramente otra dimensión.
Escrito por Ernesto Rivas Gallont.23 de Mayo. Tomado de La Prensa Gráfica.
Ya no se hablaba de raterismo, se habló de más de $200 millones malversados de fondos del Estado para ser utilizados en sobornos, compra de voluntades, beneficio personal, aunque parte de esa suma habrá tenido un destino legítimo, como puede ser la inteligencia del Estado.
Pero hoy sabemos que altos funcionarios en el gobierno recibían una generosa compensación mensual que los subordinaba a la voluntad del Ejecutivo.
Los ciudadanos celebramos cuando escuchamos al candidato Mauricio Funes comprometerse con una lucha sin cuartel en contra de la corrupción y nos dolimos cuando dando un giro de 180 grados dijo que él no perseguiría a los corruptos de regímenes anteriores.
El 28 de septiembre de 2005 tuvo lugar la primera mesa redonda del innovador programa de FUSADES “Las Instituciones Democráticas de El Salvador”, que trató sobre el control de fondos públicos. La síntesis de la propuesta de FUSADES decía textualmente: “El manejo de los fondos públicos es un presupuesto fundamental de la legitimidad democrática y la eficiencia económica de los entes públicos. En El Salvador se advierte la falta de independencia de la Corte de Cuentas de la República, su politización y su excesiva discrecionalidad para intervenir en determinados casos”.
La corrupción, en una forma u otra, ha existido y continúa existiendo en nuestra sociedad. En los últimos meses, ha surgido una marcada preocupación por el tema, principalmente en la comunidad de formadores de opinión, la académica y en las organizaciones internacionales, sobre las causas y efectos de un comportamiento corrupto dentro de la burocracia gubernamental. Esto ha sido motivado por el fortalecimiento de la convicción que gobernabilidad de buena calidad es esencial para lograr un desarrollo económico sostenido y que la corrupción en el sector público es un impedimento significativo para el crecimiento y la prosperidad.
A medida que se crea conciencia de que la corrupción afecta el desarrollo, el papel de la prensa al denunciarla toma prominencia. Normalmente, la prensa asume la iniciativa de la denuncia (que debe ser bien intencionada). Los medios son llamados a presionar por las reformas y liderar los esfuerzos para prevenir la corrupción.
Existe también una significativa presión ciudadana para que se apruebe una ley de transparencia que, en cierta medida, serviría para detectar actos de corrupción en el gobierno.
Talvez precisamente por eso tenemos la impresión que, a pesar del compromiso formal adquirido por el presidente Funes de promover la aprobación de tal ley, hoy como que el gobierno está arrastrando los pies y nosotros hemos llegado a opinar que esa ley no será aprobada en un futuro cercano.
Actualmente, El Salvador ofrece un caso de estudio interesante sobre la conexión entre la corrupción y la gobernabilidad que se ve amenazada si no se establecen mecanismos de controles adecuados y racionales para controlar la corrupción.
El crimen organizado alrededor del tráfico de drogas y el lavado de activos ha venido a exacerbar la corrupción que afecta a importantes sectores oficiales donde funcionarios se ven involucrados por cuanto son receptores de beneficio económico proveniente de esas bandas de criminales.
Parecería que el concepto de ética en la sociedad salvadoreña ha desaparecido y eso solo conduce a una crisis institucional de valores que eventualmente resultará en un Estado fallido.
Lea más sobre el tema, hoy en mi blog, http://blog.netorivas.net
Cuales podrian ser las razones por las que el gobierno Funes_FMLN no aprueban esa ley? Alli hay que concentrarse.
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